Capítulo 59

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[N/A: Gracias por la paciencia, los loveo <3 

Espero que el cap les guste :v Disculpen las fallas de ortografía y eso. Es de madrugada, asjasjajsas, sorry :v

Puse Make me (cry) de Noah Cyrus aquí porque AMÉ la canción y quería compartirla con ustedes :v Me comentan luego si también les gusta y eso, ajsajsajs

Pero, en fin, disfruten c: <3 ]


Desperté porque el frío me estaba matando y, cuando abrí los ojos, pareciéndome extraño el aroma impregnado en el aire, recordé dónde estaba. Con quién. Volteé a verlo y sonreí; se veía demasiado adorable para la vida. Estaba vuelto hacia sí mismo, casi hecho una bolita, y con la mano derecha vuelta un puño —ahí era donde tenía el anillo ayer, por lo que deduje que era eso lo que tenía en él.

Tenía el pelo revuelto y la cara tranquila. Me pregunté si siempre que dormía se veía así, tan relajado y calmado como en ese momento, y deseé internamente que no estuviera teniendo pesadillas —o que al menos, mientras las tuviera, no gritara ni nada parecido que hiciera que dichos infiernos fueran incluso peores de lo que ya de por sí eran.

—Rayos —susurré y vi el halo que salía de mi boca al hablar; hacía demasiado frío. Me estaba muriendo de ganas de orinar y, tras levantarme de la cama e ir, me di cuenta de cuán hermoso se veía todo. Los pájaros cantando, los árboles tan coloridos, las montañas y nubes tan majestuosas... era un espectáculo, de verdad.

Paseé por las demás tiendas de campaña y vi que todos estaban durmiendo. Decidí despertar a Louis porque, bueno, no quería quedarme solo todo el rato —y no quería despertar aún al cachorro; se merecía dormir aunque fuera un poco más—, así que lo hice y, después de un rato en el que charlamos un poco sobre cómo había estado la noche y lo que había pasado con Niall —lo cual era bueno, para suerte de todos—, buscamos un árbol que estuviera cerca del sitio en el que estábamos y decidimos que colocaríamos nuestros regalos allí.

—¿No crees que se ve algo... tonto? —pregunté y Louis me miró con el ceño fruncido.

—¿Estás bromeando? —Señaló el árbol; sólo había cuatro bolsas debajo de él—. ¡Se ve asombroso!

Sonreí y sacudí la cabeza.

—¿Preparamos el desayuno?

Asintió con la cabeza y despertamos a los demás cuando, trascurrida media hora, estuvo listo. No era un gran desayuno, lo sabíamos, pero la intención era la que contaba y, además, había chocolate caliente. ¿Qué más se podía pedir?

No habíamos despertado al cachorro porque, según Louis, estaba muy cansado por toda la carga emocional que debió haber tenido encima el día anterior, y comimos alrededor del nuestro árbol de navidad. Todos pusieron ahí sus regalos, sacaron sus pertenencias de sus tiendas de campaña y las fueron poco a poco subiendo a los autos en los que habíamos ido.

Sí, íbamos a irnos pronto, muy pronto, demasiado pronto, pero la cosa era que los chicos habían acordado que sería mejor así para el cachorro —todos habían notado lo inquieto que había estado el día anterior y estaban preocupados. Comentaron que tenían miedo de que le ocurriera algo y luego tuviéramos que llevarlo de emergencia al médico porque no supiéramos qué hacer al respecto ni cómo controlarlo.

—Y ya sabemos que el amor a uno lo controla y todo eso... —comentó Joe y lo fulminé con la vista.

—Pero la cosa es, Zayn —terminó Harry—, que no queremos arriesgarnos.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora