Capítulo 113

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Había estado tan preocupado por Niall que no me había importado el que no me hubiera hablado por más de 24 horas al momento de responderle el teléfono en la madrugada. En realidad no era tan preocupado por nuestra relación como por él en sí, porque sabiendo que tenía depresión y que hacía meses había pensado seriamente en suicidarse...

Y sí, sabía que me había dicho una y otra vez que no lo haría, que ya había abandonado esa clase de pensamientos, pero era difícil no preguntarse si volvería a caer en eso cuando sabía que el lunes había sido un día tan duro para él. De por sí se desmaya en la mañana, se da un tremendo golpe en la cabeza, luego me dice que no recuerda nada de nada, y para rematar, se entera de que su novio sabía del accidente que ni él mismo puede recordar.

Sí, había sido un día difícil. Y, si bien para mí también lo había sido, sabía que él era el principal afectado, y no podía quitarle eso solo porque a mí también me afectaba.

Sin embargo, creo que lo peor había sido ese día, el martes. No había ido al colegio, la noche anterior me había colgado, molesto, y luego no me había llamado en todo el día. Temía que se pusiera a pensar mil cosas, a sacar conclusiones equivocadas o incluso que se lastimara a sí mismo.

Joder, que salir con una persona con problemas mentales era difícil. No imposible, y tampoco era que me arrepentía o algo así, que pensaba dejarlo, pero... a veces era agotador, sobre todo cuando no sabías qué hacer, y en el fondo precisamente por eso.

Era como decía Louis: había que guardar una cierta distancia, para uno no volverse loco. Entender que sí, que amabas a esa persona y que querías que estuviera bien, pero que sus problemas no eran tuyos y que no podías absorberlos, porque no era como si de esa forma fueras a solucionarlos.

Había tenido una larga charla de eso con Louis en la tarde, cuando fuimos al centro comercial. Fuimos al cine y, como salimos temprano de la función, nos quedamos caminando por allí, viendo tiendas, conversando, y obviamente ese fue uno de los temas que salieron a coalición.

—No puedes preocuparte por tu novio hasta el punto de olvidarte de ti mismo —afirmó—. No creo que eso sea sano.

—Bien, bien. Entiendo.

—Además, tienes que...

—¿Y cómo te va con Harry?

Y ahí sonrió y cambiamos el tema, gracias a Jesucristo.

Y ahora, estando allí, en mi cama, a las 2am, después de haber hablado con Niall y comprobar que al menos estaba vivo, que estaba bien, dentro de lo que cabía, podía estar en paz. En la tarde me había divertido con Louis, era cierto, pero esa preocupación de que algo malo podría haberle pasado al cachorro no se me había quitado de la cabeza en todo el rato.

Hasta ese momento, claro está, que ya sabía que no estaba solo bien, sino que, además, estaba durmiendo.

—Tal vez, después de todo —susurré sonriendo—, no fue un día tan malo...


Cuando desperté en la mañana, se me ocurrió una idea. Le escribí a mi mejor amigo, preguntándole si podría acompañarme a hacer unas compras en la tarde, y me respondió afirmativamente. Una hora más tarde, al llegar al colegio, vi al cachorro en la puerta del salón y se acercó a mí de inmediato, abrazándome.

—Te extrañé tanto... —confesó una vez que le correspondí el abrazo, y no pude evitar sonreír.

—Yo también. Aunque haya pasado solo un día.

—¿Cómo era que tú decías cuando comenzamos a hablar? Oh, sí. Cada segundo que paso sin verte se siente como una eternidad.

Mi sonrisa se hizo más grande.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora