El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AU

Capítulo 102

[N/A: Cap dedicado a Cristina. Love you y gracias por todo <3]

Niall se despertó porque sentía que no podía respirar. Abrió los ojos de inmediato, comprobando si seguía vivo, y se dio cuenta de que solo había sido una pesadilla. Suspiró, entendiendo que habían regresado, que eso de que soñara en limpio o cosas agradables era momentáneo, y cayó en cuenta de en qué cama estaba. Con quién. De a quién estaba abrazando.

Su luciérnaga estaba ahí. Estaba dormido y debajo de él, respirando con tranquilidad, y al verlo se permitió sonreír. Pasó su mano por su pecho, comenzando a hacer figuras con los dedos allí, y lo escuchó gruñir.

—Niall... —se quejó con los ojos cerrados y el mencionado sonrió más. ¿Eso significaba que estaba soñando con él, o que sabía que era él con quien estaba durmiendo?

—Luciérnaga... —susurró para seguirle el juego y el otro volvió a gruñir. Se acomodó, aún dormido, y lo apegó aún más a sí con su brazo, rodeándolo y atrayéndolo, y el rubio se sintió tan en las nubes que pensó en la extraña e improvisada propuesta de matrimonio que le había hecho en el auto de su madre.

Si esto es lo que viviré día tras día, pensó, si serás lo primero que veré en las mañanas cuando despierte, entonces creo que sí: en serio quiero que nos casemos.

Y sin poder detenerlo, su mente pasó a otro lado. ¿En serio iría a cambiar su forma de pensar cuando se recuperara del TEPT? ¿Ya no iría a quererlo? ¿Se olvidaría de él? No le parecía posible. Es decir, sí, no tenía control del futuro ni podía prever lo que pasaría en él, pero lo quería tanto que sabía que era algo que no se esfumaría así como así.

De la nada se hizo más consciente de que Zayn seguía dormido. Si era así, significaba que él no había estado gritando mientras tenía pesadillas, cosa que lo puso a pensar incluso más porque, bueno, porque él siempre gritaba cuando las tenía. ¿Quería decir eso que su luciérnaga de alguna manera lo calmaba, aunque estuviera dormido? ¿O era simplemente que como él estaba ahí las pesadillas no tenían tanto poder? Verlo de esa manera le parecía hermoso, ABSOLUTAMENTE hermoso, y decidió quedarse con esa versión de la historia.

Se preguntó qué hora era. Porque si su madre lo había castigado así de fuerte por haber llegado unas horas más tardes de lo usual el sábado, ni se imaginaba cómo se pondría si hacía lo mismo un día escolar.

—Zayn —llamó incorporándose—. Zayn, despierta.

—Amor, por favor —gruñó este tapándose la cara con el brazo. El menor sonrió—. Sabes que...

—¿Luciérnaga?

Y fue cuando Zayn entendió que no estaba soñando.

—Oh —Abrió los ojos y vio al cachorro allí, mirándolo con atención y fascinación. Tragó saliva, sintiéndose apenado—. En serio eres tú.

Su sonrisa se hizo más cálida.

—¿Estabas soñando conmigo?

—Sí. Estábamos en la cabaña y... —Y nos estábamos besando y era genial. Nunca mencionaste a Samuel, nunca hubo nada raro; solo éramos dos adolescentes, una pareja normal, besándose bajo las estrellas—. ¿Es muy tarde? Ya deberías volver a casa, ¿verdad?

El rubio suspiró. ¿Estaban besándose en su sueño y por eso no se lo quería decir? Sabía que había metido la pata el otro día, pero tampoco era como que iba a hacer eso siempre. Un error lo cometía cualquiera, ¿no? Además, creía que habían superado el asunto al hablar de ello. Ahora veía que no era así. O, al menos, no del todo.