Capítulo 53

1.8K 219 236
                                    


[N/A: Les pido que lean este capítulo con calma para que intenten entender la emoción del momento. Si lo leen muy rápido será re triste, así que, ya saben, lean lento.

Y se lo dedico a MonstruoTomaCafe por 18 (?) Espero que les guste y COMENTEN WEYES, QUE ME COSTÓ ESCRIBIR EL CAP Y ES DE MIS FAVS, ASDFGH]



El cachorro todavía tenía esos ataques en los que lloraba de la nada y salía corriendo al baño. No eran tan frecuentes como antes, era cierto, pero aún así estaban ahí y me preocupaban y a la vez hacían sentir impotente. Me preguntaba exactamente qué las causaba o si había alguna forma de detenerlas —aunque después imaginaba que lo más probable era que no, que fueran cosas no sólo involuntarias sino también inevitables y que quizá incluso eran parte de su proceso de curación, por lo que lo mejor era que pasaran y ya.

Sin embargo, yo seguía preocupándome —como era de esperarse. A veces quería ir a verlo, a preguntarle cómo estaba, si quería que le hablara o algo por el estilo, pero prefería no hacerlo porque recordaba cómo actuaba cuando se trataba de esa clase de cosas —no le gustaba hablar de ellas. Cuando le preguntaba sobre sus pesadillas o sobre cosas parecidas me daba cuenta; siempre decía que no quería hablar del tema.

Y, bueno, eso estaba bien. Era un tema delicado para él y se lo aceptaba; era comprensible considerando su situación —y, como era obvio, yo no iba a presionarlo al respecto; nuestra relación se basaba en el respeto y no tenía intenciones algunas de que eso cambiara nunca.

Pero, aún así, me preocupaba. Deseaba poder ayudarlo más o quizá sólo... no lo sé. Hacer lo que fuera para que se sintiera mejor o poder hacerlo reír de verdad y en grande, o sonreír más o quizá... quizá estar en su lugar y que él no tuviera que pasar por todas esas cosas de nuevo.

—Estoy pensando demasiadas tonterías —murmuré sacudiendo la cabeza y finalmente llegando frente a su casa. Quise mantener el carro encendido, porque de por sí era un problema enorme para encenderlo o para hacer lo más mínimo con él, la verdad, pero cuando cambié la velocidad se apagó y quise matarme.

Suspirando, toqué la bocina y esperé viendo la puerta de la vivienda. Cuando finalmente el rubio salió por ella, pasé a mirar la caja de cambio del auto y quise acuchillarlo; odiaba ese vehículo como nadie tenía idea. Lo bueno era que era una camioneta y que era espaciosa, pero la detestaba porque tenía unas manías extrañas y mi mamá insistía en no cambiarla porque había vivido cosas inolvidables en ella.

Pensándolo en ese momento, me di cuenta de que no quería descubrir qué clase de cosas inolvidables había vivido allí —y luego, para mi fortuna, el cachorro abrió la puerta del asiento trasero y comenzó a trasportar las cosas y dejé de pensar en mi mamá y su auto lleno de posibles recuerdos impuros.

—Hola, Niall —saludé y asintió con la cabeza en mi dirección. No me dijo nada porque estaba yendo y viniendo de su casa a trasportar las cosas con rapidez; me preocupaba que se cansara demasiado antes de siquiera ir a pescar—. ¿Quieres que te ayude? Por mí no hay problema.

Estaba metiendo las cañas de pescar y alzó la mirada hasta encontrarse con la mía. Tenía el ceño fruncido y luego lo relajó; negó con la cabeza.

—Así estoy bien, tranquilo.

Es decir, no quiere que entre a su casa.

—Eh, bien —Salió de nuevo del auto y bufé. A veces él era tan... ¿complicado? ¿Tan él mismo? Sacudí la cabeza y me dediqué a mirarlo con atención. Hizo la última vuelta y finalmente entró al asiento de copiloto—. ¿Cómo estás?

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora