Capítulo 87 parte II

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Nos quedamos ahí como por media hora. Obviamente, estábamos más que empapados, pero eso parecía nos importarnos —al menos hasta que llegó mi mamá.

—ZAYN MALIK —rugió furiosa—. ¿POR QUÉ DEMONIOS ESTÁS MOJÁNDOTE EN LA LLUVIA?

Oh.

—Hola, mamá —Me levanté de la fuente y fui a su lado—. ¿Cómo estás?

—ES QUE NO TE MATO A PALOS AHORA MISMO PORQUE HAY VISITAS.

Otra razón para agradecerle a Niall por estar ahí.

—También te extrañé.

Suspiró y entró a la casa. Como la vez anterior que pasó algo parecido, buscó dos toallas y nos las llevó.

—¡Tienes dieciocho años, por Dios! —gruñó—. ¡Ya no eres un niño!

—¡Lo siento!

—Ten, chico brownie —Le tendió la toalla al rubio—. Sécate y dame el número de tu mamá, ¿sí? Que no voy a dejar que te vayas así.

Oh, qué cosa tan trágica. Estaba a punto de llorar de la tristeza porque tuviera que volver a quedarse.

—Lo siento mucho, señora Malik —habló él—. Salí a ver la lluvia y...

—Si tanto te gusta quedarte a dormir aquí, simplemente dilo; no tienes que hacer estas cosas en las que expones tu salud y así yo no me preocupo.

—¿En serio va a poder quedarse a dormir? —pregunté con emoción—. ¿De verdad?

—Chico brownie, vas ya mismo a bañarte —demandó mi progenitora—. Y Zayn... dame el número de su madre para llamarla, ¿sí? Y después vas a buscarle ropa.

—Lo siento mucho —volvió a decir el cachorro—. Mi intención no fue...

—Está bien, cariño. No importa. Sólo no quiero que te resfríes, ¿sí? Eso es todo.

Él sonrió.

—Gracias.

—Ahora, ya sabes qué hacer. Y creo que también sabes dónde queda el baño y la habitación de Zayn y todo eso, ¿no? —Asintió—. Perfecto. Entonces, jovencito, ¿por qué no te veo yendo al baño?

Niall entró a la casa, y mi madre y yo hicimos lo mismo.

—Quiero que entiendas que no me importan las excusas ni las explicaciones que me des —habló entrando en la cocina—. Sólo dame el número al que debo llamar y luego prepara unos platos para cenar, ¿sí? Que tengo hambre.

Sonreí y le agradecí internamente por no matarme.

—Bien —Lo busqué—. Aquí está.

—Perfecto.

—Gracias.

—Sólo una cosa, Zayn.

—¿Sí?

—No habrá chocolate para el brownie de este viernes, así que ve por ti mismo cómo harás para comprarlo —Sonrió—. Y, por cierto, saca el que está en el horno, ¿sí? Que desde que llegué lo olí y se nota que te quedó buenísimo.


Cenamos todos juntos. A la señora Horan obviamente no le agradó demasiado la idea de que su hijo volviera a quedarse a dormir en mi casa en un día de semana, pero al final accedió cuando mi madre le explicó que estaba demasiado empapado y podría resfriarse por la hora si se iba a su casa.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora