Capítulo 50

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[N/A: ¿Podemos llegar a los 5 comentarios? ¿Podemos? Si llegamos a los 5 comentarios, publico otro cap hoy mismo :v 

Así que suerte (?)]


Bobby se dio cuenta de algo interesante. Antes, cuando recién se habían mudado, Niall se la pasaba casi toda la tarde resolviendo sopas de letras, ya fuera en su habitación o en la sala o en la cocina, cuando todos se reunían alrededor de Maura mientras esta cocinaba y pasaban un tiempo juntos en familia.

Y ahora... ahora la cosa era bastante distinta.

El miércoles, al terminar de cenar, se sentaron en el sofá y se dispusieron a mirar la televisión. Era una rutina familiar y, si bien sabían que no era demasiado emblemática o especial vista desde afuera, para ellos lo era. El adolescente fue al baño y la madre a la cocina, a buscar agua, y dejaron al padre solo. Este miró el cuaderno de sopas de letras de su hijo en la mesa que estaba cerca; le echó una ojeada, abriéndolo y viendo hasta dónde había resuelto las sopas, y se sorprendió al darse cuenta de que no había avanzado demasiado.

Y, bueno, si su retoño fuera un adolescente que no tuviera TEPT, ese pequeño hecho ni siquiera le habría llamado la atención. Pero como lo tenía... la situación era distinta.

Recordaba que Marianne les había dicho en una de las primeras sesiones que le daría al rubio varios cuadernos de sopas de letras para que los resolviera cuando estuviera ansioso. O cuando pensara mucho en Samuel. O cuando estuviera pensando demasiado en otras cosas y sintiera que estaba a punto de explotar.

Y, por ello, los primeros cuadernos se habían llenado con rapidez. Con una rapidez casi alarmante, la verdad, pero entendía que se debía a la situación. La especialista les había dicho que lo más probable era que se gastara uno por semana o quizá menos, dependiendo del estrés de los días cercanos.

Y ahora, analizando el que estaba frente a sí, se dio cuenta de que era el mismo que le había visto cómo hacía tres semanas y, es decir, ¡casi ni había avanzado en él! Pensó en decirle a Marianne el día siguiente que había notado eso, que podría significar algo positivo, porque implicaba que ya Niall no pensaba tanto en esas cosas, o que se distraía con algunas nuevas —o que hablaba bastante con Zayn.

O quizá todas juntas; quién sabía.

Sin embargo, en cambio, se dedicó a alegrarse en silencio y a anotar en su lista mental agradecerle al adolescente cuando volviera a llamar y fuera él quien tomara el teléfono —cosa que, para su sorpresa o tal vez no tanto, ocurrió al día siguiente cuando llegaron de la cita con Marianne.

—¿Diga?

—¿Familia Horan?

Sonrió. Ya le reconocía la voz incluso sin decir que era él.

—Hola, Zayn. Buenas tardes.

El adolescente sonrió al otro lado de la línea.

—Hola, señor Horan.

—Bobby... —le recordó.

—Hola, Bobby —corrigió, sintiéndose un poco raro al llamarlo por su nombre de pila—. Eh, espero que esté bien y que todo esté marchando bien en su casa. ¿Niall está por allí? Es que quería, ya sabe, hablar con él.

El padre sonrió.

—Sí, claro. Ya le aviso para que venga. Sólo quería... darte las gracias de nuevo por ser su amigo y hablarle y preocuparte por él.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora