Capítulo 117

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[N/A: Espero que hayan tenido una linda semana. Pasen lindo viernes <3 Los amo]


El viernes fue un buen día. Vendí los pocos brownies que llevé al colegio —tampoco quería llevar demasiados y que me atraparan—, le di su porción al cachorro, y en general estuvo de buen humor todo el día, incluso en gimnasia. En la cafetería, cuando nos reunimos para comer, también fue genial, porque Pepe llegó de manos tomadas con Casper, y cuando lo miré, me sonrió.

—Entonces... —dijo Louis, aunque creo que era lo que todos estábamos pensando—. ¿Están juntos?

Ya llevaban semanas viéndose más apegados de lo normal. Cuando le escribía a Pepe, a veces me decía que saldría con Casper, que me escribiría después, y en otras oportunidades me enviaba capturas de conversaciones que ambos tenían que daban a entender que este lo quería para algo más que una amistad.

—Eh... —comenzó a decir, Pepe, y Casper sonrió.

—Sí —afirmó—. Es oficial: estamos juntos.

Todos en la mesa rompimos en aplausos, y Pepe se sonrojó. Les dimos las felicitaciones, además de desearles nuestros mejores deseos, y el novio del mencionado le dio un beso en la mejilla. Ante este soltamos un grito de ternura, otros aplaudieron todavía más, como Dean, diciendo QUE VIVA LO GAY, CARAJO, pero Pepe solo se sonrojó más.

—¡Pues estamos muy contentos por las buenas noticias! —afirmó Louis sonriendo.

—Sí, de verdad nos alegra mucho que estén juntos —dijo Harry—. Creo que todos ya veíamos que esto iba a suceder, así que nos emociona muchísimo que nos lo hayan confirmado.

Como era obvio, el grupo estaba lleno de shippers.

—Desde que los presenté noté que había una química entre ustedes —comentó Scarleth—. Así que sí, es hermoso ver que esa química se transformó en esto.

Louis preguntó si iríamos al cine en la tarde, como estaba acordado desde la semana anterior, y tras todos decir que sí, incluso Scarleth y su novia, añadida al grupo en las salidas, decidimos qué película veríamos. No sé por qué motivo terminó ganando una de terror que se había estrenado recientemente, pero cuando se eligió que sería esa, suspiré.

—¿Qué pasa, amor? —me preguntó el rubio en voz baja—. ¿No te gustan?

—Sé que suena estúpido y predecible, pero me dan mucho miedo, así que no son precisamente mis favoritas.

—Pero yo te protegeré mientras estemos en el cine —Los ojos le brillaban—. Podría abrazarte si te da miedo y... sí. Te tomaría la mano todo el tiempo y, ya sabes, estaría ahí para ti, para que no tengas miedo.

Sonreí y quise besarlo. Sin embargo, no lo hice porque estábamos en público, apartando el hecho de que prefería que fuera él quien me besara a mí, por eso de miedo a que le dieran ataques de culpabilidad por lo de traicionar a Samuel, como aquella primera vez en la cabaña.

—Está bien, cielo —Él también sonrió—. Está decidido: no nos perderemos esa salida por nada del mundo.


Como de costumbre, nos encontramos en una calle acordada para irnos juntos al cine. Fuimos tomándonos las manos, como ya se iba haciendo más y más usual en nosotros, y en el camino fuimos hablando de cosas tontas de las que hablan las parejas cuando en realidad se están concentrando en tomarse la mano.

No obstante, cuando llegamos al centro comercial, me di cuenta de que él estaba ansioso. Se le notaba en los ojos, en la manera de caminar, en la fuerza con la que se aferraba a mi mano mientras caminábamos por los pasillos. Esa vez íbamos los dos solos, porque nos encontraríamos con los demás en la fila para comprar las entradas como tal, por lo que ni siquiera pasaríamos cerca de los ascensores.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora