Capítulo 78

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Y COMENTEN, EH, QUE AMÉ ESTE CAP Y ME QUEDÓ BESHO Y ME MEREZCO AUNQUE SEA UN POQUITO DE SU AMOR

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El rubio tomó aire, intentando normalizar su respiración. Se sentía más nervioso que nunca y, de hecho, estando allí, aún se preguntaba cómo era que había sacado valor de no sé dónde para en serio haberse levantado de la cama e ir a donde estaba su luciérnaga. Suspiró, mentalizándose una y otra vez que no era la gran cosa, que podría manejarlo, que se calmara, y se atrevió a hablar porque notó que él no lo estaba haciendo.

—Yo, eh... —Tragó saliva, avergonzado, sintiendo cómo las mejillas le ardían—. ¿Re-recuerdas c-cuando me di-dijiste en el c-campamento que querías a-abrazarme mientras durmiera?

—Sí —Su voz había sonado apenada y débil, y el otro sintió que le tembló el estómago al tenerlo tan cerca.

—¿P-podrías... hacer eso? —Y el moreno, sintiendo demasiadas cosas dentro de sí, arrancó a llorar. Se llevó una mano hasta la cara, limpiándose las lágrimas, y el otro lo escuchó—. No, por favor... —Se sintió mal—. No llores, Zayn, por favor... sólo... —No sabía qué hacer y dijo lo primero que pensó, empezando a levantarse de la colchoneta de nuevo—. Olvídalo, ¿sí? No importa, ya me voy a...

El mayor estiró su brazo, el que estaba más cerca del cachorro, y con él lo apegó a sí. Estaba descansándolo en su cintura y, joder, si era cierto que era una nueva sensación, le encantaba. Y sí, también era raro tener a alguien tan cerca de su tronco cuando no tenía ni camisa puesta, pero... no le habría importado en lo absoluto comenzar a acostumbrarse a ello.

—N-no —balbuceó—. L-lo que pasa es que... —Con la otra mano se volvió a secar las lágrimas y tomó aire para calmarse—. Lo siento. Me tomaste desprevenido, ¿sí? Pero, s-si quieres, l-lo voy a hacer.

El menor tragó saliva.

—Sí... s-sí quiero. Por favor.

Zayn se sonrojó a más no poder y asintió.

—¿Quieres que hagamos cucharita o...?

—Me gustaría, eh... poder, eh, ya sabes, algo así como... ¿olerte el pecho? o no como oler exactamente, sino, eh, más bien como simplemente poder dejar mi cara ahí y... Dios, esto es tan vergonzoso.

Y el moreno comenzó a reír —y Niall se sintió tan feliz y ligero en ese momento que la mayor parte de sus nervios se fueron.

—Bien, ya entendí —Sonrió, sonrojado, y le puso la mano en la espalda, acercándoselo. Les pasó la cobija por encima a ambos, abrigándolos bien—. ¿Así está bien o...?

Suspiró.

—Quiero hundir mi cara en tu cuello. ¿Puedo hacerlo?

El moreno se mordió el labio.

—Sí, tú, eh... —Tragó saliva—. Acércate todo lo que quieras. Pero con calma, ¿sí? Que te conozco y, por favor, tampoco exageres.

El menor asintió y se acercó a él, alzándose un poco, y hundió su cara tanto como pudo en el cuello del otro.

—Tu respiración me hace cosquillas —admitió el moreno avergonzado y Niall sonrió.

—Lo siento. Es que... tu olor es muy bueno, ¿sabes? Provoca estar aquí todo el día.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora