Capítulo 103

1.1K 195 233
                                    

[N/A: Sé que este cap es corto, pero si comentan lo suficiente el domingo actualizo de nuevo :D

Los amo y gracias por la paciencia]


Cuando mi teléfono sonó, ni siquiera miré el identificador de llamadas. Lo tomé, contesté, me lo puse al oído de inmediato y hablé.

—¿Horacio Quiroga? —pregunté.

—¿Qué? —Era la voz de mi Niall.

—Oh —Abrí los ojos y chequeé el identificador de llamadas. Sí era él—. Lo siento, amor. Había estado leyendo antes de dormir y creí que estaba hablando con uno de los personajes.

—Es la... la segunda vez que me dices amor.

Sonreí. Me tallé los ojos y bostecé.

—Tienes razón. ¿Te gusta que te llame así?

—Sí. Es lindo. Y... —Esperé que completara la oración, pero cambió de tema—. Oye, eh... ¿te desperté?

—¿Tuviste pesadillas?

—Sí.

—Bien —Me puse cómodo—. ¿De qué quieres hablar?

—¿No te desperté?

—Sí, pero no importa. De igual forma, ya te extrañaba, así que fue bueno que llamaras, ¿ves? —Supe que sonrió—. Entonces, amor, ¿de qué quieres que hablemos?


Cuando vi al cachorro al siguiente día, noté sus ojeras marcadas. Sin embargo, no lucía tan triste. Tal vez era por la conversación de la noche... no en sí porque nos hubiéramos dicho muchas cosas significativas allí, sino por el simple hecho de que hablamos. Le sonreí y le revolví el pelo, pasando luego a abrazarlo rápidamente.

—¿Desde hace cuánto has estado teniendo pesadillas?

—Desde el martes. Creí que era algo temporal, pero ya veo que al parecer no.

El martes. Cuando le había contado la historia de mi abuelo... Genial. No podía sentirme más culpable.

—¿Le dijiste a tu psiquiatra ayer?

—Sí. No me dijo nada respecto a eso. No me mandó a tomar las pastillas para dormir de nuevo, pero no sé si eso es bueno o malo.

La profesora entró al salón y no pudimos seguir conversando. A la hora de comer, sin embargo, cuando nos reunimos todos en la cafetería, Louis sacó a coalición algo que se me había olvidado.

—¿Quiénes van a ir esta tarde al cine? —Todos levantaron las manos. Él sonrió—. Así me gusta —Hasta que reparó en el rubio—. ¿No irás?

—Se me olvidó preguntarle a mi madre —Se pasó la mano por el cabello—. Pero de seguro dirá que sí, así que no te preocupes.

—Bien. ¿Entonces será salida del grupo completo? ¡Hermoso!

—Oye, Zayn —salió Pepe—. ¿Podríamos hablar de algo? Necesito tu ayuda en algo que me tiene con la cabeza a mil.

A pesar de que no hablábamos demasiado en persona, por mensajes sí lo hacíamos. Bastante, de hecho. Así que a nadie le pareció extraño que me dijera eso.

—Claro. ¿Quieres que...?

—A otra mesa. Por favor.

Asentí e hice como me pidió. Nos sentamos dos mesas alejados de los chicos, y comenzó a hablar.

El chico de las sopas de letras #JustWriteItLGBTQ+ Ziall AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora