*Nico*
Doy vueltas en la cama, intentando librarme del remolino en que se ha convertido mis sábanas. Acabo boca arriba sobre el colchón, con los brazos estirados a los costados. Cierro los ojos en una plegaria silenciosa dirigida al dios morfeo. Necesito dormir, pero me es imposible. Llevaré dando vueltas en la cama más de tres horas. Derrotado, salgo de la cama y me pongo una camiseta negra con el logo "We can be heroes".
La tengo como una broma privada.
Me pongo también los pantalones negros y las botas. Me transporto por las sombras hasta un claro en medio del bosque y observo melancólico el mar.
El mar.
Tenia que ser hija del Dios del mar. Eso lo explica todo, nunca les había visto lo similar, pero ahora el parecido es evidente. Pelo negro, piel bronceada y ojos verdes. ¿Como no lo pensé antes? Recuerdo a Percy en su cabaña, la manera en que la había saludado. Aquello había sido realmente confuso y enloquecedor para mí.
Primero me había sentido celoso de Percy por hablar con Daisy, y luego me había sentido celoso de Daisy por tocar y hablar con Percy. Me había vuelto loco y mis sentidos me habían traicionado.
Levanto la mano para tirar una piedra al lago.
Ojala la hubiera besado. Ojala esa ola no nos hubiera interrumpido. Ojala supiera que hacer. Ojala tuviera la valentía necesaria para decirla todo lo que la quiero decir.
Suspiro melancólico y miro risueño como la luna se refleja sobre la lisa superficie del río. Pienso en la luna, en Artemisa, en Bianca... Bianca.. Me hecho a llorar desconsoladamente con las manos tapándome los ojos. Sollozo y noto una reconfortadora presencia a mí lado.
- Tío - noto su mano en mi hombro y apreto los ojos con fuerza. No quiero que me vea llorar. Él no. - ¿Que te ocurre? - suena preocupado y eso me derrite por dentro, como siempre me ha pasado. Levanto la vista y me encuentro con esos ojos verdes que tanto me atraen.
- Nada - miento con voz aguda mirándole a traves de las lágrimas - estoy bien.
Percy se hecha a reír, y yo no puedo hacer otra cosa que quedarme mirándole embobado.
- Creo que tu definición de nada es diferente de la mía - me mira con amabilidad y yo me sonrojo muy a mi pesar.
- Estaba pensando... - empiezo con voz queda mirando con tristeza el mar - pensando en Bianca.
Le oigo aspirar con fuerza y noto como se tensa.
- Oye Nico - su voz se nota indecisa y yo sonrío con tristeza. - Lo siento mucho. Se que ahora mismo seré la última persona a la que querrás ver.
"No. A ti siempre te quiero ver" pienso.- No pasa nada - digo encogiéndome de hombros aunque tengo lágrimas en los ojos.
- Si, si que pasa - dice él mirándome a los ojos y pegando su cara mucho a la mía, sin darse cuenta de las ganas que tengo de acortar esa distancia y juntar sus labios con los míos. Me muerdo la lengua hasta que noto la sangre y la saboreo para despejarme las ideas. - rompí mi promesa. ¿Llegaras a perdonarme algún día?
- Ya te he perdonado - digo en un susurro apartando la vista de esos irresistibles ojos suyos. - No ha sido fácil. Pero con el paso de los años he ido comprendiendo que no fue culpa tuya, pero incapaz de olvidarlo del todo. Con un rencor acumulado en el fondo de mi ser. - no era cierto. El rencor hacia él no había sido por la culpa de la muerte de Bianca, si no por ser un héroe. Por ser tan bueno que me enamoré de él. Por ser tan honrado que su defecto fatídico es la lealtad. Por ser tan perfecto que le amaba y envidiaba al mismo tiempo. Por ser él, el héroe del Olimpo- Pero cuando te caíste al tártaro... Comprendí que no servía de nada odiarte. Que no ayudaba en nada. Que te podías morir si te odiaba como si no. Que al único al que le dolía odiarte era a mí. No te odio Percy Jackson, ojala lo hiciera. Ojala pudiera odiarte, todo sería mas fácil para mí. Pero simplemente no puedo.
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El hijo de la muerte (Nico di Angelo)
FanfictionUn chico perseguido y acosado por toda clase de monstruos y pesadillas sacadas de los mas horribles libros de terror. Una chica que vive en la ignorancia. Sus problemas son mas livianos, pero no del todo triviales. El destino ha decidido juntarles...