Capítulo 71: Nicole

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*James*

Respiro hondo y me remuevo un poco incomodo en el enanisimo escondite en el que me encuentro. Las ramas puntiagudas de los arbustos se me clavan en la piel abriendome cortes y heridas en los brazos y piernas. El gran bullicio posterior al timbre de un colegio ensordece mis oídos y la multitud de gente que se acumula en la puerta me impide ver con claridad lo que ocurre.

- Nick - le llamo en un susurro.

- ¿Si? - susurra él también.

- ¿La ves? - pregunto sin quitar mi vista del gran portón negro carbón por el que salen los niños en ningún momento.

- No.

Entorno los ojos y busco con la mirada a Nicole, pero no la veo por ninguna parte.

- Ahí - me indica Nick señalando un punto alejado de nosotros.

Respeto por entre los arbustos hasta estar cerca de donde está ella.

Es una chica alta, delgada, de piernas largas y esbeltas. No es voluptuosa, pero es claramente atractiva. Su cabello color miel le cae liso hasta la mitad de la espalda, y sus profundos ojos negros sombreados a penas con una raya negra.

- ... enserio, Nicole. Te lo decimos por tu bien - le está diciendo una chica rubia que se encuentra de espaldas a mi - Él jamás se fijaría en ti. Dejalo en paz.

- ¡Que yo no estoy interesada en él! - grita furiosa Nicole fulminandola con la mirada.

- Nicole. Tienes que dejar de engañarte, eso no puede pasar. Simplemente mirate y luego mirale a él.

- ¡Que me dejes en paz, Kelly! - grita Nicole - No me gusta ¿vale? A ver si te entra en esa cabeza vacía de neuronas.

- ¡A mi no me hables así, niñata! - le dice amenazadoramente la rubia de bote ésta.

Nicole aprieta los puños con fuerza y frunce los labios con disgusto, pero antes de que la dé el puñetazo del siglo que seguro que se muere por darla, un chico aparece y agarra a la rubia por la cintura para darla un beso en la boca.

Iugh.

Iugh.

Y más iugh.

Nicole pone los ojos en blanco y se da la vuelta para irse a su casa. Nick y yo corremos por la otra acera hasta su calle y nos ponemos cada unos en un lado del marco de la puerta a esperarla. Al poco tiempo la veo venir sumida en sus pensamientos. Para en seco en cuanto nos ve, ni que tuviéramos pinta de violadores.

- ¿Quienes sois? - frunce el ceño - O mejor, ¿que hacéis aquí, en mi casa?

- Es una larga historia - sonrío enseñando todos mis dientes - ¿Tienes tiempo?

- No para vosotros - gruñe.

Alzo las cejas sorprendido.

- Creo que realmente querrías saber esto - le dice Nick en tono seductor.

El hijo de la muerte (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora