El hijo de la muerte (Nico di Angelo)

Capítulo 116: Nuevo miembro para la misión

*Daisy*

- Te voy a echar de menos - me dice Stacy abrazada a mi.

Se separa con una sonrisa y Theo, quien estaba a su lado, me abraza con fuerza. Tiene un ojo morado, la nariz rota y unos cuantos cortes en las mejillas y mandíbula.

- Ten cuidado - le susurro.

- Lo sé - le noto sonreír - Ayer Piper le tiró toda la ropa y el maquillaje a Drew. Como castigo por haber dicho que había sido yo.

- Piper es genial.

- Piper es la mejor.

Le sonrio y le doy un beso en la mejilla antes de apartarse para despedirse de los demás.

Jason abraza a Piper con fuerza y luego choca los cinco con Percy.

- ¿Algun consejo? - le pregunta.

- Intentad pasad de sapercibidos - se limita a contestar mi hermano - ¿Algo que decir?

- Cuida a Piper - le dice - Ya sabes, lo básico: si se mete en una pelea con Drew separalas y dala la razón en todo.

Piper entrecierra los ojos y frunce el ceño. Jason la sonríe y la lanza un beso.

- ¿Donde está Dakota? - le pregunto a Reyna.

Estamos todos en la cima de la colina mestiza a punto de salir de misión y él no aparece.

- ¡Jackson! - llama Clarisse a Percy - Busca al romano. ¡Corre!

Percy pone los ojos en blanco y camina despreocupadamente hasta la cabaña de Dionisio.

- Maldito - escucho murmurar a Clarisse.

Percy vuelve a subir y se acerca a nosotros.

- Veréis, hay un pequeño problema - dice - Ayer bebió vino y digamos que no se encuentra muy bien.

Reyna abre los ojos como platos y jadea.

- Pues necesitamos a otro miembro para la misión.

Todos miramos hacia el grupo que ha venido a despedirse; Stacy, Theo, Nicole, los hermanos Stoll, Clarisse, Piper, Annabeth y Percy.

- Yo no - Theo niega con la cabeza - ¿Veis mi cara?

Reyna frunce los labios, obviamente siente lástima por él.

- Ni loca - suelta Clarisse.

- No es buena idea - dicen los Stoll a la vez.

- Me encantaría ir, en serio, pero no creo que sea adecuado - dice.

Reyna frunce los labios y suspira.

- ¡Chicos! - grita Leo - Casi no llego a tiempo para despedirme - jadea con una sonrisa.

- Oye, Leo - dice Jason con una sonrisa - ¿Tienes algo que hacer estos días?

- No ¿porque?

- Porque ahora si lo tienes.

- ¡No me puedo creer que me hayáis convencido de acompañaros a ir al tártaro! - exclama Leo mientras Argos nos lleva hacia Los Ángeles.

- ¡Lo siento! - Jason se ríe - Necesitabamos a otro miembro para la misión.

- ¿Y? - Leo le mira - Yo ya tuve suficiente con lo de Gaia.

Jason se ríe y sacude la cabeza.

- Si pudiste contra ella, podrás con esto.

Leo refunfuña y mira por la ventanilla.

- ¿Que se supone que tenemos que hacer? - pregunta.

- Verás, todos los monstruos se están congregando alrededor de las puertas de la muerte para, el día del solsticio, aprovechando que no está Hades y que todos los dioses están en un mismo lugar; salir todos de golpe al mundo. Los titanes y los gigantes han despertado y están más furiosos que nunca. Todos los monstruos que puedas imaginar están ahí abajo esperando su oportunidad de vengarse.

Leo le mira con los ojos desorbitados y traga saliva.

- ¿Y tenemos que hacer nosotros? - dice con voz aguda.

- Tenemos que bajar y matar a todos los monstruos que podamos para que los dioses puedan encargarse de los titanes y gigantes.

- ¿Cuantos monstruos, aproximadamente? - pregunta en un hilo de voz.

- No sé - Jason se encoge de hombros - Todos los que podamos.

- Claro, eso me tranquiliza mucho Jason - responde Leo con mucho sarcasmo.

- Lo sé - se limita a contestar este con una sonrisa de suficiencia.