Capítulo 33: Poseidón

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El brillo desaparece dejando ver a un hombre de unos 30 años de pelo negro y ojos verdes bastante atractivo.

- Daisy - dice con una sonrisa.

Le miro sin ninguna expresión en el rostro. No es muy difícil averiguar quién es.

- ¿Qué quieres? - digo sin ninguna emoción.

Desearía hablarle mal e insultarle, pero es dios, no creo que sea buena idea faltarle al respeto.

- Hablar contigo - dice serio.

- Te escucho - digo cruzando las piernas para que no vea lo nerviosa que estoy.

Asiente y respira hondo.

- He visto que has empezado a tomar clases para controlar tus poderes.

- Si - digo cortante - ¿Algún problema con eso? No me digas que querías hacer de padre y enseñarme tú. - me burlo.

- No - dice - no puedo enseñarte. Los dioses tenemos prohibido intervenir en el destino de nuestros hijos.

- Por que no me sorprende - digo irónica.

- Yo no puse esa regla - dice con notable enfado.

- ¿Y? - pregunto - ¿Debería de sentirme mejor por el hecho de que tu no la pusiste?

- Dios - dice - que difícil eres.

Pongo los ojos en blanco y hago como si no hubiese oído ese comentario.

- Volviendo al tema principal - dice - lo de tus clases.

- ¿Que pasa?

- Quiero que sepas que esas clases no te van a servir de nada - se limita a decir.

- ¿Me estas llamando inútil? - digo sin poder creermelo.

- No - dice - digo que tus poderes no son iguales a Percy.

- Ya sabia que era mejor que yo - digo enfadada - pero gracias por recordarmelo.

- Daisy - me interrumpe con voz dura - los poderes de tu hermano están orientados hacia el mar. - dice. Es cierto, Percy puede hacer lo que desee en el mar - los tuyos son más... destructivos.

- ¿Perdona? - ¿Había oído bien?

- Aparte del mar soy dios de más cosas, y al igual que Percy controla en mar, tu controlas la tierra y el cielo.

- Creo que no comprendo - creía que Zeús controlaba el cielo y Gaia la tierra.

- Soy "el agitador de tierras" y "el señor de las tormentas" - dice - tu también.

- Me estas diciendo que Percy controla el mar, y yo soy capaz de hacer terremotos y provocar tormentas.

- Digo que eres capaz de mover la tierra y controlar el clima.

- Percy también puede.

- Si - dice - y tu mover el agua. Ambos podéis hacer todo, pero sois mejores en nuestra especialidad.

- Y mi especialidad es destruir ¿verdad?

- Yo no he querido decir eso.

- Si si claro - digo restándole importancia con un gesto de la mano - por supuesto que no.

Poseidón respira hondo y cierra los ojos un momento, tratando de tranquilizarse.

- ¿Quieres decirme algo más o ya puedo seguir con mi vida? - le pregunto impaciente.

No tengo el más mínimo interés en hablar con él.

- No te quiero volver a ver cerca de Nico di Angelo - dice mirándome desafiante.

- Me da exactamente igual lo que tu quieras - digo consciente de que con un solo movimiento puede reducirme a nada.

- No te conviene estar con él - dice frunciendo los labios.

- ¿Pero a ti que te importa con quién esté? - pregunto con una ceja enarcada - Soy yo la que esta con el, no tu. Yo quiero estar con él. ¿Porque no me dejáis vivir a mí mi vida? ¿Tanto os cuesta dejarme decidir sobre mi futuro a mí?

- Te lo digo porque te quiero y no quiero verte sufrir por culpa de ese chico.

- Ahora no vengas a dartelas de padre preocupado - le corto con voz dura.

Me fulmina con la mirada pero se calla.

- ¿Eso es todo? - pregunto de mala gana. Poseidón no responde - lo tomo como un sí.

Paso mi mano por el mensaje, finalizandolo.

Salgo cabreada de la cabaña y le doy una patada a una piedra, frustrada.

- ¿Que pasa? - me pregunta una voz seductora al oído.

Sonrío y pego mi cabeza al duro pecho de Nico.

- He hablado con mi padre - digo.

- ¿Y? - esconde su cara en mi cuello y empieza a depositar electrizantes besos por toda la curva de este.

- Nada - digo echando las manos hacia atrás para acariciarle el pelo - me ha explicado que mis poderes son diferentes a los de Percy.

- ¿A que te refieres? - pregunta sobre mi piel.

- Mi padre es dios del mar - digo - y Percy controla el mar.

- Si - dice vacilante.

- Pero también es el agitador de tierras y señor de las tormentas.

- ¿Me estas diciendo que mientras que Percy representa la parte de tu padre consagrada al mar, tu representas la otra parte? ¿La de terremotos y tormentas? - su voz suena incrédula.

- No entiendo mucho eso pero sí. - digo encogiéndole de hombros.

- Eso es normal - dice Nico - A Hazel y a mi nos pasa lo mismo, aunque hay una clara diferencia

- ¿Quien es Hazel? - pregunto. Recuerdo que también la nombro el día del entrenamiento físico.

- Mi hermana - dice con una sonrisita.

- Creía que tu hermana estaba muert...

- Si - dice tensandose - tengo más de una hermana.

- Vale - asiento - ¿Y que te pasa a ti con tu hermana?

- Hades representa la muerte y las riquezas. - asiento - yo represento la muerte en todo su esplendor y Hazel, los metales preciosos. Creo que a ti te pasa lo mismo con Percy.

- ¿Pero porque has dicho que hay una diferencia?

- Es difícil de explicar - se limita a decir.

Asiento y bostezo involuntariamente.

- Deberías dormir - me reprocha Nico empujandome con suavidad hacia la cabaña.

- No quiero dormir. - me quejo con voz infantil.

Nico pone una expresión de padre enfadado y yo pongo los ojos en blanco, para después andar mal maldiciendo hasta mi cabaña. Me dejo caer en una cama a sabiendas de que no tengo sueño y por lo tanto no podre dormir, pero en cuanto mi cansado cuerpo toca con el colchón, mis ojos se cierran y caigo profundamente dormida.

No sabia que poderes ponerle a Daisy, pero creo que está bien enfocado que ella represente la otra parte de los poderes de Poseidón.

El hijo de la muerte (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora