Aguanto la respiración y cierro los ojos, intentando que nadie se de cuenta de que estoy tras los arbustos. Escucho pasos acercándose cada vez más y una mano mueve levemente las ramas que están sobre mi cabeza, ocultándome de los campistas de la cabaña de Ares, quienes se han acercado demasido pronto y demasiados.
Noto como alguien me agarra de la cintura por detrás y yo grito. Demasiada tensión. Me veo transportada por viaje sombra hasta más bosque adentro. Me giro y encaro a Nico con los brazos cruzados sobre el pecho y una expresión que deja notar claramente el fastidio que me ha causado su interrupción.
- Solo quería ver que tal ibas - se defiende levantando las manos con una expresión divertida. Frunzo el ceño - no esperaba que pegaras tal alarido. La verdad es que lo estabas haciendo realmente bien.
Le fulmino con la mirada, puede que no sea muy buena con la espada o que mi puntería sea horrible y un insulto a Apolo, pero puedo estarme quieta sin montar un escandalo.
- Estaba bien - digo aún sin descruzar mis brazos - hasta que llegaste tú.
- ¿Quieres que me vaya? - pregunta divertido.
Asiento sonriendo y él empieza a moverse lentamente en dirección contraria. Me muerdo el labio y sonrío, viendo como el se aleja con paso vacilante.
Se da la vuelta repentinamente y se acerca rápidamente a mí, me pega a su cuerpo y presiona sus labios contra los míos.
- ¿No te ibas? - pregunto entre beso y beso.
- Sabes que no puedo vivir sin ti - dice sonriendo contra mis labios.
- Que cursi ha sonado eso - digo riéndome, provocando que el beso se rompa.
- Lo tuyo para destrozar momentos bonitos es una talento nato ¿eh? - pregunta separándose de mí.
Le miro con un adorable puchero y el me da la mano, para transportarme hasta la linde del bosque, en frente del arroyo, donde unos hijos de Ares están luchando contra Percy y Jason, quienes les derrotan sin ningún problema, provocando que la ira de los hijos de la guerra aumente considerablemente.
- ¡Daisy! - escucho como grita alguien corriendo hacia mí.
Me tenso automáticamente y saco las dagas del bunquer 9.
Veo el brillante cabello de James correr hacia mi y sus ojos verdes intenso brillan emocionados.
- Hola James - digo sonriéndole al tiempo que me da un gran abrazo. - Por un momento creí que eras un hijo de Ares.
- Ehh - exclama retrocediendo unos pasos - Gracias. - dice sarcástico con el ceño fruncido mirándome reprobatoriamente.
- Oh dios, James - digo pasando los manos por su cintura y enterrando mi cabeza en su cuello - sabes que no quise decir eso - deposito un suave beso en la curva de su cuello.
- ¿Y que querías decir? - pregunta mirandome desafiante.
-Que me habías asustado -digo mirandole triste y con un puchero.
- Yo nunca he querido asustarte, princesa. - me da un suave beso en la cabeza y hunde su nariz en mi pelo.
- Lo se - sonrío contra su duro y musculoso pecho y noto como sus brazos me estrechan contra si.
- Emmm... no me gustaría interrumpir vuestro momento romántico - dice Nico aclarándose la garganta ruidosamente queriendo obviamente interrumpir "nuestro momento romántico" - pero tenemos que acabar el juego, cogiendo la bandera, así que si estais abrazaditos todo el rato no la conseguiremos.
James se separa de mí y me empuja suavemente hacia Nico, quien pasa su brazo por mi cintura y me pega a su costado.
- Olvidaba que era tuya - dice con una sonrisa amablemente.
- Si - Nico sonríe cínicamente - Mía.
Le empujo levemente el hombro.
- Pero no significa que no pueda estar con mis amigos ¿verdad? - pregunto mirándole con una ceja enarcada.
- Por si puesto que no, cielo - dice sonriéndome - Puedes hacer todo lo que tu desees.
Sonrío con amor y le rodeo su cintura con mi brazos.
- Eres el mejor - digo con una sonrisa bobalicona, ignorando deliberadamente la batalla que se encuentra unos metros adelante.
- Deberías repetir eso más a menudo - dice riéndose - me gusta oir eso salir de ti.
- Bueno, tampoco te creas - digo enterrando la cabeza en su hombro - no vaya a ser que tu ego suba demasiado.
Me estrecha contra sí al tiempo que hecha la cabeza hacia atrás y suelta una carcajada.
- Y ahora ¿cual es el plan? - dice James con una sonrisa siniestra en la cara restregandose las manos.
- Tenéis que acercaros vosotros sigilosamente y distraer a la cabaña de Afrodita - nos comunica Nico con expresión grave. - Están entre los arboles para detener a los que intenten coger la bandera.
Nos mira detenidamente.
- Las chicas están en lado este y los chicos en el lado oeste. - suspira frustrado al tiempo que se pasa la mano nerviosamente por el pelo - James tienes que intentar distraer a las chicas - me mira a los ojos con una intensidad que me aturde - y tu tienes que intentar distraer a los....
Parece incapaz de seguir y respira una gran bocanada de aire.
- Chicos, Nico, tengo que intentar distraer a los chicos - completo la frase por él.
Asiente y pega su frente con la mía.
- Solo prometeme que no te dejaras encandilar por sus encantos - respira entrecortada mente y tiene los ojos cerrados - que no me dejaras luego por ningún hijo de Afrodita.
- Te lo prometo.
Se que es muy corto pero tenia que cortar aquí para en el siguiente no dejar a medias ninguna escena.
ESTÁS LEYENDO
El hijo de la muerte (Nico di Angelo)
FanfictionUn chico perseguido y acosado por toda clase de monstruos y pesadillas sacadas de los mas horribles libros de terror. Una chica que vive en la ignorancia. Sus problemas son mas livianos, pero no del todo triviales. El destino ha decidido juntarles...