Capítulo 10: El plan de la hija de Afrodita.

10K 528 152
                                    

Me despierto aún en brazos de Nico y sonrío para mis adentros. Me zafo de su mano y me incorporo restregandome los ojos. Los abro y suelto una exclamación ahogada.

Percy está sentado en la litera de en frente, mirándome con el ceño fruncido.

- Debería preguntar? - pregunta señalando a Nico con la barbilla.

- No - digo cruzando las piernas delante mía - es mejor que no lo hagas.

- ¿Puedo preguntar al menos que haces en biquini? - me miro a mí misma y descubro que ayer no me cambie al final. Me pongo roja y tapo mi rostro con mi pelo.

- No podía dormir y me fui a dar un baño - digo encogiendome de hombros.

- ¿Y cuando entra él en esta historia? - tiene el ceño fruncido y una expresión seria en la cara.

- Percy enserio, ayer no paso nada - digo intentando desesperadente cambiar de tema - solo dormimos.

- Lo sé - dice con los brazos cruzados sobre el pecho.

- ¿Lo sabes? - pregunto sorprendida.

- Se me olvidó una cosa ayer. Por lo que volví un momento y os vi a los dos abrazaditos durmiendo. - me pongo roja como un tomate y me miro fijamente los pies - volví a la cabaña de Atenea y le explique a Annabeth la situación. Y luego volví para vigilarlos.

- ¿No has dormido?

- Si - dice exasperado - pero tenía un sueño ligero y cada vez que oía el mas mínimo ruido me despertaba, para saber que intentabais hacer.

- Dormir - replico.

- Si - me corta irritado - ya lo veo.

Le sonrío con afecto y me hecho el pelo por encima de mi hombro.

- Lo que yo me pregunto... - empieza él como para sí - es cuando empezasteis a quitaros la ropa.

Le miro roja y sin comprender. Yo voy vestida, bueno, llevo el biquini completo. Percy me señala una cosa en el suelo y descubro con sorpresa que es la camiseta de Nico. No me acordaba habérsela quitado ayer.

- Nos dejamos llevar - digo en un susurro.

- ¿Ah si? - dice burlón - ¿Y hasta donde hubierais llegado si el cansancio no llega a llegar?

- Ni si quiera nos besamos - grito histérica

- ¿No? - parece confuso y es muy graciosa su cara - ¿No os besasteis pero si os desnudasteis?

- Solo le quite la camiseta.

- Con que se la quitaste ¿eh? Yo personalmente, le hubiera besado, y luego le hubiera desnudado, en ese orden.

- ¿Le hubieras besado?

- Si - se queja dolido

- ¿Te gusta Nico?

- ¿Que? No - sacude levemente la cabeza y me mira confuso.

- Pero le hubieras besado.

- Sí.

- Mira, no quiero saber más - digo levantándome y plantándome frente a él.

- ¿Que? - se levanta de la cama y se dirige a la puerta - Te dejaré para que despiertes al afortunado.

Asiento agradecida y mí sobreprotector hermano se va.

Me tumbo al lado de Nico y le muevo levemente, intentando sacarle del estado de trance en el que se encuentra. Se agita en sueño pero no abre los ojos, y yo, divertida, le empujo con cuidado fuera de la cama. Me mira confundido y luego parece recordar ayer. Se vuelve a tumbar con los ojos cerrados y yo le agito para que se levante.

El hijo de la muerte (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora