El hijo de la muerte (Nico di Angelo)

Capítulo 42: Cumpleaños.

Me levanto cansada y con unas agujetas terribles. Maldigo interiormente a Nick y a James por hacerme ayudarles a construir la maldita cabaña. Me siento y me restriego los ojos mientras dejo escapar un bostezo. Me giro con una sonrisa y le observo. Esta tumbado boca arriba en la cama, con un brazo extendido hacia un lado donde segundos antes estaba apoyada mi cabeza. Le sacudo levemente y el solo abre un poco un ojos y gruñe poniéndose una almohada en la cabeza.

- Arriba dormilón - digo soltando una risita.

- No quiero - dice con voz ronca.

- Nico - digo moviéndolo.

- Tumbate conmigo - dice tirando de mi suavemente.

- Tenemos que levantarnos - murmuro en su cuello.

- Mmm... - dice con una sonrisa.

- Arriba - le digo incorporándome yo.

- No - la intensidad de su voz me hace dar un respingo - no te vayas - su tono de voz se suaviza.

Le acaricio el contorno de su cara con mis dedos mientras le observo fijamente, finalmente me tumbo de nuevo a su lado y apoyo la cabeza en su hombro.

- ¿Que quieres hacer? - le pregunto.

- ¿Ahora mismo? - asiento - Besarte.

Levanto la cabeza y uno mis labios con los suyos en un beso lento lleno de sentimientos. Sonrío como una estúpida mientras me besa.

- ¿Porque sonríes? - me pregunta con con voz sexy repartiendo besos por todo mi cuello.

Jadeo.

- Por ti - para de besarme el cuello y se tensa a mi lado.

Me acaricia con ternura los labios y luego se inclina para besarmelos.

- Feliz cumpleaños - susurra.

Mis ojos se abren como platos y mis mejillas se tornan rojas. Contaba con que nadie se diera cuenta y este día pasara con normalidad.

- No te gusta tu cumpleaños ¿eh? - dice soltando una carcajada.

- No es la fecha que más me gusta - digo entre dientes.

Odio mi cumpleaños. Todos los recuerdos que tengo sobre esta fecha son malos. Mi madre en vez de celebrarlo, compraba una botella de alcohol y se emborrachaba hasta caer inconsciente. Decía que ese era el día en que el mayor error de su vida se hizo realidad.

- Pues ahora lo será - dice - se lo he contado a Piper y va a montar una - hace comillas con los dedos - "pequeña fiesta". Aunque conociéndola será...

Me tapo la cara con las manos. Oh dios, esto horrible.

- Sé que no te gusta llamar la atención - dice quitándome las manos de la cara - pero es solo un día al año, hay que celebrarlo.

- No es verdad - digo haciendo un puchero - no tiene porque. Podemos pasar el día con normalidad y fingir que no ha pasado nada.

Nico se ríe y me abraza con fuerza.

- Vamos a celebrarlo - me dice al oído - así que ahora vas a ir a prepararte.

Hago un ruidito fastidiado y me abrazo a su torso con más fuerza.

- Daisy arriba - me dice divertido Nico.

- No - digo - es mi cumple, puedo hacer lo que quiera.

- ¿No decías que no querías celebrarlo?

- Callate - digo.

Escucho su risa y noto como me levanta en brazos.

- ¡Bajame! - grito pataleando.