Miramos a nuestro alrededor con los ojos como platos. Nick resopla mirando fijamente todo el montón de armas especiales que tiene el lugar y coge una espada larga de doble filo.
- Impresionante - musita.
La alza y lanza unos tajos al aire, probando su resistencia.
- Veo que has descubierto mi alijo de armas - comenta Leo desde una plataforma a nuestro lado.
Nick se gira hacia él con una sonrisa.
- ¿Que tiene de especial esta espada? - pregunta emocionado.
- De momento nada, está en periodo de prueba - dice acercándose - ¿Que te gustaría que tuviese?
- No sé - dice observándola con adoración - algo guay.
Me río y me acerco a darle un abrazo a Leo.
- Vengo a ver a ese precioso y hermoso dragón que tienes. - digo mirando a mi alrededor.
- Ahí está - me señala un lado de la sala.
Camino en esa dirección y me acerco a Festo.
- Hola Festo - digo acariciándole el morro.
Se agita un poco y empieza a hacer ruidos.
- Festo dice que hola - me grita Leo desde su posición al lado de Nick.
- Vale - le grito de vuelta.
Le acaricio el lomo y me subo ágilmente encima suyo.
Me tumbo mirando hacia arriba y pongo las manos en mi tripa.
- Como sigas así vas a dormirte - dice Nick con una sonrisa desde el suelo.
Me giro dándole la espalda y me restriego los ojos.
- Ah no no - dice Nick rodeando a Festo.
Me agarra y me tira del lomo del dragón para cogerme en brazos. Le paso las manos por el cuello y pego mi cabeza a su pecho.
- ¿No has dormido esta noche eh? - pregunta divertido llendo hacia Leo.
- Claro que he dormido - replico con voz ronca.
- Si claro - se burla dejandome con cuidado en una silla.
Se acerca a Leo y empiezan a conversar sobre las distintas armas que tiene en el bunquer y las múltiples cosas que pueden hacer cada una.
Me paso la tarde observando los diversos planos que tiene Leo distribuidos por la sala y observando curiosos objetos.
- ¡Daisy! - me grita Nick con voz potente desde la entrada.
- ¡Ya voy! - digo dirijiendome hacia allí.
Me acerco con paso rápido cuando me doy con algo en la cadera y un extraño objeto llama mi atención.
- ¿Que es esto? - pregunto observándolo detenidamente.
- ¿El que? - Leo se asoma por encima de mi hombro - Ah si, no es nada.
- ¿Que? - pregunto extrañada.
El objeto que en mi mano sostengo es una delicada caja cuadrada con adornos multicolores hábilmente tallados.
- Es una maquina para hacer arco-iris - dice Leo quitándome suavemente de las manos para dejarla con cuidado en la mesa.
- ¿Y para que quieres eso? - pregunta Nick acercándose.
- A los mestizos se nos tiene prohibido tener móvil, por lo que nos comunicamos con mensajes iris. - nos explica Leo.
- ¿El que? - pregunta Nick observando detenidamente te la extraña maquina.
- La Diosa Iris, puede conseguir que te comuniques con otra persona a través de un arcoiris si no esta muy ocupada. - dice exasperado - Y para eso necesitas un arcoiris.
- Y esta maquina crea arcoiris. - digo como una completa estúpida.
- Si - dice resoplando - eso mismo.
- Y... - empiezo dubitativa. - ¿me la podrías dejar un rato?
- Claro - sonríe y me la entrega - pero ten cuidado, es muy delicada.
- Okay, creo que lo he entendido.
Nick y yo salimos y no dirijimos a la playa. Una vez allí ponemos la maquina en el agua y automáticamente aparece un precioso arcoiris.
Le lanzo un dracma de oro.
- Oh diosa Iris, acepta nuestra ofrenda. - digo con voz profunda.
Nick y yo esperamos.
- ¿Y ahora? - pregunta impaciente.
- Creo que tenemos que decir con quien queremos hablar - digo encogiéndome de hombros.
- Esta bien - dice mirando el resplandeciente arcoiris. - tu primero.
- No quiero hablar con nadie - digo intentando mantenerme firme.
- Vale - me mira fijamente pero no me pregunta nada - pues...
- ¿No quieres ver a nadie? - pregunto respirando hondo.
- Si - asiente seguro - quiero ver a mi madre.
Ya se que es muy corto pero esque no tenia ni una pizca de inspiración.
ESTÁS LEYENDO
El hijo de la muerte (Nico di Angelo)
FanfictionUn chico perseguido y acosado por toda clase de monstruos y pesadillas sacadas de los mas horribles libros de terror. Una chica que vive en la ignorancia. Sus problemas son mas livianos, pero no del todo triviales. El destino ha decidido juntarles...