El hijo de la muerte (Nico di Angelo)

Capitulo 34: Sueño

Sentada en el suelo se encuentra una joven de extraordinaria belleza. Sus rasgos atemporales y perfectos apuntan a los 15 años de edad. Su sedoso cabello color miel ondea al viento recogido en una deshecha trenza, y su bello rostro está manchado de tierra.

Se levanta con paso elegante y se acerca la orilla del mar, en donde se sienta sumergiendo sus pies en la cristalina agua del mar.

Suspira y se pasa el antebrazo por la cara, para después meter las manos en el agua para limpiar el barro de estas.

- ¿Porque? - musita - ¿porque a mí?

Lágrimas ruedan por sus delicadas mejillas y ella ni siquiera se las intenta limpiar.

Mira al cielo con la rabia y el odio brillando en sus ojos ambarinos.

- Me lo pagareis - dice con los ojos brillantes.

Sale del agua con paso firme y anda por la orilla hacia un gran jardín que hay en medio de la gran llanura.
Se inclina lentamente hacia una gran extensión de tierra repleta de flores y aspira cerrando los ojos el dulce aroma de una hermosa y delicada flor plateada de esbelta figura. Sacude la cabeza mientras en sus ojos ambarinos se refleja la añoranza y se pone de nuevo en pie.
Se acerca con paso seguro a una especie de chabola en medio de la arena, en donde entra con cuidado. Dentro, esta repleta de herramientas, circuitos y otros objetos utilizado para la construcción. La chica pasa los dedos suavemente por encima de algunos cables y suspira muy de vez en cuando, sumiéndose en sus recuerdos. Recuerdos posiblemente agradables que le gustaría revivir pero sabe que no puede, recuerdos que estoy segura, tienen que ver con este extraño lugar, al que ella sin darse cuenta ha quedado irremediablemente ligada.