El hijo de la muerte (Nico di Angelo)

Capítulo 92: "El otro barrio"

Bajo del coche con cuidado y me detengo al lado de Nico, quien se ha parado al lado de la ventanilla del copiloto. Jules baja la ventanilla y nos regala una sonrisa desdentada realmente escalofriante que supongo que intentaba que pareciera amable.

- Gracias por traernos - le dice Nico.

El zombie asiente y se toca la visera de su gorra de chofer.

Nos apartamos un poco y el gran e imponente coche negro de cristales tintados arranca con un rugido.

Nico empieza a caminar y yo le sigo de cerca, algo asustado por la posibilidad de perderme. Los Ángeles es una cuidad grande y laberíntica, con grandes edificios y callejones por doquier.

Nico gira en una esquina y a continuación aparece delante de nosotros un gran edificio. Escrito con letras doradas sobre el brillante mármol negro pone "EL OTRO BARRIO, ESTUDIOS DE GRABACIÓN". Y debajo, escrito en las puertas de vidrio que ocupaban gran parte de la fachada: NO ABOGADOS. NO VAGANCIA. NO SERES VIVOS.

- Vaya - digo asombrado - Imponente, realmente imponente.

- Aún no has visto nada - me dice Nico sonriendome de lado.

Nico se acerca al edificio con seguridad y abre ambas puertas con las dos manos, entrando como una completa diva.

Los fantasma allí reunidos le miran fijamente, y algunos cuchichean entre si. Se acerca al mostrador con aires de superioridad y mira fijamente al hombre tras él.

- Buenos días, Caronte - dice.

Espera espera, ¿Caronte? ¿El de los mitos? ¿El mitológico barquero que transportaba las almas de los muertos al Inframundo? ¿Es él?

«No, Nico le ha llamado así pero no, no es el» replica mi subconsciente con sarcasmo.

«No sé. Cuando alguien te dice Caronte no te lo imaginas así; con gafas, un traje y joyas ¿sabes?»

«Pfff. ¿Como querías que fuese? ¿Un hombre con túnica y capucha?»

«Pues sí, sería lo normal»

«Eres demasiado anticuado, James. Modernizate»

Oh genial, creo que deliro.

Caronte es alto y elegante, con piel chocolate coloreada y cabello rubio blanquecino rapado al estilo militar. Viste en tonos de carey y un traje de seda italiana que combina con su cabello. Una rosa negra esta colgada de su solapa debajo de una etiqueta de nombre plateada.

- Nico di Angelo - dice - ¿Que haces aquí? Creí que no volvería a verte.

- Mi padre requiere mi presencia - dice poniendo los ojos en blanco.

Caronte ríe y me mira fijamente, reparando por primera vez en mi presencia.

- ¿Quien es tu amigo? - pregunta.

Se inclina a través del escritorio. No puedo ver nada en sus gafas excepto mi propio reflejo, pero su sonrisa es dulce y fría, como la de una pitón justo antes de comerte.

- Es el hijo de Thánatos - me presenta Nico.

Caronte alza las cejas claramente sorprendido.

- ¿Como te llamas? - pregunta.

- James - me aclaro la garganta y me acerco al mostrador - James Maslow.

- Caronte - sonríe.

Asiento nervioso.

- Tranquilo muchacho - Caronte se ríe y mira a Nico, quien sonríe apoyado en el mostrador - Está un poco nervioso, eh.

- Es su primera vez.

- Es bueno que se vaya acostumbrando al Inframundo - dice Caronte - Es donde va a pasar la eternidad, al igual que todas estas tristes almas condenadas aquí presentes.

Mira con aburrimiento a su alrededor y hace una mueca.

- Bueno - se incorporo y se acerca a una especie de puerta de ascensor - Vamos.

Le seguimos y pasamos entre cientos de almas que nos miran con celos y rencor.

- Ignoralas - me dice Nico - Están resentidas por que nosotros podemos pasar y ellos no.

- ¿Porque no? - pregunto.

- No han pagado la tarifa - me dice Caronte.

- ¿Cuanto tiempo llevan aquí?

- Días, años, décadas, milenios... - Caronte se encoje de hombros - No sé, no me importa. Si no pagan no pasan.

El ascensor llega con un chirrido y las puertas se abren; dejándonos pasar.

Nico le entrega un par de dracmas y entramos en el ascensor. Caronte pulsa el único botón y la plataforma comienza a descender.

- ¿Preparados? - pregunta con una sonrisa siniestra.

¡FELIZ HALLOWEEN! Se que es atrasado pero ¡FELIZ HALLOWEEN!