Capítulo 68: Misión.

4.4K 253 20
                                    

- Estaréis bien? - pregunto por décima vez.

- Si, Daisy, sí - James me sonríe.

- Nada puede nosotros - añade Nick con una sonrisa.

James y yo le miramos cansados y le veo suspirar.

- Si, Daisy, nada puede hundirme, ni siquiera que Reyna se haya ido. Lo he superado.

- Ah, bueno. Entonces no será necesario que vayamos a visitarla al Campamento Júpiter cuando vuelvas...

- ¡No! - grita - Bueno - intenta disimular - deberíamos ir, ya sabes, porque se lo prometimos, no por nada más.

- Claro - asiento - por supuesto, únicamente por eso ¿verdad?

- ¿Porque si no? - se hace el inocente.

- No sé, ¿tal vez porque la quieres?

- Cierto - Nick sonríe - la quiero, mucho.

- Mucho - asiento yo con una sonrisa.

- Muchísimo.

Les doy un gran abrazo a cada uno y un beso en la mejilla a ambos dos.

Nick y James miran el campamento con expresión soñadora y me sonríen antes de desaparecer por la barrera.

- Les vas a echar de manos ¿verdad? - pregunta Nico con una sonrisa torcida.

- Ni lo dudes - sonrío.

Se ríe y me abraza con fuerza.

- Nico, ¿sabes porque no me mandaron a mí a la misión? - pregunto.

- Claro - contesta despreocupado.

- ¿Y? - pregunto impaciente. Llevo desde hace días comiendome la cabeza de porque no me enviaron a mí, como si no fuese suficientemente buena para ir, como si fuese tan horrible hasta como semidiosa que no me creen capaz de hacerlo.

- Y... ¿que?

- ¿Porque no me mandaron a la misión, Nico? - pregunto impaciente.

- Percy y yo nos pusimos de acuerdo en que no debías ir - abro la boca indignada, ¿quienes se creen que son para decidir por mi? - No te enfades, cielo. Lo hicimos porque te queremos y nos preocupamos por ti.

» No dudo que seas capaz de defenderte, ni que no seas capaz de luchar contra un monstruo y matarlo sin problemas, pues se de sobra que eres capaz de eso y mucho más; pero no pienso arriesgarme a perderte. Si alguna vez hay algún tipo de oportunidad, por mínima que sea, de evitar que te pase algo; lo haré. Como si es evitar que vayas a una misión, me da igual, no pienso pasar por eso. No soportaría perderte.

Le miro con una sonrisa llena de amor. Dios, es tan tierno...

- Lo entiendo - susurro con una sonrisa - Pero tenéis que dejarme vivir mi vida. No me voy a quedar siempre aquí sin hacer nada por miedo a lo que me pueda pasar.

- Lo sé - sonríe - No te vamos a impedir ir a cualquier otra misión. Hemos decidido que para cuando tengas que ir a otra misión, ya estarás preparada, pero no queríamos arriesgarnos.

- Así que... No soportarias perderme, eh - digo pasando mis manos por su cuello.

Nico sonríe y me acerca a su cuerpo por la cintura.

- Sabes que no - ronronea antes de unir sus labios a los míos.

Sonrío contra su boca e introduzco mis dedos en su pelo, deleitandome con el tacto que tiene. Un sonido ronco se le escapa a Nico por la garganta, provocando que mi temperatura corporal aumente considerablemente. Mis manos viajan hasta su fuerte pecho, donde palpan con ansia sus desarrollados músculos que se le notan a la perfección bajo la camiseta, volviéndome loca.

El hijo de la muerte (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora