Capítulo 74: "Estarán bien"

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*Daisy *

Suspiro y apoyo la cabeza en el pecho de Nico al tiempo que sus brazos me rodean por fuerza. Estoy tumbada en la arena de la playa con Nico abrazandome por detrás mientras miramos el precioso atardecer que se vislumbra desde la orilla.

- ¿Crees que estarán bien? - le pregunto con un suspiro.

- Daisy, deja de preocuparte - me recomienda - Son James y Nick, sabrán pasar desapercibidos.

Asiento deseando creer eso; pero me es imposible. Desde que se fueron he tenido la sensación de que se encuentran en peligro, como un peso en el estómago que me gritaba que no estaban bien.

- Pero, ¿y si no lo están? - insisto.

- Lo estarán - Nico me besa el hombro - Te lo prometo, mi amor, estarán bien. Ya verás como no les ha pasado nada.

Cierro los ojos intentando convencerme de eso.

Están bien, Daisy- me repito a mi misma - No están en peligro, están bien. Están bien.

- ¿Y si no están en peligro porque tardan tanto? - pregunto al darme cuenta de ese detalle.

- Se habrán perdido o habrán tenido algún problema con la nueva - dice - Tranquilizate mi amor, solo han pasado dos días.

- Demasiado - susurro.

Les echo malditamente de menos. El Campamento sin ellos no es lo mismo. Puede que hayan pasado dos días, que para mi han sido una eternidad. Echo de menos la risa de Nick y la sonrisa amable de James. Sus bromas pesadas y sus risas a costa mía. El brillo alegre de los ojos de Nick y el precioso color oro del cabello de James.
- Les echas de menos ¿verdad? - me pregunta Nico divertido.
- Con toda mi alma - susurro.
Como deseo que vuelvan. Volver a ver a James sentado en los escalones de su cabaña sin camiseta, o a Nick con su espada en el ruedo de entrenamiento; venciendo a todos con una facilidad inusitada.
Miro al mar con añoranza. La de veces que estuvimos los tres dentro, salpicandonos, bromeando...
Bien, debería parar. Creo que empiezo a delirar. Ni que estuvieran muertos y no fueran a volver.
Nico apoya su barbilla en mi hombro y mira al cielo preocupado.
- ¿Que ocurre? - pregunto cuando veo como se ensombrece su mirada.
- Nada - sonríe - nada.
- Nico...
- Es una tontería - dice.
Pero yo sé que no es una tontería, si no no estaría así. Nico no es idiota, y NUNCA se preocupa; y que esté así significa que esto es todo menos una tontería.
- El otro día fui al bosque a matar a unos cuantos monstruos, ya sabes, para descargar la tensión - empieza él - Pero me costó mucho matarles; fue extraño. Tuve que acertarles en puntos mortales para matarles...
- ¿No se suponía que se morían con que les tocaran? - pregunto confusa.
- Eso se suponía - asiente él - era como si fueran la primera encarnación de los monstruos y por eso hubiera que matarles por primera vez, la real...
- No comprendo - me muerdo el labio.
- Cuando los dioses crean un monstruo, la primera vez que se le mata hay que hacerlo acertándole en puntos mortales, como si fuese un ser vivo. Nosotros ahora no tenemos que hacer eso porque luchamos contra las encarnaciones de esos monstruos que vivieron hace miles de años, por eso vasta con tocarlos. Pero ahora es como si fueran de nuevo los primero, los reales...
Se hace el silencio entre nosotros. Nico me deja tiempo para que lo asimile y yo simplemente miro el mar anonadada.
- ¡Nick y James! - grito dándome cuenta de que ellos no lo saben - ¡Podrían estar en peligro!
- ¿Porque todo te lleva a pensar en ellos? - pregunta cansado.
Esbozo una pequeña sonrisa y le doy un beso en la mejilla.
- Eh - dice riendo - yo quiero un beso, pero no ahí - mueve las cejas.
- ¿A, sí? - ronroneo girandome. Me siento a horcajadas sobre la piernas de Nico y paso mis brazos por su cuello - ¿Y donde lo quieres?
Nico sonríe y arquea las dejas divertido.
- ¿Aquí? - le doy un beso en el hombro.
Nico se ríe pero no dice nada.
- ¿Aquí? - mi labios rozan la piel de su cuello, en donde doy un leve mordisco - ¿Aquí? - le beso la mandíbula - ¿Aquí? - mis dientes tiran del lóbulo de su oreja - ¿Aquí? - mis labios rozan la piel de su mejilla.
» ¿O aquí? - susurro rozando mis labios con los suyos, pero sin que lleguen a tocarse.
Nico sonríe de oreja a oreja y me pone una mano en la nuca y otra entre los omoplatos para después apoderarse de mis labios con fiereza.
- Te quiero, Daisy - susurra contra mi boca.
- Y yo a ti - digo.
- ¡DAISY! - escucho que grita alguien.
Me separo de Nico con un ruidito irritado y me levanto bruscamente, enfadada por la interrupción.
A lo lejos veo a Cindy venir furibunda hacia mí. ¿Pero que..?
- ¡¿Quien te has creído que eres para decirle a Theo que venga ha hablar conmigo?! - exige saber cruzándose de brazos.
- Estaba triste y deprimido - digo extrañada, ni que le hubiese pedido que se suicidara - y muy arrepentido. Únicamente le dije que intentara arreglarlo. Sigo creyendo que deberíais hablarlo...
- ¡¿Alguien te ha pedido tu opinión, estúpida?! - me interrumpe gritando - ¡No! ¡Así que cállate y no des consejos de mierda!
- Mira, bonita... - empiezo yo. No busco pelea pero si me insultan no pienso callarme a escuchar.
- Daisy - Nico me corta y se encara con Cindy - Mira, estúpida. Como vuelvas a hablarle así a Daisy, mirarla mal, o si quiera hablar mal de ellas a sus espaldas y me encargo personalmente de que pases la eternidad en los campos de castigo con torturas que tu mente de niña superficial y malcriada no es capaz si quiera de imaginar, ¿entiendes? - Cindy retrocede - Me vuelvo a enterar de que la has hablado así y yo mismo vengo a acabar con tu miserable e insignificante vida - Cindy asiente asustada; y os aseguro que no es para menos - A de más; Daisy puede hacer lo que le plazca, porque: primero, Theo y tu no habéis sido para nada discretos y esto de privado ya no tiene nada, y segundo: ¡Theo si que le pidió opinión, puta retrasada! Antes de hablar estate segura que lo que dices tenga algo de sentido, joder.
Nico respira hondo y se acerca mucho a ella.
- Me importa una jodida mierda que seas hija de Deméter - susurra con una sonrisa siniestra - como si lo eres de Zeus, NADIE habla así a mi chica.
Cindy asiente y sale corriendo asustada.
- ¿Estas bien? - Nico se gira hacia mi preocupado.
- Yo sí - silvo.
No me extrañaría saber que ahora mismo Cindy se encuentra llorando en el sótano de su cabaña traumatizada de por vida.
- No dejes que nadie te hable mal, cielo - dice con voz suave acariciándome la mejilla con dulzura - Nunca.
- Gracias - digo sonriendo - Por defenderme, bueno, por todo.

- Te quiero, Daisy - susurra mirándome risueño - Tú eres esa persona por la cual lucharía miles de veces sin importar nada, por la que lo doy todo. Contigo quiero cumplir todos mis sueños, superar todos los obstaculos que nos ponga la vida juntos, salir adelante y amarnos y enamorarnos cada día más. Eres el amor de mi vida, eres esa persona que tanto anhelaba que llegara a mi vida. Contigo quiero estar para siempre, porque contigo todo es diferente, contigo todo tiene sentido.

Espero que ya se pueda ver :3. Es que Wattpad me había borrado el texto del capítulo :( y tube que volverlo a escribir, por lo que lo siento si está un poco mal :(

El hijo de la muerte (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora