Capítulo 87: ¿Como que os vais?

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*Daisy *

- Tranquilizate, Daisy - me dice Nick con una sonrisa estirándose.

Ambos estamos sentado alrededor de la gran hoguera, observando el hermoso - si, hermoso - color que adquiere el fuego.

- N-no puedo - me estremezco - Es como una corazonada, algo no va bien, Nick.

Hace al menos una hora que Thánatos ha abandonado el Campamento - de forma grandiosa, todo hay que decirlo - y James no ha salido en ningún momento de su cabaña.

- ¿Te sentirás mejor si vamos a verle? - pregunta resignado.

- Sabes que si.

Nos levantamos pesadamente y nos dirigimos hacia la cabaña 21. Llamo a la puerta y como nadie me abre la abro yo.

Ahogo una exclamación en cuanto veo lo que hay dentro. Toda la cabaña está destrozada. Las cosas rotas en el suelo, y las camas rotas y deshechas. En el suelo, a unos cuantos centímetros de distancia de mi posición, hay un bulto que se agita en el suelo; tapado por una sabana fina azul oscuro.

Esquivo cosas por doquier y me arrodillo al lado de mi amigo. Le aparto la sabana dejando al descubierto el rostro rojo e hinchado de James. Las lágrimas caen en abundancia por sus mejillas y sollozos desgarradores se escapan de su - probablemente ya jodida - garganta.

- ¡James! - exclamo tapandome la boca con las manos - ¿Que ha ocurrido? - susurro.

- M-mi padre me ha p-pedido - hace una mueca - me ha obligado a ir al Inframundo con él.

- ¿Que? - exclamo incrédula - ¿A que te refieres, James?

- Preguntale a Nico, Daisy - gime - él también lo sabe.

Me levanto con rapidez y corro hacia la cabaña de Hades con urgencia.

- ¡Nico! - exclamo abriendo la puerta de par en par.

Espero encontrarme con toda la cabaña patas arriba como la de Thánatos, pero únicamente veo a Nico sentado en el borde de una cama.

Parece sano...

Ahogo un grito. Sus manos están en carne viva y llenas de sangre; y la pared detrás mía llena de abolladura - que estoy más que segura han provocado los puños de Nico.

- Daisy - murmura bajando la vista.

- ¿Que ha ocurrido, cielo? - me arrodillo delante suya estrecho sus manos entre las mías.

- Yo... - suspira - Mi padre me ha pedido que vaya al Inframundo, pero yo no quiero, Daisy. ¡No quiero ir al puto Inframundo! ¡NO QUIERO IRME!

Se levanta furioso probablemente dispuesto a volver a golpear la pared. Me interpongo en su camino y le pongo las manos en su pecho. No intento detenerle por la fuerza; pues es más que obvio que si quisiera podría apartarme, de echo creo que cualquier persona es más fuerte que yo. Solo espero poder persuadirle para que no siga haciéndose daño.

- Nico - le pido.

- ¡No! - exclama furioso mirándome suplicante - ¡No quiero estar sin ti! ¡¿Me oyes?! ¡No quiero! ¡No puedo!

Lágrimas de impotencia y frustración ruedan por sus pálidas mejillas.

- Yo...

- ¡No, Daisy! - grita y pega un puñetazo a la pared que hay detrás mía - ¡No pienso calmarme! ¡No tiene derecho a pedirme estar sin ti! ¡No tiene derecho! - vuelve a golpear la pared - ¡LE ODIO! ¡Le odio! - se apoya en la pared y más lágrimas le caen por las mejillas - L-le od-dio - gimotea.

El hijo de la muerte (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora