Capitulo 154

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Capitulo 154

Cuenta Peter: Había pasado una semana y Lali volvió a las quimios, había a todo esto el tumor había disminuido un poco, cuando la quisieron operar  sufrió un enfisema pulmonar, estuvo internada dos semanas y luego paso, le dieron el alta y siguió el tratamiento en casa.
Lali: Cansada es poco.
Peter: Todo va a pasar, ya vas a ver. Vos descansa un rato que lo necesitas.
Lali: No tengo ganas de descansar. (Pensando) Pensar que en estos momentos estaríamos de vacaciones por ahí.
Peter: Te gusta ser injusta con vos misma. Lali entende que en esta vida no siempre se puede hacer lo que uno desea, a veces los planes son simplemente eso, planes.
Lali: Digo lo que siento,  si yo no tendría esta enfermedad, nuestro hijos estarían disfrutando de sus vacaciones, de ir a la pileta, de traer amigos, no solamente me estoy privando yo de cosas, a ellos y a vos también lo estoy privando de sus cosas.
Peter: (Tomándola de la mano) Deja de pensar por un momento en lo demás y pensa por vos.
Lali: Esta Euge abajo?
Peter: Si, queres hablar con ella? (Lali asintió) ahora le digo.
Euge: (Al rato) Que paso amiga?
Lali: Sección?
Euge: No La, si queres hablamos como amigas. Mi agenda está desocupada y la voy a dejar así.
Lali: (Llorando) No doy más, siento que hasta acá llegue, que las fuerzas no me acompañan, tengo ganas de parar esto y esperar a la hora (Interrumpida)
Euge: Que hora? De morir? (Silencio) Te das cuenta que sos injusta? Hablas de amar a tus hijos, cuando ni siquiera te amas a vos misma, Mariana, pensa por un momento en vos, mírate y pensa por las cosas que pasaste y como saliste, mira a tu alrededor, tu marido Lali, Peter, un hombre que no descansa ni a sol ni a sombra, noches enteras en vela, tus hijos, esos dos nenes que se encuentran allá abajo (Ambas lloraban) esperando a su mamá para jugar, para que los retes, La pensa en lo que vas a hacer.
Lali: Juro que quiero, pero no puedo.
Euge: Si, si que podes, solo es cuestión de ser positiva.
Cuenta Peter: Escuchar a Lali decir que ya no tenía ganas de seguir, fue un puñal en el medio del pecho, trataba de entender, de entenderla, de hacerme la idea lo fuerte que debe ser estar postrada en una cama la mayor parte del día y que tus hijos estén creciendo y perderse eso, por mi cabeza pasaban muchas cosas, el saber que no puedo hacer nada para ayudarla me ponía más frustrado aun.
Los días pasaban, muchos de ellos, Lali se encontraba sin ánimos y otros en donde la tenía que cargar y sentarla en una silla de ruedas para que pudiera disfrutar del aire, de un día de sol, que la luz del día pegue en su cara, dejarla disfrutar en el balcón, un día más.
Estaba más flaca, levantarla a ella, era como levantar una bolsa llena de huesos. Los médicos, por una razón que desconozco, habían bajado los días de quimio; Era fuerte ver a mi mujer deteriorarse de apoco, cuando me tocaba cargarla a la silla de ruedas y sentir sus huesos, me daba impresión, trataba de que ella no lo notara, pero sabía que por más esfuerzos que hiciera, ella se daba cuenta.
Por las noches tenía el agrado placer de escuchar a Tomi leyéndole algún libro a su madre, esos momentos eran lo que más me dolía y aun más recordar lo que una noche me había dicho;

CONTINUARA...

Me Duele AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora