La Casita del Horror XXVIII

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—Sargento, son de utilería.

—¡Se los dije, son maniquís!

—¿Qué hay de la sangre?

—Colorante artificial.

—No maté a nadie, no soy un asesino serial ¿puedo irme a casa? Tengo que trabajar en el turno de la mañana y llevar a mis hijos a la escuela—el oficial suspira levantándose de su lugar y soltando las esposas de YiFan—Gracias ¿puede también liberar a mis amigos? No hemos asesinado ni una araña, me aterran, Yeol es alérgico a sus mordeduras y JongDae las atrapa para dejarlas en libertad ¡somos ciudadanos ejemplares que no matan arañas porque entendemos su importancia en la cadena almenticia de los insectos!

El oficial vuelve a suspirar caminando por los pasillos hasta la celda donde ChanYeol y JongDae tiemblan de frío, son las tres de la mañana, está lloviendo y están en la fría estación de policía por un enorme malentendido.

—Kim, Park, se van.

—¡Ya era hora!

La celda se abre y es entonces que los oficiales muestran amabilidad ofreciéndoles mantas tibias, café y sándwiches de pechuga de pavo mientras se disculpan, en verdad están arrepentidos. Después de eso tienen que firmar su papeleo de libertad, aceptar más disculpas y algunos uniformados ruegan a los jóvenes herederos que sus poderosas familias no vayan a dejarlos sin trabajo.

—¿Señora Yang? Buenas noches, habla el oficial Jeon para informarle que sus vecinos no son asesinos seriales, los cuerpos que bajaron de la camioneta son de utilería, maniquís ¿qué cómo lo sé? Hicimos exámenes, lucen muy reales pero son juguetes. No tiene nada de que preocuparse.

YiFan, ChanYeol y JongDae desean hablar con la señora Yang, esa mujer les debe una disculpa por haberlos metido ahí.

Todo empezó a la hora de la cena, había un delicioso pastel de carne y licor de manzana, incluso había mousse de limón como postre, estaban a punto de tomar su rebanada de carne cuando la policía irrumpió en la casa de los Wu arrestando a YiFan, en la estación de policía se encontraría con JongDae y ChanYeol que también fueron sacados de sus casas a la fuerza.

¿La razón?

Una llamada de una aterrada viuda de 62 años asegurando que sus vecinos estaban escondiendo un montón de cadáveres en su hanok.

Y sí, eran cadáveres, pero de utilería. YiSheng los ha estado enviando a petición de sus sobrinos para su atracción de terror escolar; sólo que este paquete no pudo ser entregado por un error en la dirección y YiFan tuvo que ir a recogerlo en persona, sigue sin entender que llevar a ChanYeol y JongDae con él es de mala suerte. A mitad del camino se pusieron a jugar con los maniquís y cuando tuvieron que bajarlos parecían cuerpos muertos reales, la vecina los vio, llamó a la policía y esa es la historia de su visita a la Estación de Policía.

Seis horas después los oficiales se enteraron de que todo es utilería teatral y después de muchas disculpas, dejaron libres a los asesinos.

—En verdad lamento mucho este malentendido, señor Wu—el oficial se disculpa con Guí Xián—No podemos tomar esas llamadas como un juego, tenemos que investigar a fondo. Lo lamento, de corazón lo lamento.

—Más lamento yo no haber usado preservativo ese 14 de febrero de hace 25 años. En estos momentos estaría durmiendo cómodamente en mi mansión sin tener que preocuparme de sacar a un mocoso idiota de la cárcel.

Good Parents (KrisHo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora