++ Treinta y tres ++

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Chu WanNing despertó sintiendo que algo andaba mal.

El día anterior había sido un poco caótico. Sus cuatro discípulos se habían entretenido con sus armas sagradas, practicando con ellas cuando el momento de nombrarlas llegó.

— Mo Ran no cuenta— dijo Xue Meng con una risa inocente—, porque él ya nombró la suya.

Mo Ran estaba extrañamente callado, como si algo hubiera llamado su atención y su mente estuviera enfocada solo en eso así que no dijo nada y Xue Meng se apresuró a nombrar su cimitarra.

— La llamaré LongCheng— dijo
— Nombraré a mi espada Shang Yang en honor a la bestia divina que me la entregó— dijo Ye WangXi.
— Mi arco se llamará Baihong— dijo NanGong Si distraídamente.

Chu WanNing asintió tranquilamente y supervisó los entrenamientos de sus discípulos sin mayor problema hasta que uno de los discípulos llegó apresuradamente.

— ¡Anciano YuHeng!— exclamó asustado, resoplando—. ¡La barrera se ha roto!

En un principio, la razón principal por la que Chu WanNing se había acercado al pico SiSheng era debido al hecho de que la montaña trasera del pico era, por decirlo de alguna manera, la frontera entre el reino mortal y el inframundo. Aunque los miembros de la secta habían hecho su mejor esfuerzo para mantener a raya la influencia fantasmal del inframundo sus esfuerzos habían terminado por ser infructuosos. Chu WanNing erigió una barrera entre ambos reinos y se comprometió a mantenerla en buen estado, conforme el tiempo fue pasando el carácter afable y noble de Xue ZhengYong terminó por agradarle y se quedó en la secta, al mismo tiempo que ganaba un amigo con ideas afines a las suyas.

La barrera estaba a punto de romperse cuando Chu WanNing llegó y de inmediato comenzó a trabajar para repararla prácticamente reconstruyéndola de cero. La energía de los fantasmas que había del otro lado era cada vez más viciosa y pronto tendría que hallar otra manera de mantener sellada la frontera, algo en lo que ya estaba trabajando. Luego de un largo tiempo pudo sellar nuevamente la barrera y se sintió repentinamente cansado, como si este procedimiento al que estaba acostumbrado hubiera comenzado de repente a drenar su energía.

Pero surgió otra cosa antes de que pudiera retirarse a descansar.

— ¡Shizun!

Xue Meng traía arrastrando a Mo Nian y explicó la situación: dos personas, un joven llamado Rong Jiu y un tipo que solo se presentó como Chang Da, aparecieron para quejarse sobre cómo Mo Nian los había agraviado, ya que el joven maestro había sido acusado por el joven Rong de haberlo robado. Mo Nian había sido registrado frente a todos sin que se hallara nada, pero Xue Meng lo había descubierto.

Chu WanNing resolvió esto de la forma más simple: convocó a TianWen y lo usó para interrogar al joven.

— ¿Robaste?— preguntó.

Mo Nian apretó los dientes sin decir nada hasta que el dolor fue insoportable y exclamó:

— ¡Lo hice! ¡Pero él se lo tenía merecido!
— ¿Por qué?

El rostro de Mo Nian se puso ceniciento y jadeó varias veces buscando verse miserable, pero Chu WanNing no cedió.

— ¡Él me robó primero! ¡Ah!

Había mentido, y la represalia por ello había llegado. Chu WanNing retrajo la rama sagrada y dijo:

— Llévalo al salón Yanluo para que medite al respecto. Mañana recibirá su castigo en la plaza de la Virtud y el Pecado.
— ¿Frente a toda la secta?— se sorprendió Xue Meng.

No le agradaba Mo Nian para nada, pero tampoco pudo evitar sentir un poco de pena por su primo ante su futura humillación. Mo Nian gruñó lamentando sus heridas por la interrogación y escupió presa de la rabia:

— ¡Maldita viuda blanca! Por eso nadie te quiere.
— ¡Perro idiota!— gritó Xue Meng con rabia.

Chu WanNing no se molestó en darle una segunda mirada, con una orden silenciosa TianWen se movió propinando un golpe al muchacho y se fue agitando las mangas con indignación. Las palabras del chico habrían calado hondo en su alma de no ser por lo sucedido en ciudad Dai y las palabras de Mo Ran emergieron repentinamente.

"Espere a que crezca, y le demostraré que no son disparates"

No necesitaba nada más.

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A la mañana siguiente, todos se reunieron en la plaza, donde Mo Nian recibió su castigo: cuarenta golpes y copiar las reglas de la secta. Sin pestañear, Chu WanNing ejecutó el castigo dando la cantidad estipulada de azotes y se retiró. Fue entonces que el presentimiento de que algo andaba mal lo acometió de nuevo y se llevó una mano a la cabeza notando un repentino mareo.

— ¡YuHeng!— exclamó Xue ZhengYong yendo hacia él.
— Gran señor…— dijo Chu WanNing con calma antes de perder el conocimiento.

Cuando despertó, se encontró en su residencia junto a Xue ZhengYong y el anciano Xuanji. Ambos lo miraban con la misma expresión de pasmo que lo incomodó sobremanera.

— ¿Qué?— soltó de mal humor.

Se dio cuenta de que su voz era diferente, y notó que era extrañamente más pequeño. Corriendo a trompicones se acercó a uno de los ghouls de acero que había en su taller y vio su reflejo, comprendiendo esas expresiones azoradas.

Se había convertido en un niño.

❁❁❁❁❁

Por Dianxia, creí que no iba a alcanzar a hacer esto, el trabajo me tuvo de un lado a otro xD

Pero aquí está, Xia SiNi ha entrado al chat.

¡Feliz navidad a todos! 🎄🎇

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora