++ Noventa y cuatro ++

56 10 1
                                    

Dos hechos sorprendentes ocurrieron al mismo tiempo.

El primero fue la aparición de una barrera dorada que protegió al grupo de las enredaderas que lanzaban sus primeros ataques. Chu WanNing se abrió paso entre éstas con una furia nunca antes vista, atacando sin piedad todo aquello que se acercaba a él. Su expresión era extremadamente fea, al grado de que incluso sus propios estudiantes temían dirigirle la mirada.

El segundo hecho fue un gran ataque con un látigo rojo que rompió las enredaderas con un gran ataque y todos vieron con sorpresa a Mo Ran de pie, con aquella pieza de ajedrez en la mano y un látigo en la otra. El joven dirigió la mirada hacia la pieza que sostenía y la apretó con fuerza, absorbiendo la energía recién liberada mientras su mirada se dirigía a Song QiuTong.

"Increíble", pensó Shang QingHua. "Pudo deshacerse de las enredaderas con un solo ataque"

Un 'ding' sonó en su cabeza y la voz del sistema dijo:

[ Mo Xi era conocido en el reino de Chonghua por su núcleo dorado tiránico y su gran poder espiritual, lo cual también lo hacía ser temido por otros ]

"Eso lo explica todo. ¿Pero cómo... ?"

[ El poder de Mo Xi, junto con su arma sagrada Shuairan quedaron fusionados con su alma al momento de morir ]

Y como ahora Mo Xi y Mo Ran compartían cuerpo, el primero podía hacer uso de sus habilidades y echar mano de su poder. Shang QingHua se sintió asombrado del cauce que iba tomando esta nueva historia, pero aún así podía notar la conveniencia del guión que había creado al ver a Mo Xi combatir con pocos movimientos el ataque conjunto de las enredaderas. Sin embargo, por más fuerte y poderoso que fuera, no era infalible y estaba expuesto a ser atacado, lo que estuvo a punto de suceder cuando un discípulo del palacio Huan Hua se acercó para atacarlo por la espalda; pero antes de que el propio Shang QingHua pudiera hacer algo una flecha salió disparada atravesando al cadáver justo en el pecho.

Con un salto veloz, NanGong Si se situó al lado de Mo Ran con el arco Baihong en su mano.

— ¡Presta más atención!— gritó.

Xue Meng se acercó a ellos cubriendo el flanco izquierdo de Mo Xi, quien los miró a ambos con algo de confusión como si tratará de reconocerlos para luego mirar al frente.

— Hay que salir de aquí— dijo—. Esto es una pérdida de tiempo.

— ¡No se irán! ¡Nadie va a salir de aquí!— gritó Song QiuTong haciendo levantar una nueva andanada de enredaderas.

Mo Xi levantó el látigo lanzando otro ataque que barrió con una gran cantidad de enredaderas mientras el resto se encargaba de las demás. No pudo evitar pensar que si tuviera a Tuntian consigo podría terminar esto más fácilmente, pero en su alma ya no había ni un rastro de la bestia divina que lo había acompañado inadvertidamente durante gran parte de su vida y ni siquiera tenía el cetro. Entonces sus ojos se posaron en Shen QingQiu y Liu QingGe y tuvo una idea.

— Podemos abrir una vía de escape— dijo.

Xue Meng dirigió la mirada hacia donde el joven observaba y sonrió. NanGong Si volteó hacia el mismo sitio y su mente comenzó a trabajar a toda velocidad creando un plan de escape. Después de todo, en el grupo de discípulos entrenado por Chu WanNing, la parte estratega corría a cargo de NanGong Si y mirando a Mo Xi como si fuera Mo Ran dijo:

— Si juntamos tu repentina fuerza de ataque junto con la del maestro Shen y la del maestro Liu podemos abrir un sendero entre las enredaderas para salir de la montaña. El resto puede encargarse tanto de los cuerpos manipulados por el ajedrez Zhenlong como de las enredaderas sueltas. Pero necesitamos que alguien se haga cargo de distraer a Song QiuTong.

En ese momento Ye WangXi y Feng Shiyao se acercaron al trío. NanGong Si les explicó su plan y Ye WangXi dijo:

— Yo lo haré. Ya luché una vez con ella.

— Iré contigo— dijo Feng Shiyao.

Pero NanGong Si negó con la cabeza.

— Lo mejor será que tú y Xue Meng sean la fuerza defensiva para cubrir la huida— dijo.

Algunos de los cultivadores que habían escuchado la conversación bufaron indignados y Huang XiaoYue exclamó con molestia:

— ¡NanGong Si, todavía tienes las agallas de creer que te escucharemos!

— ¿Van a escucharme a mí?— inquirió Shen QingQiu repentinamente.

La gente asintió al unísono. Shen QingQiu era conocido como el estratega de Cang Qiong, por lo que tendría una mejor idea de qué hacer. Para su sorpresa, el mayor señaló al muchacho y dijo:

— Hagan lo que él dice. Si no están dispuestos, entonces no estorben.

— ¿Qué vas a hacer tú?— preguntó Xue Meng mirando a NanGong Si.

El joven sonrió haciendo un silbido y en ese momento un gran lobo ágape apareció. NanGong Si montó al lobo y dijo haciendo girar el arco en su mano:

— Yo cubriré la retirada. Tengo que esperar a Ye WangXi.

Mo Xi escuchó a Mo Ran susurrar en su conciencia y se acercó a Ye WangXi. SIguiendo las instrucciones de Mo Ran, Mo Xi creó un sello de hielo que rodeó a la muchacha y explicó sucintamente:

— Song QiuTong puede usar la magia de hielo, este sello te protegerá.

Con los papeles de todos decididos, la lucha se intensificó.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora