++ Treinta y dos ++

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En el Palacio del Norte se encontraba una sala secreta a la que solo podían acceder los miembros del clan dominante de la tierra helada del Reino Demoníaco. Era una bóveda dónde se resguardaban los registos escritos del clan: desde rituales de cortejo y matrimonio hasta técnicas y hechizos secretos, muchos de los cuáles no habían sido mostrados al público al ser demasiado escandalosos incluso para los demonios. 

Mobei-Jun jamás creyó volver a poner un pie en este sitio. 

La primera vez que vino, estaba acompañando de su padre. Esa había sido la única ocasión en que el rey de hielo le dirigiera una frase completa a su pequeño hijo y solo había dicho:

— JiYuan, algún día todos estos tesoros serán tuyos. El legado del clan Mobei reposará en tí.

La segunda vez lo había hecho al lado de Shang QingHua. Su plan original era encerrarlo allí hasta que muriera de hambre, por lo que solo le dijo:

— No saldrás de aquí hasta que todo esté ordenado debidamente.

Para sorpresa de Mobei-Jun, el humano lo había ordenado todo y el demonio se admiró secretamente de él pensando que sin Shang QingHua organizando todo la montaña Cang Qiong se vendría abajo en poco tiempo.

La tercera vez que vino a este sitio, Mobei-Jun buscó un rito de matrimonio que permitiera a sus subordinados aceptar a su consorte. Quería ser seguido por verdadera lealtad y no por temor, por lo que esto era necesario.

Ahora, el rey de hielo estaba de nuevo en este sitio por causa de su hijo.

Mo Ran les había escrito a sus padres antes de regresar al pico SiSheng detallando los pormenores de su aventura y lo sucedido, pidiendo tanto a Shang QingHua como a Mobei-Jun auxilio respecto a un tema: una cuarta técnica prohibida desconocida por el mundo. Shang QingHua frunció el ceño como si intentara recordar algo y dijo:

— Tal vez Zhangmen shixiong sepa algo. Le preguntaré...
— No es necesario que le preguntes nada— dijo Mobei-Jun—. Ven conmigo.

Y ahí estaban ahora, en la bóveda secreta del palacio, revisando los escritos referentes a las técnicas y hechizos del clan. Mientras leían libros y pergaminos, Mobei-Jun recordó la ocasión en que lograron finalmente apresar a Linguang-Jun y sellarlo en la barrera ahora rota. Esa vez su tío había aprovechado que el palacio se encontraba solo, ya que Mobei-Jun había acompañado a Shang QingHua a una misión, y se había escabullido al interior del lugar para buscar esta bóveda. Mobei-Jun había cambiado las protecciones del lugar, por lo que ambos habían llegado al palacio en el momento justo que Linguang-Jun abría la puerta para entrar.

— A-Yuan, creo que esto es lo que estamos buscando. 

La voz de Shang QingHua sacó a Mobei-Jun de sus recuerdos con un ramalazo de ternura recorriendo su cuerpo al escuchar la manera en que su consorte le llamaba y su mirada se dirigió al pergamino que el humano tenía en sus manos. Shang QingHua comenzó a leer minuciosamente el contenido del pergamino y su alma se hundió hasta el suelo al tiempo que el sistema emergía de su letargo para anunciar:

[ Se ha activado un plus de realidad alterna, ¿desea iniciarlo ahora? ]

"No"

[ Entendido. El plus se activará automáticamente dentro de dos horas. La misión extra "desarrollando una nueva técnica" ha iniciado, esperamos que haga su mejor esfuerzo para culminarla exitosamente ]

" … ¿¡Qué!?"

— No podemos entregarle esto a Mo Ran.

Shang QingHua parpadeó, en ese momento Mobei-Jun le arrebató el pergamino y lo guardó. Lo que acababan de leer era tan impensable…

— Pero, si A-Ran se va a enfrentar a esto debe saber— dijo.
— Si nuestro hijo va a enfrentar esto, debe tener las armas necesarias para contrarrestarlo— dijo Mobei-Jun—. Completar este hechizo por completo llevará diez años, tenemos tiempo suficiente para crear un contraataque.

El venerable Avión-juju sonrió, comprendiendo la repentina notificación del sistema. 

— Deja que este consorte se encargue de ello.

Después de todo, él era quien habla creado este mundo, a pesar de todos los cambios que se habían hecho todavía tenía trucos bajo la manga concedidos por la gracia de ser el autor.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora