Extra: planes de villanos

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En medio de la investigación sobre el asesinato y posterior suplantación de la tribu emplumada, hubo una noticia que sacudió el mundo del cultivo. Para sorpresa de todos, NanGong Liu nombró a un nuevo heredero: un joven discípulo de la cumbre Wan Jian de la montaña Cang Qiong llamado Zhang SuiYing, que fue llevado a la secta RuFeng siendo reconocido como hijo de NanGong Liu. El joven llevó consigo a una discípula de la cumbre Xian Shu llamada Song QiuTong, a la que presentó como su pareja.

— Como no pudo recuperar a NanGong Si tuvo que recurrir a un hijo ilegítimo para preservar la línea de sangre. Qué patético.

Linguang-Jun miró al hombre de negro que jugaba con una pieza de ajedrez haciéndola girar entre sus dedos con expresión indolente. Los dos niños del pabellón Tianyin le habían dicho que este hombre era un aliado de su causa, pero el demonio no estaba tan seguro.

— ¿Qué favor te debe Chu WanNing como para que lo hayas dejado ir?— preguntó.

— No es de su incumbencia— dijo el hombre sin dignarse a verlo—. En realidad, tampoco tenía ganas de enfrentarme a él, es demasiado salvaje y nos habría quitado tiempo. ¿Qué noticias hay del exterior?

— Chu WanNing y Mo Ran no volvieron al pico SiSheng— dijo Linguang-Jun—. El resto de los discípulos volvieron a la montaña Cang Qiong de la mano de Shen QingQiu.

— ¿Y ahora? Perdimos la raíz espiritual de Mo Ran, no tendremos otro combustible.

— Eso no me preocupa.

Los niños bonitos del pabellón Tianyin le prometieron conseguirle combustible hasta que pudieran tener su sacrificio listo. Sabía que Mu Yanli había reclutado a un muchacho y lo estaba entrenando como su discípulo personal para el momento en que tuviera que ser sacrificado en el Abismo Sin Fin, pero aún tenía algo más que conseguir. Con ese objetivo había mandado llamar al otro niño, al de doble nombre, el que apareció al poco tiempo.

— ¿Para qué me necesitas?— preguntó—. No puedo entretenerme con nimiedades. 

Linguang-Jun lo miró de arriba abajo. No tenía el uniforme del pico SiSheng con el que lo había visto anteriormente, ni tampoco llevaba las túnicas amarillas del pabellón Tianyin. Este niño era un completo misterio para él.

— Escuché que va a haber una subasta en el pabellón Xuanyuan de la isla LinLing— dijo Linguang-Jun—. En esa subasta van a vender algo que necesito para el ritual de sacrificio, por lo que hay que conseguirlo. 

— Me haré cargo. La isla LinLing me queda cerca.

Hua BiNan se había deshecho completamente de la identidad de Shi Mei, y ahora se hacía pasar por un experto sanador de la secta Gue Yue Yu, por lo que era sencillo para él acercarse al pabellón Xuanyuan y buscar lo que sea que el demonio necesitara. Pero Linguang-Jun lo sorprendió negando con la cabeza.

— Debo ser yo quien vaya— dijo—. Es un objeto cuuo valor puede verse solo a los ojos de un demonio celestial. Probablemente lo vendan como una baratija y se perderá. Quiero que me des un pase para entrar y no ser molestado.

— … de acuerdo. Pero no cause problemas, suficiente tenemos con lo sucedido en el Jardín de Flores de Melocotón— dijo Hua BiNan—. No podemos darnos el lujo de llamar la atención.

— El pabellón Tianyin es muy escuchado por la gente— dijo el hombre de negro repentinamente—. ¿No ha pensado su líder en hacer un llamado a la población en general para que no molesten a las Bellezas de Huesos Mariposa?

Hua BiNan se dio la vuelta sin decir nada. Esa había sido la idea de su madre, usar el poder del pabellón Tianyin para proteger a los suyos y darles una vida digna. Pero ese era un medio imposible: sin importar cuánto digan respetar a la secta de su hermana, la liderada por los descendientes de los dioses, la ambición humana haría que los cultivadores atacaran el pabellón y encontrarían más trucos para cazar a los suyos a pesar de las prohibiciones que pudieran imponer. Por lo tanto, ni él ni Mu Yanli se molestaron en hacer algo así y se limitaron a seguir con su plan para abrir el inframundo usando una técnica prohibida. Estando al lado de su Shizun había abrazado la posibilidad de quedarse allí y olvidarse de todo, pero al final tuvo que abrir los ojos y mantenerse apegado a su plan. No podía desviarse del mismo modo en que lo había hecho su madre. 

Por su parte, el hombre de negro volteó hacia el demonio celestial y preguntó:

— ¿Qué clase de artefacto mágico es ese?

— No es de su incumbencia— dijo Linguang-Jun con parsimonia—. Hay que preparar el sitio para abrir la grieta celestial y obtener esencia de maldad.

— De acuerdo— dijo el hombre, retirándose.

Linguang-Jun sonrió de forma taimada analizando la situación en la que se encontraba. Esos niños del pabellón Tianyin tenían un propósito, y este tipo de negro perseguía su propio objetivo. Él no era la excepción, claro, pero si quería conseguirlo sin sospechas debía seguir fingiendo estar de su lado, su pieza ya había sido colocada en el tablero y ahora solo debía esperar.

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La moraleja de esta historia es que no confíes en los villanos porque alguno de esos conchesumares te va a traicionar cuando no estés mirando

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora