Una nueva vida

** Ciento catorce **

El templo Wubei estaba bajo ataque. Cuando Mo Ran y Chu WanNing llegaron, el resto ya estaba inmerso en la batalla contra los demonios que Lingguang-Jun había arrastrado hasta allá.

—¡Preparen los ghouls! —gritó Yue Chenqing mientras lanzaba talismanes explosivos hacia los invasores.

Murallas de hielo se formaron alrededor del templo sellando las entradas para impedir el paso, las cuales comenzaron a ser atacadas por los demonios que estaban afuera.

—Creí que ese demonio de perro había roto su relación con Hua BiNan —dijo Xue Meng.

—Hua BiNan tiene a su hija —dijo Mo Ran uniéndose a la pelea—. Si quiere recuperarla, tendrá que cumplir sus exigencias.

—No creí que le importara su hija.

—No le importa. La niña le servirá para usurpar el trono del Desierto del Norte.

—¿Y qué hay de ti?

Mo Ran le dirigió a Xue Meng una mirada parecida a la compasión, pero en ese momento no tenía tiempo de explicarle cómo funcionaba la cosa así que no dijo nada y convocó a BuGui en el momento que las murallas se resquebrajaron dando paso libre a los invasores.

—¡Todos, atrás! —ordenó apuntando a los demonios de hielo con la espada—. ¡Se los ordeno bajo pena de muerte!

—No lo escuchen —dijo la suave voz de Hua BiNan—. Venceremos, y no tendrán que temer.

Mo Ran no lo pensó dos veces y se lanzó contra Hua BiNan con la espada en alto, dispuesto a atravesarlo, pero antes de que pudiera alcanzarlo Mo Nian interceptó su ataque bloqueando con celeridad.

—Mo-xiong —dijo con una sonrisa—. Que gusto ver que no estás muerto.

—¡Tú!

Shuairan emergió en la mano libre de Mo Ran, y Jiang Yexue retrocedió con rapidez siendo perseguido por Mo Xi. Por su parte, Chu WanNing y Yue Chenqing luchaban juntos cubriendo diversos flancos del lugar. En ese momento varios ghouls mecánicos se abrieron paso por el lugar arremetiendo contra los invasores. Shang QingHua y Mobei-Jun se abrieron paso por el lugar atacando cualquier cosa no aliada que se cruzara por su camino y el señor de cumbre gritó:

—¡Es una trampa!

Hua BiNan chasqueó la lengua con desdén y dijo:

—Debí matarte cuando tuve la oportunidad. ¡Mo Nian, deja de jugar!

Jiang Yexue sonrió evitando un ataque de BuGui y dijo:

—Me gustaría decir que no es personal... pero sí lo es.

El joven retrocedió haciendo un salto hacia atrás con el cual hizo un movimiento doble: por un lado lanzó una red que se extendió en el aire, mientras que por otro se abalanzó sobre Hua BiNan golpeando su pecho con la mano extendida.

—Nuestro acuerdo también se cancela —dijo ante el atónito joven.

Murong Chen había refinado el corazón de Song QiuTong en píldoras venenosas que podían instalarse en el cuerpo de otros como piezas de ajedrez Zhenlong. Sin embargo, estas píldoras se diluían en el torrente sanguíneo envenenando desde adentro a la persona, ocasionado una muerte lenta y dolorosa. Originalmente, Jiang Yexue había pensado sacar el alma de Murong Chuyi del cuerpo de Chu WanNing y darle un cuerpo propio, un cuerpo perfecto para él; pero después de buscar sin éxito se dio cuenta de que no había mejor candidato para Murong Chuyi que el propio Chu WanNing.

Y al matar a Hua BiNan, no tendría que darle cuentas sobre lo que haría con su adorado maestro.

Pero al final, las cosas no le resultarían como esperaba: él no era rival para Chu WanNing, por lo que Jiang Yexue se resignó a seguir el plan trazado y activó el encantamiento de la red, con el cual cinco hilos plateados salieron disparados por todo el templo hasta fijarse en sus objetivos: Mo Ran, Xue Meng, NanGong Si, Ye WangXi y Jian Jun Qing fueron atravesados por los hilos, y con la misma rapidez que emergieron los hilos se contrajeron arrastrando a los jóvenes consigo. Con un talismán de transportación, Jiang Yexue desapareció no sin antes dejarle una advertencia a Shang QingHua:

—Debería volar a la montaña Cang Qiong.

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-Detrás de cámaras con el material original-

Hua BiNan: ¿¡Pero por qué!?

Shi Mei, Chu WanNing, Mo-zongzhi, Xue Meng: Eso te pasa por zorra.