Una nueva vida

Extra: la tarea autoimpuesta de Shen QingQiu

— Ming Fan, estás a cargo mientras no estoy.

— Como diga, Shizun.

Shen QingQiu salió de la cumbre siguiendo a Yue QingYuan y a Shang QingHua. Había dos cosas que quería hacer: la primera era saber cómo estaba Mo Ran luego del ataque sufrido pero con el hermano Avión actuando como padre pegajoso decidió pasar directamente a la segunda, que era buscar a Chu WanNing. La razón de esto era sencillo: Shen Yuan quería ver en persona al inmaculado y respetado anciano YuHeng del cielo nocturno, el cultivador número uno de su generación con tres armas sagradas en su poder.

Y no va a mentir, va a sermonearlo con la gracia aprendida de Shen Jiu, porque de las pocas cosas que hasta el momento había podido recordar de su lectura, una que se le había quedado grabada era la indiferencia con la que Chu WanNing trataba a Mo Ran, empezando con eso de agarrarlo a latigazos por culpa de una flor. ¡Era una injusticia! Y todo para que al final resultara que estaba arrepentido pero no lo dijo nunca. ¡Qué desesperante!

Aunque claro, eso había sucedido en The Husky and his white cat Shizun. Aquí, en este mundo, Mo Ran se portaba bien, era un pequeño loto blanco al que deseaba proteger como no había podido hacer con Luo BingHe por culpa del estúpido sistema que lo obligó a mandarlo al Abismo sin Fin.

Shen QingQiu encontró a Chu WanNing fuera de su residencia, en el pabellón de Loto Rojo. Por fuera, Shen QingQiu permaneció impasible, por dentro Shen Yuan se retorcía de fanatismo al verlo. ¡Era un verdadero inmortal! ¡Las solas escenas en las que el inmortal Beidou hacía gala de sus habilidades de batalla hacían valer la pena la lectura!

— ¿Qué está haciendo aquí?

La ensoñación de Shen QingQiu se rompió con la dureza de Chu WanNing, y el hermano Pepino haciendo gala de la característica aura de elegancia que le daba ser el señor de la cumbra de estrategia dijo:

— ¿Qué hace usted aquí? Debería estar preocupado por sus estudiantes.

— ¿Qué le hace pensar que no lo estoy?

El anciano YuHeng parecía estar a punto de convocar a TianWen por la rabia, pero las palabras de Shen QingQiu lo hicieron detenerse de golpe.

— No va a perder cara por comportarse como un ser humano con sus discípulos, hombre. Un maestro debe ser un guía, sí, pero también un refugio para que sus alumnos sepan que pueden contar con él. ¿Qué clase de alumno va a aceptar a un maestro al que le teme?

Un tenso silencio se hizo entre los dos, con Chu WanNing inmóvil y Shen QingQiu listo para invocar a Xiu Ya si la rama de sauce dorada aparecía para azotarle el trasero. Finalmente, el hombre vestido de blanco dijo:

— No sé cómo ser afectuoso con ellos.

— Comience a mirarlos— dijo Shen QingQiu—. Dígales cuando hacen algo bien, haga que se sientan reconocidos, cuando salgan a una misión aproveche cualquier oportunidad para enseñarles, haga que se sientan reconocidos.

"Y calme ese mal genio, por todos los dioses"

Una de las cosas que su lectura incompleta (la cual había llegado hasta los primeros capítulos del segundo libro), le habían dejado en claro era que la indiferencia de Chu WanNing había marcado a Taxian-Jun, y si podía impedir que eso mismo afectará al Mo Ran que Shang QingHua había adoptado no escatimaría en recursos para lograr su cometido.

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Y pues... esto fue lo que pasó entre el hermano Pepino y el bello gato blanco. Nuestra curiosidad ha sido saciada