Extra: boda

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Cuando Mo Ran abrió la puerta, se imaginó una cantidad de posibilidades que no encajaban con la realidad. Pensó que sería alguno de sus hermanos: desde que hicieron el juramento de hermandad, NanGong Si y Xue Meng solían ir a visitarlo a menudo. El primero era un joven líder de secta, mientras que el segundo estaba a punto de serlo, y ambos solían pedir consejos a Mo Ran para la organización de sus respectivas sectas. A veces Feng Shiyao iba a visitar a Chu WanNing, y Ye WangXi solía ir para practicar sus habilidades de batalla. Siendo Chu WanNing el talento número uno del mundo y Ye WangXi el número dos, era muy común que practicarán juntos. Mo Xi, Gu Mang y Murong Chuyi solían pasar por allí, para tomar el té, compartir tiempo de calidad y discutir algunas cosas: tanto Chu WanNing como Murong Chuyi eran buenos artesanos, y solían debatir sobre planos para alguna cosa que ayudaría a las personas. Era muy interesante verlos.

Pero no. A quienes encontró Mo Ran fuera de su cabaña fue a sus padres. Y aunque nunca le desagradaba verlos, no pudo evitar preguntarse qué estaban haciendo allí.

—Pasen —dijo el joven, haciéndose a un lado para que pudieran entrar—. Hice té. ¿Quieren un poco?

Mobei-Jun puso una mano en la cabeza de Mo Ran y dijo:

—Venimos a ver a tu maestro.
—¿Para qué? —preguntó Mo Ran.
—A-Ran, no te asustes —dijo Shang QingHua—. Él nos llamó.

Chu WanNing apareció, saliendo de la habitación que compartía con Mo Ran. El mayor no perdió tiempo: se acercó a la familia y dijo sin ninguna ceremonia:

—Quiero pedir la mano de Mo Ran en matrimonio.
—Shizun… —dijo Mo Ran, conmovido. Su rostro se sonrojó rápidamente e hizo un esfuerzo sobrehumano para no cubrirse la cara con las manos.

Shang QingHua se echó a reír y dijo:

—Directo como siempre, ¿no es así, anciano YuHeng? Muy bien… ¿Es consciente de que, si se casa con mi hijo, será príncipe consorte del Desierto del Norte?
—No me importa —dijo Chu WanNing—. Si lo hiciera, no estaría al lado de Mo Ran.
—¿No volverá a despreciarlo? —preguntó Mobei-Jun.

Chu WanNing observó fijamente al demonio de hielo para después mirar a Mo Ran. La verdad era que se había enamorado de él desde la primera vez que lo vio, pero se había negado a ese enamoramiento por lo incorrecto de la situación: Mo Ran era menor de edad en ese entonces, y después se había convertido en su discípulo; no había nada bien en ese sentimiento, así que lo albergó en lo más profundo de su corazón… hasta que finalmente pudo dejarlo salir.

—Nunca lo haría —dijo Chu WanNing.
—Entonces, tiene nuestra bendición para contraer matrimonio —dijo Shang QingHua—. Todo lo que queremos es que nuestro hijo sea feliz, y si esa felicidad está a su lado, lo apoyaremos.

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Mobei-Jun fue inflexible respecto a una sola cosa: la ceremonia de matrimonio se llevaría a cabo según los protocolos del Reino Demoníaco. Claro que, como los dos contrayentes eran humanos, hubo muchas cosas que se omitieron: no hubo cacería de cortejo, no hubo festival de vísceras y mucho menos hubo búsqueda de flores de sangre para regar. Lo que sí hubo fue el recorrido del reino helado para que el futuro príncipe consorte conociera la tierra que, probablemente, va a regir; y la carrera en demonios voladores también se llevó a cabo… aunque Shang QingHua se dio cuenta de que Chu WanNing había estado a punto de desmayarse un par de veces, pero no dijo nada.

Finalmente llegó el momento de que se separaran, y Mo Ran fue llevado al palacio de hielo con su padre, mientras su otro padre se quedaba con su pareja. Cuando el día de la boda finalmente llegó, el joven estaba hecho un manojo de nervios.

—¿No se supone que ya se habían casado? —preguntó Mo Xi, que fungía como testigo de la boda.
—Esa boda no cuenta porque fue falsa —dijo Mo Ran—. ¿Tú no estabas nervioso cuando te casaste?
—Mi ceremonia de boda no fue tan ostentosa.

Mo Ran respiró hondo para no enfurruñarse. Era el día más feliz de su vida y nada se lo iba a arruinar. Pero cuando vio a Shang QingHua aparecer, se le heló la sangre y sus nervios empeoraron: detrás de su padre, Chu WanNing venía acompañado por Gu Mang, con el velo rojo cubriendo su hermoso rostro. Las túnicas de matrimonio se ceñían a su cuerpo flexible y la imaginación de Mo Ran voló hasta el cielo, añorando su noche de bodas. Mo Xi le dio un codazo para que recuperara la compostura y esperó a que su futuro esposo se acercara al altar. Una vez estuvieron juntos, la ceremonia comenzó. Dado que este era un matrimonio llevado a cabo con los ritos del Reino Demoníaco, sería el señor del reino quien presidía la ceremonia, por lo que Luo BingHe se colocó frente a los contrayentes.

—Sean bienvenidos a esta ceremonia, donde uniremos dos almas dispuestas a acompañarse por el resto de su vida —dijo. Su mirada se dirigió a la pareja y dijo—. Novio, novia, realicen el rito wogan.

Chu WanNing recordó aquella ceremonia falsa llevada a cabo en la ciudad de Cai Die antes de la catástrofe. Pero, a diferencia de esa vez en la que conservó la calma, en esta ocasión sus manos se movían con nerviosismo y su corazón latía desbocado por la emoción. Mo Ran tragó saliva en el momento que tuvo que levantar el velo, recordando el rostro furioso de su maestro en esa ceremonia fantasmal, pero esta vez lo que le recibió fue una cara tranquila y sonrojada.

—Reverencia a los cielos.

Chu WanNing y Mo Ran se inclinaron una vez, a la segunda indicación volvieron a inclinarse reverenciando a los ancestros y finalmente se miraron uno al otro, reverenciándose uno al otro. Ahora estarían unidos de por vida, y nada volvería a separarlos.

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Les debo la noche de bodas, no tengo ánimos de escribir porno.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora