++ Setenta y tres ++

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Chu WanNing se olvidó del intruso en el momento que las palabras "grieta celestial" llegaron a sus oídos. Su rostro se volvió oscuro al mirar el resplandor rojo y sin dedicar una segunda mirada a nadie salió corriendo en dirección al terreno de caza. Shang QingHua lo alcanzó al poco tiempo, pero a diferencia del maestro cultivador al señor de cumbre solo le importaba una sola persona, de modo que durante todo el recorrido a vuelo de espada buscó por todos lados sin encontrar rastro de Mo Ran. Chu WanNing estaba a su lado mirando en todas direcciones, deteniéndose de golpe con angustia en su mirada. 

— ¿Qué…?

Shang QingHua miró hacia donde miraba Chu WanNing y se le fue el alma a los pies. En el centro del claro se había establecido una matriz elemental similar a la de la ciudad Cai Die, con varios jóvenes alrededor protegiendo la formación. Ambos reconocieron a estas personas como los discípulos que fueron escogidos para la cacería, entre los cuales se encontraban Xue Meng, NanGong Si y Ye WangXi; Chu WanNing dio un paso adelante siendo detenido por Shang QingHua. 

— Chu-zongzhi, debe calmarse— dijo—. Esta es la formación de ajedrez Zhenlong, y si hacemos algo mal se perderán vidas. Confíe en mí, investigué al respecto sobre esta formación.

En realidad había usado el plus del sistema que le permitía mirar el material original para estudiar la formación de ajedrez Zhenlong y saber cómo revertirla. No había tenido mucha suerte en esto último, pero sabía lo suficiente para actuar con cautela. Sin embargo, antes de poder actuar debidamente escucharon una voz y vieron a dos hombres en la formación, caminando alrededor como si lo supervisaran todo. 

— ¿Por qué no ha aparecido todavía? ¿Cometiste algún error?

— Espera y verás.

Shang QingHua abrió la boca con sorpresa. ¡Eran NanGong Liu y Xu ShuangLin! Eso quería decir que ellos dos estuvieron detrás de la grieta celestial en Cai Die. Shang QingHua se preguntó si tendrían algo que ver con la suplantación de la tribu emplumada y siguió escuchando.

— ¡Abre esa grieta un poco más!— exigió NanGong Liu—. De lo contrario los invitados llegarán y será demasiado tarde.

Xu ShuangLin estaba tranquilo. Arrojando un arma a la matriz, dijo con calma:

— Sé que estás ansioso, pero si la grieta celestial se hace más grande será peligroso. En Cai Die la situación se salió tanto de control que todas las sectas debieron intervenir.

NanGong Liu suspiró tratando de controlarse y Xu ShuangLin volteó hacia él.

— Líder de secta, fue difícil encontrar cinco armas espírituales de todos los atributos para resistir la energía de los cultivadores. Has resistido por varios años, resiste un poco más.

— Tienes razón— cedió NanGong Liu—. Desde el inicio, he estado esperando…

— No tienes que esperar más.

Chu WanNing apareció ante ellos, mientras Shang QingHua trataba de romper la formación de ajedrez Zhenlong usando lo que sabía al respecto sin que las mentes de los afectados se rompieran. 

— ¿Así que tú fuiste quién causó el desastre en la ciudad de Cai Die?— acusó Chu WanNing.

— ¿Y qué si lo fui?— replicó NanGong Liu—. Inmortal BeiDou, debiste ser tú quien cayera de la formación aquella vez, no ese tonto de la cumbre An Ding. Habría sido mucho más satisfactorio.

Shang QingHua sintió el impulso de tomar lo primero que encontrara para arrojárselo a la cara al tipo. Sin embargo, lo que fue lanzado a la cara de NanGong Liu fue el látigo TianWen, que cruzó la distancia que los separaba en dirección al maestro de secta.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora