Extra: Un error inesperado

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Shang QingHua despertó abruptamente por el doble estruendo que escuchó. El primero vino de su cabeza: una alarma estridente proveniente del sistema resonó en su interior mientras la voz de Google repetía una y otra vez:

[ ERROR. ERROR. ERROR. ]

El segundo provenía de afuera, y fue lo que hizo que el venerable Avión-juju se levantara de la cama y fuera a ver lo que ocurría: era el sonido de una batalla. Shang QingHua temió que hubiera otra insurrección, por lo que apuró el paso para ayudar a su rey y cuando llegó al lugar...

"¿Pero qué es esto?"

Mobei-Jun luchaba contra Mo Ran. No era su Mo Ran, pero era él: estaba vestido de negro, sus ropas tenían bordados dorados y usaba un sombrero en la cabeza. Shang QingHua reprimió un escalofrío al darse cuenta que este era el Taxian-Jun del material original, pero al mismo tiempo sintió curiosidad por ver a este sujeto ya que; si Mobei-Jun no hubiera notado la flor del odio en Mo Ran, éste habría sido el destino de su hijo.

Y entonces, la voz del sistema se apagó.

"¿Sistema-dada?"

No hubo respuesta, sin importar cuánto insistiera. El sistema había colapsado, y Shang QingHua sintió un poco de pánico pensando en que se había roto para siempre. Pero ahora tenía otra cosa de qué preocuparse: el Taxian-Jun que en este momento se batía a duelo con su esposo.

—¡Su Alteza, espere! —gritó Shang QingHua interponiendose entre ambos justo cuando Taxian-Jun estaba a punto de atravesar a Mobei-Jun.

El joven se detuvo inesperadamente, y el filo de la espada BuGui se detuvo rozando el pecho de Shang QingHua. El emperador frunció el ceño, preguntándose porqué de repente fue incapaz de atacar a este humano enclenque que se había metido en su camino.

—¿Cómo te atreves a interrumpir a este Venerable? —increpó.

—Su Alteza, usted no puede atacar a mi esposo —dijo Shang QingHua con autoridad—. Está en un reino que no es el suyo y acaba de meterse con el soberano.

Taxian-Jun sonrió con burla.

—Todos los reinos son míos —dijo—. Y si no, es cuestión de tiempo para que los sean.

—¡Suficiente! ¡A tu habitación!

Taxian-Jun arqueó una ceja, pero dio la vuelta y se fue como si realmente supiera a dónde ir. Shang QingHua suspiró de alivio y volteó a ver a Mobei-Jun para revisar su estado.

—QingHua, ¿qué es todo esto? —preguntó Mobei-Jun.

Afortunadamente, Shang QingHua se había tomado el tiempo para inventar una explicación a todo esto y agradeció mentalmente haber aprendido lo suficiente sobre las novelas de cultivo para esto.

—Dawang, creo que es una de las almas remanentes de Mo Ran proveniente de otro mundo —dijo Shang QingHua tomándoselo en serio—. Tal vez sea un efecto de la cuarta técnica prohibida que no previmos.

—Entonces, este Mo Ran... —dijo Mobei-Jun, y Shang QingHua tragó saliva.

—Este hubiera sido nuestro Mo Ran si no hubieras detectado la flor del odio a tiempo.

Mobei-Jun pareció impasible, pero en sus ojos podía notarse un profundo dolor al escucharlo. Ambos permanecieron en silencio hasta que el joven emperador regresó a su lado y dijo:

—Este Venerable exige una explicación.

—Todo lo que mataste sigue vivo aquí —dijo Shang QingHua—. En este mundo, tú eres mi hijo adoptivo.

Taxian-Jun ladeó la cabeza, entrecerrando los ojos con sospecha y luego se cruzó de brazos.

—Bien. Quiero ver este mundo.

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