++ Noventa y cinco ++

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Los distinguidos cultivadores de todas las sectas tuvieron que admitir a regañadientes que la estrategia decidida por NanGong Si era buena y estaba funcionando: Ye WangXi se estaba enfrentando a Song QiuTong y esto ocupaba toda la atención de la mujer, por lo que era más sencillo para los demás deshacerse de los cuerpos que se dirigían a ellos con la intención de chuparles la energía.

Mo Xi siguió a Liu QingGe y a Shen QingQiu abriendo una brecha entre las enredaderas que se aproximaban a su dirección para atraparlos. El látigo Shuairan se movía con ferocidad siguiendo a las espadas Cheng Luan y Xiu Ya cortando todo aquello que interviniera en su camino.

— Esta montaña es muy viciosa— dijo Shen QingQiu lanzando un ataque con su abanico.

— Al igual que su dueña— dijo Liu QingGe mirando hacia atrás, al punto donde se encontraban las dos mujeres.

Song QiuTong lanzó una estaca tras otra, todas dirigidas a Ye WangXi. A diferencia de la única vez que se encontraron en combate, la mujer estaba usando todos los recursos a su alcance para luchar sin contenerse. Y del mismo modo, su contrincante estaba peleando sin contenerse. La hoja de la espada ShangYang brillaba intensamente, alimentada por la energía espiritual de su maestra mientras se movía con agilidad esquivando los ataques de hielo que le eran arrojados. El sello de Mo Ran la mantenía protegida, por lo que pudo avanzar sin verse afectada por la baja temperatura que le rodeaba.

— ¿Por qué no te mueres de una vez?— increpó Song QiuTong con furia, arrancando una enredadera que usó a manera de látigo y arremetió contra Ye WangXi.

Xue Meng pateó un cadáver para alejarlo del sendero mientras Feng Shiyao creaba complicados talismanes para restringir su paso, manteniendo seguro el camino. En ese momento dos jóvenes se acercaron a ellos manteniéndose al margen de la marabunta; uno de ellos se inclinó ante Feng Shiyao con una sonrisa diciendo a manera de saludo:

— Señorita.

— Joven maestro Mei— dijo Feng Shiyao.

— Oye, no la molestes— le increpó Xue Meng.

Mei Hanxue se volteó hacia Xue Meng con una sonrisa y dijo:

— ¿Acaso estás celoso?

— Suficiente— dijo el gemelo mayor—. Compórtate.

— ¡Estamos por llegar a la salida!— gritó alguien.

Al escuchar estas palabras, Song QiuTong alzó un brazo a la desesperada, lanzando una ventisca helada que cubriría toda la montaña. Justo en ese momento Ye WangXi logró acercarse lo suficiente para herirla y la hoja de la espada se hundió en su abdomen; al instante siguiente una estaca helada le atravesó el hombro. Ambas mujeres retrocedieron, una sujetando su abdomen y la otra buscando algo para lidiar con su hombro sangrante.

Dos sombras emergieron de la tormenta. NanGong Si se acercó tomando a Ye WangXi en sus brazos y subió al lobo con ella, la otra sombra tomó a Song QiuTong y ambos desaparecieron entre la ventisca, la cual se quedó atrapada en la montaña; que volvió a sellarse tras sus diversas barreras. El encuentro había dejado más preguntas que respuestas en los presentes, que se cuestionaban qué había sucedido allí y a qué se estaban enfrentando exactamente.

Todas las mentes estaban unidas en una sola pregunta: ¿a dónde ir ahora?

NanGong Si se acercó a Mo Ran, que miraba hacia la cima de la montaña Fénix que podía distinguirse a través de las barreras. Una figura podía notarse a la distancia y el joven la observó atentamente; el alma antigua que estaba en su interior lo reconoció y el impulso de perseguirlo se hizo demasiado fuerte...

"Basta"

— Mo Ran. ¿Cuál crees que sea el siguiente paso de Xu ShuangLin?

Mo Ran, en control de su propio cuerpo nuevamente, pensó en ello con atención recordando lo que Shang QingHua le había dicho sobre la segunda técnica prohibida.

— Es posible que haya una segunda formación de Ajedrez Precioso en otro lado. Un sitio al que Xu ShuangLin podría tener acceso libremente...

Ambos se miraron en un impactado silencio cayendo en cuenta de cuál sería ese lugar. El rostro de NanGong Si se volvió ceniciento y apretó los puños.

— La montaña Dragón— dijeron al unísono.

La tumba del héroe de la secta RuFeng, donde los cuerpos de distinguidos cultivadores reposaban. Cientos de posibles piezas valiosas que podían ser usadas por el maestro titiritero que era Xu ShuangLin. Sin embargo, para poder ir a la montaña Dragón había dos requisitos que cumplir: primero, se debía cabalgar durante diez días; y segundo, cuando se alcanzaba el área de la montaña que correspondía a la Inundación del Dragón, uno debía cruzar a pie para mostrar su lealtad. Y el que liderará el camino debía ser alguien de la familia NanGong. Zhang SuiYing seguía desaparecido, por lo que la responsabilidad caía en NanGong Si, que estaba dispuesto a ir solo para evitar que los restos mortales de sus ancestros fueran mancillados por una técnica oscura.

Solo que ahora había demasiada gente y no tenían suficientes caballos.

El señor de la Villa de Brote de Melocotón, Ma Yun, mencionó tener la suficiente cantidad de caballos y podía cederlos para el camino, por lo que la gente se movió a sus tierras rápidamente. Hasta ahí, todo iba bien. Lo que Mo Ran no se esperó fue que apenas llegaron a la villa todos los líderes de secta, junto con sus discípulos, lo acorralarían en busca de respuestas.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora