++ Ciento tres ++

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—¡Todos, cierren las puertas! ¡No los dejen entrar!

Xue ZhengYong y Yue QingYuan fueron los primeros en llegar a las puertas del palacio para intentar cerrarlas. Para su sorpresa, las puertas que habían sido fáciles de abrir se habían vuelto imposibles de cerrar, y aunque usaran todas sus fuerzas no había forma en que pudieran hacerlo. Con los zombies siendo devueltos a la superficie, la situación estaba a punto de salirse de control.

—Tenemos que ir hasta el final del pasillo para apretar el gatillo —dijo NanGong Si—. Esperen aquí, iré a abrir el motor.

El joven salió corriendo mientras el resto de la gente se dedicaba a repeler el ataque de los zombies, los cuales se iban acercando cada vez más. En medio de éstos, Mo Ran se mantuvo en su lugar, esperando, y al cabo de un rato los cadáveres se dirigieron a él, notando que era el objetivo más cercano. Fue cuestión de tiempo para que Xue Meng se acercara a él y entre los dos se abrieran paso entre la marejada hasta que la puerta se comenzó a cerrar... e inesperadamente, se detuvo.

—¿Qué pasa? —inquirió Xue Meng.

—El eje central de la máquina ha sido destruido —dijo NanGong Si—. A medio camino, la cadena se rompe y no se puede volver a unir.

Mo Ran estuvo a punto de volver al campo de batalla, pero una barrera se desplegó antes de que pudiera hacerlo y frente a él se colocó Chu WanNing, lanzando encantamientos que sellaron el paso de los cadáveres. Mo Ran miró todo esto con preocupación y dijo ansiosamente:

—La barrera de Shizun no podrá resistir mucho. Deja...

Ambos se miraron a los ojos, el mensaje de Mo Ran era claro en su mirada: "deja que Mo Xi venga y te ayude", pero Chu WanNing negó rotundamente.

—¡Feng Shiyao! —llamó empujando a Mo Ran.

—Aquí, Shizun —dijo Feng Shiyao acercándose.

—Cura sus heridas.

—Shizun, tu barrera solo durará el tiempo que tarda en arder una varilla de incienso —dijo Mo Ran haciendo un último intento—. Consumirá mucho de tu poder espiritual, tú...

—Entonces aguantaré el tiempo que tarda un incienso en arder —dijo Chu WanNing sin siquiera voltearse.

Feng Shiyao arrastró a Mo Ran de regreso al palacio mientras Chu WanNing enviaba a Xue Meng.

—Hay algo con lo que tengo que molestar al gran señor —dijo Chu WanNing dirigiéndose a Xue ZhengYong mientras canalizaba su energía hacia la barrera para fortalecerla.

—Adelante —replicó éste.

—Pregúntale a ese grupo de basura que está apiñado atrás. Quienes puedan luchar, que se presten a hacerlo. No esperen que la montaña Cang Qiong les resuelva la vida.

—¿Y si no vienen?

—Entonces tendremos que romper la puerta, sentarnos en el suelo y esperar la muerte.

Xue ZhengYong se acercó al grupo. Por supuesto, los cultivadores de la montaña Cang Qiong constituían la primera línea de defensa, mientras que Ye WangXi se ofreció como parte de la segunda línea junto con Jian Jun Qing y Mei Hanxue. El maestro de la villa Ma arrastró a NanGong Si para reparar la puerta mientras el resto se organizaba para defenderse del ataque.

Entonces, en medio de la trifulca, Jiang Xi observó las piezas de ajedrez en el palacio que no habían enloquecido como el resto para después mirar hacia otro lado. Varios de sus discípulos se habían quedado allá, y de repente los vio subir siendo liderados por Hua BiNan. Tras lo sucedido, Mo Ran finalmente pudo escabullirse con Chu WanNing, había mucha gente alrededor, por lo que solo pudo devolver su túnica y una vez que se apartaron, tomó su mano. Chu WanNing miró a Mo Ran, examinando su rostro, y preguntó:

—¿Te duele?

—No, no duele —respondió Mo Ran, conmovido por la forma en que su maestro se preocupaba por él, por todos, a pesar de su propio estado.

—¿Por qué tiemblas si no duele?

Mo Ran cerró los ojos. Temía no ser digno del amor que se le ofrecía. Temía que, a pesar de todos sus esfuerzos, perdería todo lo que amaba. Finalmente, después de un largo tiempo, la puerta pudo cerrarse y al grupo se le concedió un momento de alivio. Como si de una especie de acuerdo mutuo se tratara, todas las miradas de los presentes se centraron en NanGong Si, con una pregunta muda, como si él tuviera la respuesta a esa pregunta.

—No sé cómo pudo pasar esto —dijo NanGong Si—.. A menos que la Piscina de Alma del Dragón haya sido corrompida... no hay forma de que el espíritu de la montaña contradiga al gran maestro.

Para la estupefacción de todos, Gu Mang se acercó con NanGong Liu a su lado y dijo:

—Tal vez este pequeño hermano nos pueda ayudar.

—¿Pequeño? —se burló Huang XiaoYue.

Jiang Xi lo ignoró y se acercó, preguntando:

—¿Puedes llevarnos a la casa de Su Majestad?

—Su Majestad tiene muchos asuntos que atender —dijo NanGong Liu—. ¿Cómo puede ser visto tan fácilmente?

—Eres un desperdicio, ya sea como líder o como peón.

Mo Ran se acercó a NanGong Liu en cuánto éste comenzó a llorar, tomó una naranja y se la ofreció diciendo:

—No llores más. Come una naranja.

—No la comeré —dijo NanGong Liu—. Es de Su Majestad.

—¿Y quién es Su Majestad?

—Su Majestad es Su Majestad.

—Claro, eres muy leal y si Su Majestad se entera será muy feliz. Por cierto, hermano menor, ¿cuál es tu nombre?

NanGong Liu ya había recogido la canasta de naranjas. El anciano observó al joven con expresión dubitativa y dijo:

—Mi nombre es NanGong Liu.

—Yo soy Mo Ran. Este año cumplo 22, ¿y tú?

—Yo tengo cinco años.

Tras un rato intenso de charla, se supo que Xu ShuangLin estaba a punto de colapsar por el juego de ajedrez que manejaba. No tenía el suficiente poder espiritual para mantenerlo y empezaba a colapsar por lo mismo. Una vez que todos descansaron lo suficiente, siguieron a NanGong Si por un pasillo oscuro hasta llegar a una sala con un gran charco de sangre, el cual rodearon hasta llegar a una última puerta.

—Aquí se encuentra la plataforma de Reclutamiento de Almas. Aquí es dónde debe estar Xu ShuangLin.

Pero antes de que pudiera abrir la puerta fueron atacados una vez más.

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Una preguntita. ¿Qué les ha parecido la historia hasta el momento?

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