Extra: las dos vidas de Shang QingHua

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Sang FengHua, el hijo único de una pareja acaudalada y que sería conocido más tarde como el escritor Avión Disparado hacia el cielo, se encontraba acurrucado en un rincón tratando de no escuchar las familiares discusiones de sus padres.

A sus seis años, no había tenido un solo momento de tranquilidad. Por un lado recibía la presión insana de su madre para ser un niño perfecto: debía sentarse correctamente, hacer sus tareas y obtener calificaciones sobresalientes alcanzando las máximas notas, no podía ir a jugar porque eso no es algo que hagan los niños bien portados. Bueno, esto último no importaba: de todas formas no había nadie que quisiera jugar con él. Su único refugio era la lectura, así tuviera que leer los pesados libros que su madre le llevaba, apreció cada ensayo, cada tratado, cada cuento que llegaba a sus manos.

Por otro lado, estaba la presión indolente de su padre que lo empujaba continuamente a prepararse para heredar el negocio familiar. El problema era que a Sang FengHua no le gustaba para nada el asunto de los bancos y la administración de empresas. Poco a poco las discusiones de haber traído al mundo a un hijo ineficiente se volvieron pan de cada día hasta que, finalmente, el inevitable divorcio vino.

Sang FengHua tenía dieciséis años cuando empezó a vivir por su cuenta. Su acaudalado padre se había ido por su lado, su acaudalada madre se había retirado a otro lado del país y ambos se olvidaron de él más que para pasarle un poco de dinero con el cual sobrevivía. Aún así llegaban a olvidarse incluso de esa pequeña transacción y él tenía que arreglárselas como pudiera, fue así como dio el paso de disfrutar de los libros a escribir sus propios libros. Sus primeros trabajos fueron una serie de cuentos y ensayos que le hicieron ganarse un nombre hasta que llegó su primera (y única) novela: Camino del Orgulloso Demonio Inmortal, la novela simple y llena de fanservice que le daba de comer con cada capítulo que salía.

Aunque disfrutaba de escribir esta historia, también era un hombre realista: si quería seguir viviendo de esta novela tenía que llenarla de clichés y fanservice, todo bien servido a la vista de un público que deseaba consumir tramas de harén y papapa a lo desgraciado, a lo morboso, a lo animal. Con eso en mente configuró a su protagonista: un hermoso loto blanco que poco a poco se oscurecería hasta conquistar el mundo y tener a todas las bellezas que había en su haber. Configuró su mundo, y conforme se publicaba cada capítulo dejaba guiones sin trabajar como pequeños indicios de lo que vendría para que el público decidiera lo que quería ver. 

Bueno, leer. Ay, como sea.

Todo le iba bien hasta que comenzó a trabajar en uno de los villanos escoria, Shang QingHua. Del mismo modo en que había trabajado con Shen QingQiu para no hacerlo un villano plano, comenzó a pensar en la vida que iba a tener. Decidió romper el cliché con Shang QingHua dándole una vida cómoda y una familia amorosa, que se iría a cultivar honestamente para llevar honor a los suyos pero en el camino se volvería presa de su propia ambición hasta encontrar su justa muerte por ser un traidor. Al menos esa era la idea antes de que fuera cruelmente recortado sin siquiera ver la luz. 

La razón de esto era sencilla: Sang FengHua comenzó a sentir envidia de Shang QingHua.

Del mismo modo en que había creado a Mobei-Jun como el prototipo de hombre que deseaba ser, había creado a Shang QingHua con la vida que le habría gustado tener, lo cual había sido insoportable para Avión-juju. Por eso ni siquiera se había molestado en darle una buena muerte, era como un dios caprichoso desdeñando su propia creación.

Y justo cuando iba a darle final a su novela, una corriente eléctrica lo mandó a ese mismo mundo ficticio.

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Tal vez esto fuera una mala jugada del destino (o del sistema), pero Avión-juju había terminado ocupando el lugar de la creación que odiaba. Lo odiaba tanto que ni siquiera se molestó en darle un nombre antes de que fuera nombrado como Shang QingHua. Lo odiaba a tal grado que lo hizo arrastrar a su propia familia en su desgracia, siendo todos aniquilados por demonios luego de su muerte a manos de Mobei-Jun.

Ahora que estaba viviendo en carne propia el cariño que nunca tuvo en su otra vida, se arrepentía por ello. Tenía a un padre comprensivo que enseñaba a sus hijos a comerciar y arar la tierra con paciencia, sin recurrir a la violencia o la intimidación, tenía una madre cariñosa que lo alentaba a ser mejor pero sin presionarlo, y tenía dos adorables hermanos menores que lo admiraban.

Avión-juju se arrepintió de lo que le hizo pasar a Shang QingHua, y se prometió que no llegaría a ese horrible final de villano escoria. 

Todo siguió el curso delimitado por su pluma: se despidió de su familia, se unió a la cumbre An Ding de la montaña Cang Qiong y trató de llevar una vida de incógnito. Pero aún así Mobei-Jun llegó a él y Shang QingHua se dedicó fervientemente a abrazar sus muslos para no morir.

Gran misterio de la vida, no solo no murió sino que se casó con él. Y tenían un hijo.

Un precioso solecito al que salvó de la muerte en la ciudad de Cai Die.

El último contacto que Shang QingHua había tenido con su familia fue una carta escrita antes de todo el acabose prometiendo que iría a visitarlos y llevaría a Mo Ran con él para que se conozcan. Cuando despertara, iba a hacer eso. Era hora de que su hijo tuviera un poco de amor familiar de sus abuelos y sus tíos.

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Y así termina oficialmente la primera temporada (?)

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora