++ Cincuenta y uno ++

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Se encontraba sumergido en un río de sangre, y aunque no recordaba qué estaba haciendo ahí exactamente sabía que no podía parar. El destino de Chonghua estaba en sus manos, tenía que seguir adelante ya que la clave para vencer a su enemigo estaba en el fondo de ese río carmesí.

Sin embargo, no estaba luchando contra la corriente solo por eso. Había algo más que debía hacer en su interior. Tenía que salvar a alguien, alguien importante para él… pero no lograba recordar a esta persona. Solo recordaba la opresión dolorosa en el pecho cada vez que evocaba a este alguien, alguien que era especial en demasía.

Era alguien que le había dado felicidad y dolor al mismo tiempo.

Hacía demasiado calor, pero un viento gélido sopló de repente aminorando la calidez amenazante, y el río se vio lleno de copos de nieve que rápidamente lo rodearon todo al tiempo que una brillante luz cubría su campo de visión, dejándolo a la deriva en un blanco paisaje que era reconfortante para él.

Y así, Mo Ran despertó de su sueño.

Mobei-Jun tenía una mano apoyada en su frente, mientras Shang QingHua sujetaba su mano con preocupación pasándole energía espiritual. La familia se encontraba en un carruaje, y cuando Mo Ran despertó recorrió el sitio con curiosidad.

— ¿Qué pasó?— preguntó intentando ponerse de pie.

Mobei-Jun le puso la otra mano en el pecho impidiéndole ponerse de pie. 

— Descansa un poco más, hijo— dijo el demonio—. Tu consciencia aún no se recupera.

— No entiendo. ¿A dónde vamos?

— Vamos de vuelta al pico SiSheng— dijo Shang QingHua.

Solo entonces Mo Ran se dio cuenta de que Chu WanNing estaba sentado al lado de Shang QingHua y su rostro perdió el color. 

— ¿Por qué te pones así?— le increpó con dureza Chu WanNing—. No es como si este maestro no lo supiera antes.

— ¿Y aún así lo aceptó, así sin más?— preguntó Shang QingHua.

Chu WanNing recordó lo que Mo Ran le había dicho en el lago JinCheng, cuando creyó que era NanGong Si yendo a su rescate, y replicó:

— Sus motivos habrá tenido, maestro Shang, y yo no tengo por qué cuestionarlo. Además… — sus ojos de fénix miraron hacia otro lado cuando añadió—. Él me eligió como su maestro, no le iba a dar la espalda.

Mo Ran sonrió con ternura al escucharlo, mientras que Mobei-Jun y Shang QingHua se miraron uno al otro con escepticismo recordando que, en un principio, él había rechazado a su hijo. ¿A qué venía ese cambio repentino?

— ¿Ha habido noticias de lo sucedido con la tribu emplumada?— preguntó Chu WanNing a Shang QingHua.

El señor de cumbre se llevó una mano a la cabeza con un gesto de fastidio.

— NanGong Liu está siendo una patada en el culo— dijo—. Sigue investigando lo sucedido, y claroz sigue insistiendo en que mi hijo tuvo algo que ver por la enredadera roja que era JianGui.

Chu WanNing frunció el ceño. 

— Estuve pensando al respecto de eso— dijo.

Su explicación se vio interrumpida cuando se escucharon una serie de picoteos en la ventana del carruaje. Shang QingHua abrió la ventana y un pájaro entró rápidamente posándose en el regazo de Chu WanNing abriendo el pico con celeridad.

— Traigo un mensaje para el anciano YuHeng de parte del gran maestro Xue: no debe volver al pico SiSheng. Repito, no debe volver al pico SiSheng.

Mo Ran se puso de pie, y esta vez Mobei-Jun no se lo impidió.

— ¿Por qué?— preguntó.

— Li Wuxin está ahí— dijo el ave—. La secta Bitan lo acusa de atraer el mal hacia la ciudad de Cai Die.

— Entonces tengo que ir.

— Sí, me imaginé que diría eso.

En realidad, Shang QingHua sabía que la presencia de Chu WanNing era necesaria gracias a Shen QingQiu: el hermano Pepino se había acercado a él para explicarle lo que pasaría en el pico SiSheng antes de ir a buscar a Mo Ran, rematando con que había otra cosa que debía saber y que le diría lo más pronto posible. Así fue como luego de un tiempo llegaron al pico SiSheng y entraron al Salón de la Lealtad. Chu WanNing dirigió su mirada a Li Wuxin y dijo:

— Chu WanNing, quien responde al humilde título de anciano YuHeng, se presenta. Tengo entendido que el maestro Li tiene algunas preguntas para mí. Por favor, ilumineme.

Li Wuxin titubeó un poco, pero finalmente dijo:

— Usted hizo un exorcismo en la familia Chen y les entregó una serie de escritos que debían realizar, ¿no es así?

— En efecto.

— Entonces, ¿cómo es que terminó dándoles algo que acarreó la desgracia?

Con mayor seguridad, Li Wuxin explicó como la familia Chen había sido masacrada a causa de un fantasma vicioso, y del mismo modo explicó que había una enredadera similar a la rama TianWen.

— Esta es una imitación hecha con las ramas del árbol del lago JinCheng— dijo Chu WanNing—. Al igual que la enredadera JianGui encontrada en el Jardín de Flores de Melocotón, son imitaciones baratas que no duran mucho.

— Su escritura…— dijo Li Wuxin.

— La escritura es falsa— interrumpió Shang QingHua.

Mo Ran juntó un poco de poder espiritual y comenzó a dibujar la escritura utilizada en aquel pergamino.

— ¿Esto se parece?— preguntó el joven.

— Es… idéntica— dijo alguien más.

— Eso comprueba que alguien imitó la escritura de mi Shizun para tergiversar el texto de exorcismo.

Li Wuxin abrió la boca para replicar, pero en ese momento uno de sus discípulos entró a trompicones y dijo:

— ¡Shizun! ¡La grieta...! ¡La grieta...! ¡La grieta celestial se ha abierto!

❁❁❁❁❁

Preparemos los pañuelos.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora