Extra: el inicio de la rebelión

122 25 0
                                    

El hombre salió de la reclusión aislada en la que se vio obligado a permanecer. Le conocían simplemente como anciano Rulan, y era el miembro más antiguo del consejo de ancianos del clan Mobei. También era el más poderoso del consejo pero aún así su rey lo hizo trizas en su último enfrentamiento. Había usado su reclusión no solo para curar sus heridas, sino para planear una artimaña que le ayudara a lograr su cometido de empujar al rey hacia una compañera demoníaca ahora que su consorte humano estaba fuera del tablero.

Lo que le esperaba al salir de su encierro le hizo torcer la cara con disgusto.

El humano estaba más que vivo, y seguía al lado del rey. No solo eso, se atrevió a enfrentar al consejo frente a todos los demonios del reino y los ridiculizó a todos. El anciano Rulan estaba furioso. Pero mientras no hubiera un sucesor…

Porque él se negaba a reconocer a ese humano bastardo como hijo de su rey. Prefería que le despellejaran la piel a tiras antes que llamar "príncipe" a ese pequeño bastado de Mo Ran, que ya se había hecho un nombre en el mundo del cultivo que tanto despreciaba. El demonio pensaba en una forma de lidiar con todo esto cuando escuchó una voz tenue llamarle.

— Anciano Rulan.

Linguang-Jun apareció de repente, junto a una mujer cubierta con una capucha. El anciano Rulan dio un paso atrás temiendo ser atacado, pero el demonio intruso levantó una mano en gesto de tregua, diciendo:

— No se asuste, no quiero hacerle daño. Aunque me lo debe en retribución por favorecer a mi sobrino.
— Él era el siguiente en la línea de sucesión— dijo el anciano de manera defensiva—. Pero ahora…
— No está tan seguro de haber hecho lo correcto, ¿no es así?— le interrumpió Linguang-Jun—. No se preocupe, estoy aquí para ayudarle a corregir su error.

La mujer al lado de Linguang-Jun se descubrió el rostro, mostrando una belleza sin igual. El anciano Rulan contuvo la respiración, sorprendido, reconociendo la esencia de la mujer de inmediato.

— Una Belleza de Huesos Mariposa— dijo.
— Ella es mi esposa, y en unos meses va a tener a mi hijo— dijo Linguang-Jun, cubriéndola con la capucha—. Su identidad debe permanecer en anonimato, puesto que en el mundo del cultivo creen que va a casarse con alguien más. Anciano Rulan, le propongo un trato.

El demonio lo miró con cautela, pero aún así dijo:

— Te escucho.
— Yo me desharé de mi sobrino, de su esposo y su hijo. A cambio usted me dará su apoyo para convertirme en líder de secta.
— ¿Y cómo harás para vencer a Mobei-Jun? La última vez no te fue tan bien.

Linguang-Jun extendió la mano haciendo aparecer el cetro Xuè Hé.

— La última vez no tenía esto— dijo con suficiencia—. Reúne a toda la gente que esté descontenta con mi sobrino, nos levantaremos en armas cuando llegue el momento. No debe preocuparse, ese momento llegará pronto.

Luego de decir estas palabras, Linguang-Jun y su acompañante desaparecieron tan pronto como llegaron. El anciano Rulan pensó detalladamente en todo lo que había pasado hasta ese momento, y finalmente dejó escapar una lluvia de copos de nieve. Lo lamentaba por Mobei-Jun, pero su deber era preservar la línea de sucesión del clan.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora