Extra: Llegada y despedida

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Bajo el liderazgo de Murong Chuyi, la cumbre Wan Jian floreció. Fue cuestión de tiempo para que el mausoleo de las armas fuera llenado nuevamente y los aprendices volvieran a merodear por el lugar, deseosos de aprender cosas nuevas por parte de uno de los maestros de Chonghua.

Sin embargo, aún existía un cabo suelto del que nadie se había acordado, el cual terminaría por llegar a la cumbre An Ding en el momento menos esperado.

—¡Señor!

Li Mingzhe recibió a Meng XiaoFeng, el demonio sombra que se había infiltrado en el pabellón Tianyin por orden de Shang QingHua. Tras la muerte de Mu Yanli, el pabellón cayó en desgracia siendo desmantelado poco después, los discípulos sobrevivientes se reunieron con los sobrevivientes del palacio HuanHua y formaron una nueva secta. Meng XiaoFeng había huido fingiendo estar del lado de Murong Chen, pero en realidad se había mantenido oculto para poder llegar a la montaña Cang Qiong con su botín: un pequeño bulto que llevaba en brazos. Y cuando Shang QingHua llegó a su encuentro viendo el interior de este pequeño bulto, soltó una exclamación ahogada de sorpresa.

Era la hija de Linguang-Jun y Song QiuTong.

—¡Es tan pequeñita! —dijo Li Mingzhe pinchando la mejilla de la bebé—. Shizun, ¿podemos adoptarla?

—Absolutamente no —dijo Mobei-Jun apareciendo detrás de Shang QingHua—. Es la hija de un traidor, será cuestión de tiempo para que la encuentren. ¿Dónde está Mo Ran?

—En la cumbre Wan Jian, con Mo Xi.

—Entonces vamos para allá.

Así, con la niña en brazos, las tres personas se fueron. El estruendo de la batalla resonaba en el lugar cuando llegaron: bajo la supervisión de Chu WanNing, sus cuatro discípulos se enfrentaban contra la gente de Wan Jian. Mo Ran enfrentaba a Mo Xi, los roces entre la rama de sauce JianGui y el látigo Shuairan provocaban centellas; NanGong Si y Xue Meng enfrentaban a Gu Mang, que les hacía frente solo con una suona; y Ye WangXi luchaba contra Murong Chuyi, estando sus fuerzas bastante igualadas. Cuando el enfrentamiento terminó, todas las miradas se fijaron en los visitantes. Mobei-Jun se dirigió sin ceremonia alguna hacia Mo Ran y dijo:

—Necesitaré tu espada.

—Padre —dijo Mo Ran con preocupación viendo a la bebé agitándose en brazos de Meng XiaoFeng—. Tú no vas a matar a esta niña, ¿verdad?

—Por supuesto que no, A-Ran —dijo Shang QingHua con una risa nerviosa.

—Yo no tengo intención de matarla, pero tampoco voy a protegerla —dijo Mobei-Jun—. Absorberé su poder de hielo para que los demonios del Desierto del Norte no puedan encontrarla, y la entregaré a alguien que la adopte.

—Necesitaremos una caldera.

Murong Chuyi los llevó a una de las forjas, que en ese momento estaba al rojo vivo, y usando la espada BuGui como puente, Mobei-Jun purgó toda la magia de hielo del cuerpo de la niña, de tal suerte que se convirtió en un Festín de Huesos Mariposa.

—Llevátela de aquí —dijo el demonio entregando a la bebé a Shang QingHua.

Y para sorpresa de la familia, Murong Chuyi detuvo al señor de An Ding antes de que pudiera salir.

—Yo cuidaré de ella —dijo, quitándosela a Shang QingHua.

El brusco agarre despertó a la niña, que empezó a llorar, las lágrimas que cayeron de la pequeña resultaron ser normales, con lo que el grupo respiró aliviado. Nadie tendría porqué saber el origen de esta niña; con ambos padres muertos nadie vendría a reclamar su potestad y podría tener una vida tranquila. Murong Chuyi acunó a la pequeña entre sus brazos y la arulló suavemente hasta calmarla, dirigiendo su mirada al demonio de hielo con decisión.

—Su nombre será Qing, y es mi hija a partir de ahora —dijo.

—Como quiera —replicó Mobei-Jun—. Solo tenga en cuenta que, algún día, algún demonio de hielo atará cabos y vendrá a buscarla.

—Seremos capaces de protegerla —dijo Gu Mang—. Mi pequeña sobrina no está sola.

—Murong Qing nos tendrá a nosotros —dijo Mo Xi.

Shang QingHua asintió expresando su acuerdo y Mobei-Jun no dijo más. Él ya había hecho todo lo que podía.

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Chu WanNing estaba de pie en un claro. En su mano derecha se encontraba TianWen, en su mano izquierda sostenía la espada Huaisha. Sus ojos de fénix recorrieron el lugar tranquilamente, sin prisa.

El primer ataque vino de su izquierda. Chu WanNing alzó la espada para enfrentar a su oponente, pero se llevó la sorpresa de haber desviado una flecha y, repentinamente, una rama brotó de la tierra y apresó su muñeca derecha, limitando su movimiento. Al mismo tiempo, un talismán voló en su dirección en el instante en que dos de sus discípulos saltaban sobre él: Xue Meng cubrió su flanco izquierdo, mientras que Ye WangXi arremetió contra su flanco derecho. Con un giro de muñeca, Chu WanNing usó la espada para cortar la rama, interceptando el ataque de Ye WangXi con la misma arma y alzó el brazo derecho para bloquear el ataque de Xue Meng, retrocediendo rápidamente para evitar el talismán.

Chu WanNing hizo girar a TianWen alrededor suyo evitando nuevos ataques, la rama de sauce dorada se enredó con una similar en el momento que JianGui se interpuso entre sus vueltas. Mo Ran jaló el látigo llegando a un punto muerto con Chu WanNing que fue roto cuando el maestro soltó su rama dorada al percibir otra flecha llegando a su dirección... paralizándose al sentir un toque frío en su espalda.

—Te atrapé, Shizun —dijo Feng Shiyao con una leve sonrisa.

Fue entonces que entendió la estrategia de sus discípulos: cuatro de ellos se usaron a sí mismos como señuelos mientras que la más discreta se abrió paso para tomarlo por sorpresa. Era una buena estrategia. Los cinco estudiantes se pararon frente a su maestro en fila india y Chu WanNing los miró con detenimiento, sonriendo con orgullo.

—Les he enseñado todo lo que sé y lo que he podido —dijo—. Y ahora ustedes tienen las armas necesarias para seguir abriéndose paso en el mundo por sus propios medios y labrar sus propias reputaciones. Ya no necesitan mi supervisión, pero si llegan a necesitar mi guía, este maestro estará complacido de ayudarlos.

De ese modo, el maestro se despedía de sus discípulos. Había llegado el momento de dejarlos ir... a casi todos. Mo Ran esperó a que estuvieran solos, y una vez lo estuvieron, tomó la mano de Chu WanNing y se arrodilló frente a él.

—WanNing, ¿aceptarías a este tonto estudiante como tu esposo?

—No eres un tonto —dijo Chu WanNing acariciando la mejilla de Mo Ran con la mano libre—. Eres la única persona que aceptaría a mi lado.

Mo Ran se puso de pie, tomando las mejillas de Chu WanNing entre sus manos, y lo besó dulcemente.

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Nuestros pollitos ya crecieron uwu

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora