++ Noventa y ocho ++

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Chu WanNing estaba sentado en la cama, con los puños apretados como si intentara contenerse de algo cuando en realidad estaba asumiendo toda la información que había recibido de golpe.

Esa tarde, cuando apenas habían llegado a la villa, Gu Mang se acercó a él apartándolo del resto para conversar en un lugar privado; Chu WanNing se había negado a apartarse de la villa por lo que ambos se dirigieron al patio trasero, en donde Gu Mang le había contado toda la historia de lo sucedido en el reino de Chonghua hasta hoy, finalizando con un simple:

— Mi primo, Murong Chuyi, reencarnó en usted, Chu-zongzhi. El cómo pudo suceder eso no lo tengo claro, ya que su alma había sido llevada al árbol sagrado a cargo de Jiang Fuli. Su alma dispersa se encuentra en su interior. 

Chu WanNing bajó la mirada llevando una mano a su pecho, dibujando inconscientemente la cicatriz en su piel hecha por su propia mano. Se preguntó si en algún momento Huai Zhui habría sospechado algo, y pensó que de ser así no le habría dicho nada. Así había sido su antiguo maestro con él: severo y distante, demasiado estricto al grado de castigar una pequeña falta con un rigor casi excesivo. De no ser por Shen QingQiu y su pequeña aventura como Xia SiNi, era probable que Chu WanNing hubiera seguido ese mismo camino con sus discípulos y se odió por eso.

Pero aún así… estaba seguro de que él nunca reclamaría el núcleo dorado de ningún estudiante suyo, como Huai Zhui hizo con él.

Sus pensamientos se dirigieron a Mo Ran. A la forma anhelante en la que Gu Mang lo miraba. Sabía que lo que ansiaba ver era el alma de Mo Xi reflejada en los ojos de Mo Ran, pero el solo pensar en ello, en la forma en que se mirarían uno al otro; le haría sentir mal. Le recordaría que no sería digno de ser amado por nadie, que solo era un prodigio de su generación que debía ser venerado como un dios y no amado como un mortal; lejano y distante como las estrellas, puro e incorruptible.

Y completamente solo.

Golpearon a la puerta. Chu WanNing sacudió la cabeza como si de esa forma pudiera deshacerse de sus pensamientos viciosos y se levantó. Apenas abrió la puerta, Mo Ran entró apresuradamente aferrándose a él y ocultó el rostro en su cuello, percibiendo el aroma a haitang de su maestro. Chu WanNing estaba sorprendido, pero acertó a cerrar la puerta antes de que alguien los viera y en ese momento Mo Ran volteó hacia él.

— Shizun…— dijo—. WanNing… te quiero solo a ti. Te deseo solo a ti. No me importan los anhelos de Mo Xi, mi cuerpo, alma y mente son solo tuyos. 

Mo Ran tomó la mano de Chu WanNing y la puso sobre su pecho diciendo:

— Mi corazón te pertenece.

Chu WanNing observó a Mo Ran en un impactado silencio, sin saber cómo reaccionar. Para su fortuna el joven frente a él tomó la iniciativa: Mo Ran puso las manos en sus mejillas y acercó su rostro al otro, uniendo sus labios en un beso corto, y apenas se separaron fue Chu WanNing quien sujetó a Mo Ran besándolo con torpeza, en un gesto que se fue haciendo más íntimo y apasionado. Las manos de Mo Ran comenzaron a recorrer el cuerpo esbelto de Chu WanNing para después cargarlo en brazos y llevarlo a la cama. Sus túnicas fueron retiradas poco a poco, pero antes de que su pecho fuera descubierto, Chu WanNing detuvo a Mo Ran.

— ¿Shizun?— inquirió Mo Ran.

— No me llames Shizun mientras estamos así— replicó Chu WanNing con sequedad—. Es irrespetuoso.

Mo Ran se quedó estático, tragando saliva mientras su respiración volvía a la normalidad, y miró al hombre debajo de él. Sintió su rostros arder cuando se dio cuenta de la situación en la que se encontraban. Chu WanNing lo miró y dijo:

— Ni se te ocurra moverte.

Para su sorpresa, fue Chu WanNing quien tímidamente retiró las ropas que hacían falta, mostrando su figura ante Mo Ran. Aunque el joven notó la cicatriz que surcaba su pecho no hizo ningún comentario al respecto sino que pasó una mano por encima masajeando suavemente; lo que provocó un suspiro de placer en Chu WanNing. Al instante sus mejillas se sonrojaron y Mo Ran sonrió.

— WanNing es tan hermoso…— dijo, inclinándose para besarlo.

— Tú…— reprochó Chu WanNing.

Mo Ran comenzó a frotarse contra Chu WanNing y el mayor se incorporó de golpe abrazando a su joven amante mientras una de las manos de Mo Ran se dirigía a su entrepierna. La voz ronca de su estudiante susurró a su oído y sintió su aliento cálido con cada palabra que pronunciaba.

— ¿Me dejarás entrar?

Chu WanNing enfureció, pero estaban tan entrelazados que no tuvo fuerzas para separarse. Apretó los puños enterrando las uñas en la espalda de Mo Ran, luchó contra su propia vergüenza… y finalmente asintió. Mo Ran separó las piernas de su amante con delicadeza, entrando en su interior con lentitud, para después entrar y salir con más confianza. Chu WanNing cerró los ojos, mordiendo sus labios para no hacer ningún ruido, y así fue cómo ambos pasaron su primera noche juntos como amantes.

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No sé qué chingados acabo de escribir, yo solo quería quitarme las ganas de hacer algo horny JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora