Una nueva vida

** Ciento dieciséis **

Jiang Xi aplicó un encantamiento de agua para apagar el fuego de Mu Yanli y, tras asegurarse que no corría peligro de muerte, salió corriendo junto a todos los demás. La humareda producida por la explosión podía verse desde dónde se encontraban, anticipando el preambulo de un escenario dantesco.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Qi QingQi, anonadada.

—¡Es la cumbre Wan Jian! —exclamó Liu QingGe con alarma.

Shen QingQiu y Shang QingHua fueron recorridos por el mismo escalofrío fatalista mientas convocaban sus respectivas espadas para salir disparados hacia allá. Ambos tenían el mismo mal presentimiento: en la cumbre Wan Jian, junto a cientos de armas, se encuentra la espada Xin Mo. La jodida espada demoníaca Xin Mo. Se suponía que debía haberse cambiado de lugar desde que Mo Ran descubrió las barreras que la protegían, pero ningún lugar había servido de refugio confiable, por lo que los señores de cumbre optaron por devolverla a aquel sitio y redoblar sus protecciones.

Aquello había sido, evidentemente, una mala idea.

Para cuando llegan a la cumbre Wan Jian, todo lo que hay enfrente es una gran destrucción. La cumbre había dejado de existir, las armas habían sido destruidas, los miembros del pico habían muerto sepultados brutalmente bajo los escombros. Y en medio del pandemonio que era todo eso, una figura podía distinguirse entre el polvo; un brillo violeta la rodeaba. Cuando la nube de polvo se asentó, pudieron ver de quién se trataba y exclamaciones de sorpresa llenaron el aire.

Hua BiNan sostenía la espada Xin Mo.

Su aspecto era lamentable: su piel lucía venas negruzcas por doquier, su figura lucía enjuta y esqueletica, como si hubiera sido carcomido por dentro. Sus ojos estaban inyectados en sangre, y su cabello estaba desordenado, finas hebras caían de su cabeza con el simple vaivén del viento... pero aún así, su rostro estaba desfigurado por un rictus de victoria. Alzando la espada, proclamó:

—¡He vencido incluso a mis propios aliados!

"Yo no lo llamaría precisamente así", pensó Shang QingHua viendo su estado deteriorado. Dos figuras subían usando puentes de hielo para ascender: Luo BingHe y Mobei-Jun se acercaban a Hua BiNan con el objetivo de derribarlo y quitarle la espada. Diversos ataques fueron lanzados por ambos, los cuales eran terriblemente fulminados por el arma demoníaca. Con un gesto de locura, el joven alzó la espada conjurando una gran cantidad de energía demoníaca.

—Tenemos que detenerlo —dijo Mobei-Jun mirando a Luo BingHe—. Está usando la energía de las almas divinas para conjurar el Abismo Sin Fin.

Luo BingHe asintió con seriedad mientras conjuraba un talismán supresor de alto rango que arrojó hacia la espada que en otro tiempo había sido suya. El Abismo Sin Fin era un tema serio para él, y si podía evitar que se volviera a abrir lo haría sin dudar, aún si eso significaba volver a poseer esa espada maldita que lo enloquecía.

—¡Lanza estacas de hielo! —indicó a su compañero mientras dividía el talismán en varios otros.

Mobei-Jun no perdió el tiempo pidiendo explicaciones: rápidamente lanzó varias estacas, en cuyas puntas fueron colocados los talismanes, y éstos fueron lanzados contra Hua BiNan. Para sorpresa de todos, una lastimada y malherida Mu Yanli se interpuso lanzando un golpe de espada que rompió el ataque de los demonios.

—Distinguidos caballeros, ¿quieren saber el destino de la dama Hua Gui? —inquirió la mujer, su mirada enloquecida estaba llena de rabia, siendo sus ojos dos focos brillantes en su rostro carbonizado.

Mu Yanli lanzó otro ataque, y todos los presentes recibieron otra sorpresa: Chu WanNing interceptó la ola espiritual del golpe de la mujer, neutralizándolo, mientras que Gu Mang se lanzó contra Hua BiNan usando una espada. Una serpiente fue lanzada contra él mientras que un grupo de demonios escaló fuera de la naciente grieta que comenzaba a formarse en el cielo.

—Mi madre era una Belleza de Huesos Mariposa —dijo Hua BiNan, evitando otro ataque de Gu Mang, que se había librado de la serpiente—. En un principio, había pensado en usar el poder del pabellón Tianyin para proteger a los de su raza. Ustedes saben que somos débiles e inútiles para el cultivo, ¿saben por qué?

Luo BingHe y Mobei-Jun se vieron obligados a encargarse de los demonios, al tiempo que los cultivadores ahí presentes se unían a la batalla. Los ojos de Hua BiNan se fijaron en Shang QingHua y dijo:

—Usted parece saberlo todo sobre mí. Debe tener una respuesta a esto.

—Las Bellezas de Huesos Mariposa son una raza infernal desterrada —dijo Shang QingHua.

—Y la única forma de devolverlos a casa es usando una de las técnicas prohibidas para abrir la puerta al inframundo.

La imagen de un cuerpo hecho de cuerpos humanos vino a la mente de Shang QingHua, y el venerable hermano Avión sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. Chu WanNing se enfrentaba a Mu Yanli, que pese a sus heridas podía defenderse sin mayor problema, y Gu Mang seguía atrayendo la atención de Hua BiNan, atacando sin ton ni son para evitar que desplegara el poder de la espada.

—Tú sacaste a Linguang-Jun de su prisión —dijo Shang QingHua.

—No. Yo lo hice —dijo Mu Yanli, evitando un golpe de TianWen—. Song QiuTong me dio su ubicación. Y a cambio él nos dio la información de una técnica que podíamos usar.

—Y entonces usamos a Xu ShuangLin —dijo Hua BiNan—. Lo único que nos hacía falta era lograr estabilizar la energía espiritual que se requiere para mantener abierta la Puerta de Las Almas Malditas el tiempo suficiente para dejar entrar a las Bellezas de Huesos Mariposa que tenemos bajo nuestra protección.

—¿Qué haras con Mo Nian y NanGong Pang? —inquirió Gu Mang.

Los hermanos se mantuvieron en silencio. Con un último ataque, Mu Yanli fundió su núcleo dorado lanzando un golpe devastador que le dio tiempo a Hua BiNan de lanzar un ataque con Xin Mo, abriendo el Abismo Sin Fin, creando una enorme grieta que recorrió una gran distancia hasta llegar a la cresta Maigu, donde había un gran mausoleo construido para tal ocasión. Con un talismán de transportación, Hua BiNan desapareció llevando a su hermana consigo.

—¡Ese mausoleo es la puerta que van a abrir! —gritó Shang QingHua, descendiendo lo suficiente para dejar que Mobei-Jun subiera a la espada.

No hizo falta una segunda indicación, el grupo reunido se dirigió hacia aquel mausoleo donde les esperaría una última batalla.

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Luo BingHe modo serio acaba de entrar al chat (?)

Por otro lado... ¡estamos en los capítulos finales! Muero de emoción ajsaafdajgakdfgjañdflgj