** Ciento diecinueve **

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El canto melodioso de una ballena se escuchó en el vestíbulo del mausoleo, el sonido hizo eco por todo el lugar conforme el poder que había alimentado al cetro regresaba a su portador. 

—Es… ¿La bestia divina?

Murong Chen hizo un gesto de incredulidad en el momento que Mo Xi se enfrentó a él. A su alrededor, la pelea se había reanudado con mayor encono: la puerta se había detenido, pero aún era alimentada por la energía del Abismo Sin Fin, por lo que seguía siendo una amenaza mientras no hubiera forma de cerrarla. Chu WanNing ignoró a Jiang Yexue mientras se dirigía hacía ésta, buscando una forma de cortar el suministro de energía.

—¡Chu WanNing! ¿Crees que puedes ignorarme?

Jiang Yexue saltó hacia Chu WanNing, siendo interceptado por Xue Meng, que lo hizo alejarse de su maestro a punta de espada.

—¿Quién te crees que eres para acercarte a mi Shizun? —increpó—. ¡Escoria!
—Qué molesto eres —replicó Jiang Yexue chasqueando la lengua.

Ambos se enfrentaron a duelo. Chu WanNing dirigió una mirada a su estudiante en el momento que Murong Chuyi se unió a él en la batalla y respiró tranquilo. Sus ojos de fénix recorrieron el lugar con preocupación, buscando a Mo Ran, para después mirar la puerta, con el dolor de su corazón tuvo que dejar de lado su búsqueda para ayudar a cerrarla; ya que esa era la prioridad en ese momento. Un temblor repentino los sorprendió, y todos se apartaron en el instante que un potente chorro de energía brotó hacia aquella puerta, el resplandor rojizo de la puerta se volvió dorado y todas las restricciones que tenía se volvieron insuficientes, con lo que se abrió de golpe. 

—Esto está mal.

Gu Mang y Chu WanNing voltearon hacia Shang QingHua con expresiones similares que decían lo mismo: "¿Tú crees?". Sus intentos habían sido infructuosos y La Puerta de las Almas Perdidas se había abierto por completo. Pero… ¿por qué no aparecían toda clase de seres salidos del infierno? Shang QingHua se dio cuenta al ver los grabados del marco: la puerta funcionaba de un solo modo. Se podía entrar, pero no salir. 

—¿Qué demonios es eso? —increpó Murong Chen a Jiang Yexue, sin perder de vista a Mo Xi que lo atacaba continuamente. 

Jiang Yexue, atrapado entre Murong Chuyi y Xue Meng, observó fugazmente los grabados, perdiendo la concentración; y Xue Meng aprovechó la oportunidad para herirlo, abriendo un largo tajo que recorrió su torso de arriba abajo. La voz agotada pero victoriosa de Hua BiNan se escuchó recorriendo el mausoleo.

—Dígamos que tomé algunas precauciones —dijo.

El médico iba al frente de un grupo de personas, mientras que su hermana iba justo al fondo, creando un círculo de protección. Mu Yanli había reunido al resto de los discípulos del pabellón Tianyin que quedaban y custodiaban a una treintena de personas; eran las Bellezas de Huesos Mariposa que quedaban en el mundo. Mientras el par de traidores estaba ocupado en otras cosas, Hua BiNan había tallado un encantamiento alrededor de la puerta que sellaría temporalmente el portal: solo le importaba llevar dentro a su raza, no que otros salieran aprovechando la oportunidad. 

—¡Avancen, pronto! —exclamó Mu Yanli.

El grupo se abrió paso entre las personas hacia la puerta, cuando Hua BiNan giró bruscamente.

—Sigan avanzando, voy a encargarme de algo —indicó.

Y, con la espada Xin Mo en la mano, Hua BiNan se abalanzó contra Mo Ran. Todo esto era su culpa, si este tipo no se hubiera entrometido en sus planes, nada de esto estaría pasando. Él no habría tenido que depender de Linguang-Jun, ni de los traidores de Murong Chen y Jiang Yexue, no estaría muriendo… y habría podido tener a su lado a Chu WanNing. Así que era justo cobrarse esta deuda ahora que podía. Mo Ran sintió un escalofrío y volteó en el momento justo, viendo como un ataque asesino se acercaba hacía él.

—¡BuGui, te invoco aquí! —exclamó, y la espada apareció justo a tiempo para ayudarle a bloquear el ataque. 

Se escuchó un sonoro ruido metálico que recorrió el lugar cuando las dos espadas demoníacas chocaron por primera vez. Los ojos consternados de Mo Ran se encontraron con los ojos enloquecidos de Hua BiNan y vio en ellos la intención asesina del joven; a pesar de todo, no quería pelear con un antiguo compañero pero tuvo que aceptar que no tenía otra alternativa. Ambos se separaron y volvieron al ataque nuevamente, intercambiando movimientos a una velocidad pasmosa. La obsesión y el odio de Hua BiNan le daban poder a Xin Mo, y a su vez la espada le daba fuerza; por lo que fue capaz de resistir el embate de su contrincante. Una serpiente fue arrojada hacia Mo Ran y ésta fue congelada en el acto, estacas de hielo volaron hacia Hua BiNan y todas fueron pulverizadas por el poder demoníaco de Xin Mo.

Una cortina de piedras con energía espiritual los separó y Shen QingQiu se colocó frente a Mo Ran, susurrando algo a su oído. 

—Pero… ¿y tío Luo? —preguntó Mo Ran.

Ambos dirigieron la mirada hacia Luo BingHe, que estaba peleando contra Linguang-Jun junto a Mobei-Jun, y Shen QingQiu sonrió.

—Va a estar bien.
—¿No se están olvidando de algo?

Hua BiNan volvió a atacar, Shen QingQiu se apartó y Mo Ran levantó a BuGui para bloquear el ataque de Xin Mo. El joven respiró hondo y aprovechó la cercanía invocando a JianGui, la rama escarlata se envolvió alrededor de BuGui como si fuera a dar refuerzo, pero se dirigió rápidamente hacia Xin Mo, enrollándose alrededor de la hoja. Entonces, Mo Ran dirigió su energía espiritual hacia JianGui, presionando, y jaló repentinamente fragmentando su presa.

De ese modo, la espada Xin Mo se rompió en pedazos, irrecuperable. Hua BiNan, siendo su portador, sintió un dolor indescriptible recorrer su cuerpo y escupió sangre; cayendo muerto inmediatamente.

—¡A-Nan! —gritó Mu Yanli, desconsolada.

La mujer corrió hacia Mo Ran presa de la rabia, deteniéndose de golpe a poca distancia del joven. Shang QingHua se había interpuesto entre ambos y apuñaló a la mujer con una espada que le atrevesó el pecho. El señor de An Ding retiró su arma mientras se apartaba, y Mu Yanli cayó muerta junto a su hermano. Shang QingHua volteó hacia Mo Ran y corrió hacia él sujetando su rostro entre sus manos.

—¿Te hicieron algo, mi niño? —preguntó.
—Estoy…

La palabra "bien" se quedó atorada en la garganta de Mo Ran, y en su lugar escupió una bocanada de sangre. El combate había mermado el poder del talismán curativo que Xue Meng había usado con él y comenzaba a debilitarse de nuevo. 

—Te conseguiré ayuda —dijo Shang QingHua.
—Papá, el portal… —dijo Mo Ran—. Yo estaré bien.

Chu WanNing corrió a su lado tomando a Mo Ran del brazo.

—Yo me haré cargo de él —dijo.

A regañadientes, Shang QingHua se alejó de ellos en el momento justo que la última de las Bellezas de Huesos Mariposa cruzaba el portal hacia el inframundo del que sus ancestros habían sido echados mucho tiempo atrás. Inesperadamente, un golpe de Mo Xi envió a Murong Chen del otro lado del portal, y el cetro blanco en sus manos le dio una idea a Shang QingHua.

—Claro, el cetro —dijo—. Esa cosa es la llave de la puerta—. ¡General Mo! ¡Use el cetro! ¡Es la llave para sellar la técnica!
—¡Dirige a la bestia divina hacia la puerta! —gritó Gu Mang.
—¡NO! —gritó Jiang Yexue.

El joven trató de lanzar un ataque desesperado hacia Mo Xi, el cual fue interceptado por Murong Chuyi haciéndolo retroceder, y Xue Meng lo arrojó al caldero. En ese momento, Mo Xi dirigió a la ballena hacia el portal, el cual estalló al mismo tiempo que el caldero, y la pared de piedra comenzó a resquebrajarse.

—¡Va a derrumbarse!

De inmediato, todo el mundo emprendió la huida, usando todo lo que tenían disponible, hasta alcanzar la salida, justo cuando el último de los cultivadores salió, el lugar se vino abajo.

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Breve recordatorio: en este fic la espada BuGui es un arma espiritual normal sacada de la montaña Cang Qiong, y Mobei-Jun le puso un encantamiento que la convirtió en un arma demoníaca.

Ah, que refrescante es matar villanos (?) -sorbito-

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora