++ Ciento uno ++

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Un magnífico arco se materializó saliendo del suelo, exclamaciones y gritos de sorpresa se escucharon por doquier en el momento que NanGong Si tomó el arma junto con una flecha.

Esto... era algo que ni siquiera él debía tocar. El Arco Divino de Perforador de Nubes perteneciente a NanGong Changying debería haber sido sellado con él, destruido junto con su cuerpo mortal luego de años, siglos tal vez.

Pero en su lugar, el último descendiente de la secta RuFeng lo sostenía en su mano, apuntando a su gran maestro. Un solo tiro, y el cadáver de NanGong Changying se prendió en llamas ante la mirada atónita de todos los presentes. Tal vez se trataba de una ilusión óptica, pero tanto Mo Ran como NanGong Si habían visto el atisbo de una sonrisa en el rostro del hombre, aliviado de no cruzar en la muerte el extremo de barbarie que tanto había despreciado en vida. Y ante las constantes lamentaciones de NanGong Si, la voz cada vez más tenue de NanGong Changying se escuchó haciendo una sola pregunta:

—¿Cuántos años pasaron desde la fundación de la secta RuFeng?

—La fundación de la secta RuFeng ya alcanzó 421 años de antigüedad —respondió NanGong Si con voz ahogada.

— Mucho tiempo.

La nostalgia y la decepción se agitaron a partes iguales en el interior de Mo Ran: el alma de Mo Xi que reposaba en su interior recordó a ese joven estudiante que llegó a la academia Wangshu de LinYi, al que había favorecido. No pudo evitar pensar en lo decepcionado que ese joven NanGong se sentiría al ver cómo había terminado la que había sido su secta, el final trágico del hogar que juró honrar.

—Esto es algo bueno. No hay necesidad de culparse.

NanGong Changying les dirigía sus últimas palabras mientras el fuego devoraba su cuerpo, libre del control del ajedrez Zhenlong.

—La larga historia de la secta RuFeng no radica en el hecho de que han existido por muchos años y han retenido a muchos discípulos. Todavía hay personas que recuerdan que yo, el caballero confuciano, no puedo matar, ser codicioso o violar. Mientras recuerdes, tu trabajo está hecho.

Finalmente, luego de sumir los cadáveres andantes entre las enredaderas del dragón, NanGong Changying dejó de aferrarse a los últimos restos de su vida y su cuerpo se desvaneció en motas de polvo. El silencio recorrió la tumba de los héroes, y poco a poco todas las personas se arrodillaron ante la barrera, honrando la memoria del caballero que había previsto la caída de su propia secta. La barrera fue retirada, y tanto Ye WangXi como Feng Shiyao corrieron hacia NanGong Si, que se había derrumbado por sus heridas sangrantes. Mo Ran dio un paso hacia adelante pero en ese momento sintió un tirón en su oreja que lo hizo retroceder.

—¡Ay! ¡Ay! ¡Papá!

—No me vuelvas a asustar así —lo regañó Shang QingHua tirando de su oreja—. Creí que te iban a aplastar por las enredaderas o...

—Papá, voy a estar bien —dijo Mo Ran con paciencia, aliviado de que no le reclamara por sus palabras a NanGong Si—. Padre y tú me enseñaron bien.

Por su parte, Jiang Xi y Feng Shiyao trataban las heridas de NanGong Si.

—¿Por qué estás llorando? —le preguntó a Ye WangXi—. No estoy muerto, voy a recuperarme pronto. No tengo intención de morir.

Después de un momento, el grupo retomó el camino hasta llegar al último nivel, el Dragón Tallado de Jade Blanco. Cuando NanGong Si dejó un rastro de su sangre en el ojo del dragón, la pesada puerta se abrió revelando el palacio celestial del monte Jiao, una santuario con un gran bosque alrededor revelando una larga escalera, mucho más larga que cualquier otra.

—¿Por qué la espada no puede correr por sus pies? ¿Esto es otra montaña!

—¿Cuál es la diferencia entre el cielo y la tierra?

Ma Zhuang y Huang XiaoYue se burlaban a sus anchas de lo que veían. Chu WanNing hizo uso de todo su autocontrol para no reventarles la cara y dijo con frialdad:

—El templo confuciano del cielo se construyó en la tercera generación de la secta NanGong, las dos generaciones de la mano se completaron en la quinta generación de NanGong Xian. Este palacio no tiene relación con ChangYing en el palacio sur.

Huang XiaoYue abrió la boca para replicar, pero Chu WanNing se le adelantó con la misma frialdad diciendo:

—No tengo ningún consejo malicioso. Antes de leer el libro a fondo es mejor que sea prudente.

—Huang XiaoYue, ¿es una broma para tí que la reputación de NanGong Changying sea pura?— increpó Jiang Xi.

—¿Por qué Jiang Zhangmen debe tomarlo tan en serio? —replicó Huang XiaoYue—. Este anciano hablaba sin malicia.

—¿Debo complacer tu malicia solo porque no me hace daño? ¿Tengo que soportar tu ignorancia debido a tu vejez?

Yue QingYuan se compadeció lo suficiente de Huang XiaoYue como para intervenir.

—Jiang Zhangmen, creo que debemos centrar nuestra atención en nuestra prioridad al venir aquí —dijo con una leve sonrisa—. Las rencillas personales tendrán que quedar para después.

Jiang Xi solo asintió y avanzó agitando las mangas, siendo seguido por el resto del grupo. Habían avanzado un gran tramo de camino cuando NanGong Si se detuvo.

—Hmm... un sonido. Es... ¿Naranjas? —el joven miró alrededor confundido, añadiendo—. ¿Por qué hay naranjas? Aquí solo debería haber árboles del vivero de dragón.

—Mira allá — dijo alguien señalando un manantial distante—. Hay un hombre allí.

—Iré a echar un vistazo —dijo Mo Ran.

Fue cuestión de tiempo para que el muchacho llegara hasta el manantial. Había un hombre agachado frente al cuerpo de agua lavando una canasta de naranjas... y al verlo se paralizó, mientras pensaba en que, técnicamente, esto no podía ser posible. Tuvo que volver con el resto y pronunciar las palabras para asimilar lo que había visto.

—Es NanGong Liu.

Como esperaba, la gente se molestó, por lo que hizo un gesto para tranquilizarlos y explicó:

—Hay algo sospechoso en él. También fue controlado por el juego de ajedrez, pero no hay ninguna herida visible. Creo que no deberíamos molestarlo precipitadamente.

—¿Se puede eliminar su efecto? —preguntó Chu WanNing.

En este punto, gracias a la obra y gracia del plus "vistazo al material original", Shang QingHua intervino explicando:

—Puede ser posible, pero es más problemático. No creo que Xu ShuangLin se haya tomado tantas molestias para convertirlo en una pieza de ajedrez solo para liberarlo después.

—Si NanGong Liu está aquí, quiere decir que Xu ShuangLin también se encuentra aquí, por lo que no hicimos otro viaje en vano —dijo Jiang Xi.

La aparición de una sombra llamó la atención de los presentes. NanGong Liu se había acercado con una canasta de naranjas y al ver la gran cantidad de gente se acercó, arrodillándose.

—NanGong Liu, un esclavo, es un sirviente cortés —dijo ante el asombro y la estupefacción de todos—. Ustedes, distinguidos caballeros, han venido desde muy lejos. Les doy la bienvenida.

Las naranjas cayeron, la mayoría golpeaba la cabeza de NanGong Liu, que permanecía en la misma situación, y dijo con el mismo tono servil y cortés:

—Ustedes, distinguidos invitados, ¿vienen a ver a Su Majestad?

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Más de cien capítulos, jamás creí llegar tan lejos con esta historia JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA incluso hay mas de 14 K de leídas. ¡Gracias!

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora