++ Sesenta y ocho ++

115 25 0
                                    

Tres cartas llegaron simultáneamente al pico SiSheng.

La primera era de NanGong Liu, dirigida a Xue ZhengYong para invitarle a la boda de su hijo recién reconocido, la cual se llevaría a cabo pronto. La segunda era de Shang QingHua a Mo Ran, quien debía acompañarlo a la boda como parte de la comitiva de Cang Qiong, que también había sido invitada. Y la tercera, sorprendentemente, era de Zhang SuiYing dirigida a NanGong Si, que le había escrito para pedirle que asistiera a la boda señalando que, como su hermano, podía invitar a quien quisiera.

— Shizun, quiero que venga con nosotros— pidió NanGong Si tomando de la mano a Ye WangXi—. Temo que mi padre pretenda usar esto para arrastrarnos de vuelta a la secta o cause problemas de algún tipo. Sé que esto podría ser incómodo para Shizun…

— No digas más— le interrumpió Chu WanNing—. Iré con ustedes.

Feng Shiyao y Mo Ran se acercaron al mismo tiempo sin proponérselo, deteniéndose en seco al ver la escena frente a sus ojos. Chu WanNing hizo un gesto con la mano para que se acercaran, despidiendo a NanGong Si y Ye WangXi. Feng Shiyao fue la primera en acercarse, diciendo:

— La secta Gu Yue Yu ha abierto vacantes para cultivadores externos que deseen recibir lecciones de Hanlin el sabio. Solicito permiso a Shizun para que me permita asistir.

— Puedes hacerlo— dijo Chu WanNing—. Escribiré al líder de la secta.

— Se lo agradezco.

Con una sonrisa oculta tras su máscara, Feng Shiyao se alejó rápidamente. Una vez estuvieron solos, Mo Ran se acercó y dijo:

— Shizun, vine a despedirme. Papá quiere que lo acompañe a la boda como parte de la montaña Cang Qiong.

— Entonces nos veremos allí, voy a acompañar a NanGong Si— dijo Chu WanNing, poniendo una mano en la mejilla de Mo Ran—. Pórtate bien.

— Sí, Shizun. 

Ambos se quedaron en silencio, mirándose uno al otro, y Mo Ran se inclinó para besar a Chu WanNing fugazmente antes de que alguien los viera, alejándose rápidamente para no recibir un golpe de su temperamental maestro. Sin embargo, Chu WanNing se había quedado estático, con una imagen ajena invadiendo su mente. El sitio donde se encontraban era desconocido para él, y la persona frente a él parecía avergonzada por la forma en que había actuado.

— Lo siento, no quise…

Chu WanNing no lo escuchó, dio media vuelta y se fue, oyendo como la persona lo llamaba antes de que la imagen se desvaneciera.

— Por favor, espera, Chuyi…

"Chuyi… ¿Podrá ser…?

Chu WanNing negó con la cabeza y volvió a su residencia. Era una completa tontería lo que acababa de pensar y en este momento tenía cosas más importantes de que preocuparse.

&&&&&

Mo Ran llegó a la cumbre An Ding después de un corto vuelo de espada y corrió a encontrarse con Shang QingHua, que en ese momento estaba discutiendo con uno de sus discípulos. 

— Tienes que ser más minucioso con las entregas— decía con calma—. Esta vez fue algo sencillo, por fortuna, pero tal vez no tengamos tanta suerte para la próxima, esto no puede volver a ocurrir. ¿Bien?

— Bien. Shizun, lo siento. 

— Ve a descansar.

El joven se alejó corriendo y Mo Ran aprovechó para acercarse. 

— ¿Qué pasó?— preguntó.

— Una confusión de cargamentos— dijo Shang QingHua sucintamente—. No sé cómo pasó, pero la cumbre Bai Zhan recibió un montón de vestidos y la cumbre Xian Shu recibió muchos sacos para golpear. Qi QingQi y Liu QingGe querían colgarme de un árbol, que miedo.

Mo Ran intuyó que se trataba de una broma. Shang QingHua supusó lo mismo pero ambos decidieron fingir demencia al respecto y el señor de cumbre miró a su hijo. 

— Mira cuánto has crecido, eres tan alto y fuerte como tu padre— dijo Shang QingHua apretando suavemente las mejillas de Mo Ran—. A este paso tendré que usar un banco para poder mimarte. 

— No es necesario, no creceré más— le aseguró Mo Ran—. Tengo la estatura ideal. 

— Ese es mi muchacho.

Shang QingHua observó a su niño, recordando la visita que había tenido la última vez. El sujeto le recordaba vagamente a Mo Ran, muy vagamente, pero no fue hasta que se presentó que supo quién era: su padre biológico. Con una sonrisa agradable, Shang QingHua lo pateó fuera de su cumbre advirtiendole que no volviera y no se acercara a su hijo. No tenía ningún derecho de estar cerca de Mo Ran, el muy desgraciado.

No iba a dejar que se acercara a su solecito solo para hacerlo sufrir.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora