Extra: el levantamiento de la secta RuFeng

51 7 2
                                    

Un paisaje cubierto de azul cubría el lugar detrás de la barrera transparente. El fuego invernal había perdurado en el sitio durante dos años, dejando una estela cristalina congelada a su paso por todo el monte Jiao.

—El antepasado de la séptima generación de la secta RuFeng, NanGong Si, presenta sus respetos.

Tras las preguntas de rigor, la barrera se abrió. NanGong Si y Mo Ran entraron al lugar, observando el hielo que lo cubría todo. La última vez que estuvieron aquí, habían descubierto más cosas de lo que habían planeado y se había llevado a cabo una carnicería. Ahora, los dos jóvenes venían a limpiar el desastre causado. Mo Ran dirigió la mirada a NanGong Si y preguntó:

—¿Estás seguro de esto? Se supone que este es un recinto funerario.
—Tú dijiste que el hielo arrasó con todo, ¿no? —dijo NanGong Si, y Mo Ran asintió—. Entonces no debería haber ningún problema.

El fuego invernal era algo muy destructivo. Bajo su hielo, todo lo que no fuera de ascendencia divina o demoníacas desaparecería irremediablemente, por lo que todo lo que quedaba de lo sucedido en el monte era el mismo dragón de inundación que seguía atado a la familia NanGong. Los cuerpos, los sepulcros y las edificaciones habían sido pulverizadas y solo un miembro de la corte real del clan Mobei podía retirar el hielo. NanGong Si hizo una reverencia a Mo Ran y dijo con tono juguetón:

—Mo-shixiong, ¿me harías el honor?

Mo Ran se echó a reír, asintiendo, y extendió la mano diciendo:

—BuGui, te invoco aquí.

La espada negra apareció con una nube de escarcha y el joven se acercó al monte, deteniéndose en el borde del filoso hielo que lo cubría todo. La espada era su sello como príncipe del Desierto del Norte, por lo que con su orden todo el hielo se convirtió en escarcha y después se derritió, creando una gran cascada que corrió por toda la cordillera, aparentemente interminable, arrastrando consigo los últimos restos de la destrucción en la Plataforma de Invocación de Almas. Mo Ran subió a BuGui y le tendió la mano a NanGong Si, montados en la espada volaron hasta llegar a la cima, dónde se encontraba el estanque de sangre que simbolizaba el sello del dragón, el cual seguía intacto. Por orden de Mo Ran había otra sala intacta: la bodega con los tesoros de la secta RuFeng, algo en lo que él y NanGong Si habían estado de acuerdo. En los últimos años, bajo el mando de NanGong Liu, la bodega se había llenado con cientos de tesoros que no pertenecían a la secta. Cientos de tesoros obtenidos de maneras engañosas y arteras, arrebatados a otros injustamente.

En este día, todos esos tesoros serían devueltos a sus verdaderos dueños. Esa era la razón por la que se había conservado el edificio. Ambos jóvenes pasaron todo el día y parte de la noche clasificando las cosas que había en la bodega, identificando las sectas a las que pertenecían y preparando todo para enviarlas de vuelta, lo cual hicieron con el amanecer del día siguiente. Justo cuando habían terminado de envíar el último de los paquetes, un pequeño grupo de gente apareció; Mo Ran dirigió una mirada de preocupación a la gente pero NanGong Si le puso una mano en el hombro con tranquilidad y dijo:

—Son mis discípulos.

Había estado planeando esto desde hacía dos años. Cuando se despidieron de Chu WanNing, él y Ye WangXi se dedicaron a deambular por el mundo, ayudando a otros; en un principio había decidido enterrar el legado de su secta y convertirse en un cultivador errante, pero ambos estuvieron de acuerdo en que el legado del gran maestro NanGong Changying no podía terminar así, manchado con las acciones impuras de NanGong Liu y Xue ShuangLin. Así que, con eso en mente, NanGong Si y Ye WangXi decidieron levantar nuevamente la secta RuFeng, asegurándose de que sus descendientes seguirían los mismos preceptos que el gran maestro había practicado toda su vida. Conforme el grupo se fue acercando, Mo Ran distinguió a Ye WangXi guiando a la gente, hasta que estuvieron frente a ellos.

—Mo-shixiong, A-Si —saludó Ye WangXi con una sonrisa.
—¿No tuvieron problemas? —preguntó NanGong Si acercándose a Ye WangXi, abrazándola por la cintura.
—Ninguno.
—Hey.

Xue Meng y Feng Shiyao se acercaron. Habían salido temprano desde el pico SiSheng y habían avanzado sin descansar.

—Si van a ser desvergonzados, voy a decirle a toda la gente que se vaya —dijo Xue Meng.
—¿Qué gente? —preguntó NanGong Si.
—El pico SiSheng, el templo Khunlun y la montaña Cang Qiong se ofrecieron a ayudar con la construcción del lugar —dijo Feng Shiyao.
—Oh… ¡Oh!

NanGong Si y Ye WangXi se miraron uno al otro y ella asintió. Entonces él permitió a la gente pasar. Este sería un nuevo inicio, para ellos, y para la nueva secta RuFeng.

❁❁❁❁❁

Yo quería hacer un especial de doble actualización y el trabajo no me dejó, así que será para el viernes. Si el trabajo me deja, claro.

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora