++ Setenta y cinco ++

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El lugar comenzó a llenarse de gente y todos vieron como un enorme esqueleto surgía de la grieta ardiente con un capullo entre sus costillas, en cuyo interior podía verse la sombra de un hombre. Para sorpresa de los presentes, NanGong Liu comenzó a luchar contra aquella cosa, cubierto de pies a cabeza.

— ¡Recuerda lo que te dije!— gritó Xu ShuangLin—. ¡No lo mires a los ojos!

NanGong Liu lo ignoró, inmerso en la batalla. Cada movimiento del esqueleto provocaba una caída de lava dirigida al suelo contrarrestada por la técnica de guqin de Shang QingHua. Las personas alcanzadas por la melodía de la suona habían recuperado la consciencia y se movían en todas direcciones ayudando a eliminar los espíritus que salían de la grieta. Mo Ran abrió los ojos encontrándose con el dantesco escenario en el momento que NanGong Liu llegaba al capullo del esqueleto y se disponía a atravesarlo.

— ¿Qué… está pasando?— preguntó.

— Mi padre se volvió loco— dijo NanGong Si.

— ¡Aparténse!— gritó Chu WanNing de repente.

Una de las grandes costillas estaba cayendo justo en su dirección. Chu WanNing lanzó TianWen al grupo, atándolos a todos al tiempo que creaba una barrera sobre sus cabezas pero aún así jaló del látigo apartando a los jóvenes. La barrera no soportó el peso del hueso y se rompió, con lo que la gran costilla cayó al suelo con estrépito. Un terrible grito se escuchó desde las alturas y NanGong Liu cayó junto con aquel capullo, siendo sujetado por el encantamiento de Xu ShuangLin, y el capullo cayó al suelo estrellándose con fuerza dejando al descubierto un cuerpo ennegrecido.

Entonces, para desconcierto y horror de todos, NanGong Liu comenzó a devorar el cadáver, comiendo compulsivamente y bebiendo la sangre con fruición para después soltar un terrible alarido de dolor. Durante la caída su rostro había quedado al descubierto, y en ese momento la luna llena brilló en el cielo creando diversas heridas en su cuerpo. La sangre brotó a borbotones de su cabeza y sus manos mientras seguía devorando el cadáver, sollozando lastimeramente. 

— Dijiste que serviría— dijo—. Dijiste que si comía su carne y bebía su sangre rompería la maldición. ¡Su núcleo espiritual! ¡Debo comer su núcleo espiritual para…!

Xu ShuangLin había atravesado el pecho de NanGong Liu con evidente disgusto y dijo:

— Alguien como tú, sin importar cuánto coma, nunca estará satisfecho.i

— ¿Yifu?— soltó Ye WangXi, estupefacta.

Xu ShuangLin volteó hacia ella extendiedo la mano. 

— Ven con padre, pequeña Yezi— dijo—. Padre no te hará daño. 

NanGong Si y Xue Meng la sujetaron de las muñecas antes de que pudiera moverse.

— No te muevas— dijo NanGong Si.

— Nada asegura que cumpla su palabra— dijo Xue Meng.

— NanGong Si, la única razón por la que te ayudé es porque eres importante para mi pequeña Yezi— dijo Xu ShuangLin—. No hagas que decida pasar eso por alto.

Chu WanNing frunció el ceño mirando a Ye WangXi y recordó algo, sus ojos de fénix miraron a Xu ShuangLin y dijo:

— ¿Entonces este es el favor por el que me dejaste ir en el jardín de flores de melocotón?— preguntó.

— Es correcto— dijo Xu ShuangLin—. Tú salvaste a mi hija, así que decidí dejarte salvar a tu discípulo, pero como aún me siento en deuda contigo te diré una cosa más: él aún está en peligro. Algo malvado ha tomado su cuerpo, tú…

— No te permito hablar mal de mi princesa.

El hombre de la suona se interpuso entre ambos.

— Ya que estamos aquí… ¿Por qué no nos quitamos las máscaras?

— ¿Por qué no empiezas tú?— dijo Chu WanNing.

— Será un placer.

El hombre se quitó la capa que lo cubría dejando ver un atuendo azul claro, una figura recta y un rostro apuesto con ojos negros y cabello castaño. Todos alrededor contuvieron la respiración por la sorpresa de ver quién era, después de todo este hombre era conocido.  Era la legendaria Bestia del Altar, el Lobo Sangriento de Liao, el redimido héroe de Chonghua.

Gu Mang. El mismo general que habían dado por muerto años atrás.

— ¿Y bien?— inquirió Gu Mang con una sonrisa, mirando a NanGong Liu y a Xu ShuangLin—. ¿Quién de ustedes, mis señores, quiere empezar?

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Dice Gu Mang que les va a sacar los trapitos al sol por andar queriendo hablar mal de su princesa (?)

Al chile yo también le entraba a los guamazos por Mo Xi JAJAJAJAJAJAJAJAJA

Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora