𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗚𝗢𝗢

¿Acaso hay algo que no hagan bien?

Goo y Gun se encontraban jugando bolos como unos profesionales, estos tipos eran expertos en todo. Por mi parte detestaba estar aquí, solo vine porque Goo me invitó e ilusamente creí que estaríamos solos. Todo se fue al demonio cuando subí al auto y vi que Gun conducía.

No se dé qué demonios hablaron mientras lanzaban porque no podía escuchar nada por el ruido que hacia un grupo de idiotas que estaban a pocos metros de mí.

La verdad me daba un poco de nervios, no quería juzgar antes de tiempo, pero todos los tipos estaban tatuados y su forma de expresarse gritaba que eran una banda de gánsters.

No podía evitar mirarlos, eran bastantes exagerados cuando anotaban puntos, supongo que les gustaba llamar la atención, me arrepentí de mirar en el momento en que choque miradas con uno del grupo y se puso de pie.

Me marché a los baños para evitar un malentendido. Me encerré en un cubículo pensando en que hacer, dejé pasar al menos media hora antes de salir de ahí.

—¿Te estabas arreglando? —pregunta el tipo, había esperado todo este tiempo fuera de los baños—. Noté que nos miraba.

—Si, fue un error —digo tratando de marcharme.

—No lo creo —murmura interponiéndose en mi camino—. Entendí las indirectas.

—¿Indirectas? —pregunto confuso.

—Me miras y luego vienes al baño —el sujeto se ríe antes de empujarme—. Así que te gusta hacerlo en estos lugares.

-¡What! —grito asustado—. ¡Hijo de puta!

Le doy una patada en la entrepierna antes de salir corriendo del baño, al salir choco con alguien y me asusto el pensar que puede ser otro de esa banda, pero me relajo cuando veo que es Gun.

—¿Problemas? —pregunta como si nada.

-No...

—¡Oye zorra! —grita el hombre sujetándose la entrepierna—. ¿Te gusta provocar a los hombres?

Me quedo paralizada cuando veo que una bola de bolos impacta en su rostro.

—Supongo que no me darán puntos por esta jugada.

Veo como Goo sonríe acercándose al sujeto.

—No sé si me molesta más que la acosaras o que le dijeras zorra —dice tomándolo del cabello obligando a levantar el rostro lleno de sangre.

—¡Jefe que está pasando! —grita otro de los tipos acercándose a la escena—. Se arrepentirán hijos de puta, ustedes son dos y nosotros somos más.

Gun sonríe encendiendo un cigarro y me entrega sus gafas.

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Le entrego al dueño del lugar un fajo de billetes y me promete que no dirá nada, mientras tanto Gun y Goo siguen jugando bolos mientras a su alrededor están los cuerpos inconscientes de los tipos.

—Supongo que se acabó el juego —comenta Goo acercándose.

—Lo siento —me disculpo y él me mira extrañado—. Si no los hubiera mirado no hubiera provocado una pelea.

—No te preocupes eso hizo más entretenido el lugar.

—Sí, note que estabas contento jugando con esos tipos —murmuro riéndome un poco.

—No me estaba divirtiendo —dice el rubio serio—. Quería matarlo por lo que hizo y por lo que dijo.

—Supongo que te tomas en serio el trabajo.

—Esto no era trabajo —dice Gun entregándole las llaves del auto a Goo.

—Supongo que Gun tiene razón, esto no era trabajo —comenzamos a caminar hasta el estacionamiento.

Antes de subir al auto Goo me indica que tome el asiento del copiloto. Cuando veo su rostro veo una pequeña cortada y la culpa vuelve a mí.

—He tenido cortadas peores —dice riéndose.

—¿Cómo...?

—No te sientas culpable por esto.

Miro por la ventana sonrojada, como es que sabe cómo me siento. Siento como mi corazón se acelera y me da miedo que también se dé cuenta de eso.

—Tanto tiempo contigo supongo que ya te conozco.

—Si —digo con simpleza, en realidad no sé qué debería decir.

—Menos mal se fue el desgraciado de Gun —murmura pasando una luz roja—. Así podemos estar a solas.

—Deja de jugar, idiota.

—No estoy jugando —nuestras miradas chocan y lo veo inclinarse.

Me inclino y Goo cierra los ojos acercándose, si no fuera por la situación yo haría lo mismo, pero grito asustada girando su rostro para que mire la carretera.

—No debiste dejar que Gun se fuera, él conduce bien.

—Ese idiota sería una interrupción entre los dos.

—Y no juegues con eso de besarme.

—No es un juego para mí.

Lo miro algo dudosa y me sorprendo cuando toma mis mejillas con una de sus manos y junta nuestros labios.

—Idiota mira la carretera —me quejo separándome.

Vuelvo a mirar por la ventana fingiendo molestia, aunque lo único que siento es alegría, pero después de un rato no puedo evitar sonreír.