𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗝𝗢𝗛𝗔𝗡

Estaba mareada, era la décima copa que me bebía con Jin Jang y el resto de los God Dog, supuestamente estábamos celebrando algo y por eso bebíamos.

—Toma —Jin Jang me ofrece otra copa de soju, pero lo rechazo, no me encuentro bien—. Tan débil. ¿Ya estás ebria?

Siento la burla en su voz además el hecho de que me llamara débil me provoca lo suficiente como para aceptar la copa y beberla de un solo trago.

—Si estás ebria apóyate en mi —Jin toma mi rostro y me deja apoyar mi cabeza en su hombro—. Tranquila después de un momento te sentirás mejor.

Aunque estoy ebria siento como apoya una de sus manos en mi rodilla, creo que ya entiendo sus razones así que trato de apartarme, pero no puedo porque me toma por la cintura.

Estoy tan mareada que no puedo ni siquiera ponerme de pie.

—Tengo que ir al baño —miento para que me suelte.

—No lo creo —dice sirviéndose otra copa.

Siento como el resto de la pandilla nos observa entre risitas y hacen chistes vulgares sobre nosotros.

—Oye... —murmuro dándole un débil golpe en el rostro.

Jin se acaricia le mejilla golpeada con una sonrisa, pero su sonrisa se desvanece igual que la del resto de la pandilla, se forma un brutal silencio e incluso siento un escalofrío en mi espalda.

Quiero girarme para ver que miran, pero no soy capaz de moverme, incluso el maldito de Jin me empuja lejos de él.

—¿Qué estaban haciendo? —por supuesto esa es la voz de Johan, no me atrevo a mirarlo—. ¿Nadie responderá mi pregunta?

Siento como se agacha a un lado mío y procede a tomarme en brazos.

—Tú y yo hablaremos mañana —por un momento pienso que me habla a mí, pero me doy cuenta que se dirige a Jin Jang.

Camina conmigo en sus brazos y no puedo evitar sentirme como una princesa, tengo tanto sueño que me acomodo un poco dejando caer mi cabeza en su hombro.

—N-no te pongas cómoda —advierte Johan—. Tonta...

—Tú eres tonto —balbuceo.

—¿Cómo se te ocurre beber con ellos? —pregunta deteniéndose—. No sabes que Jin siempre tiene segundas intenciones.

—Cállate —murmuro, obviamente sobria no tendría valor de decirle algo así—. Mejor sigue caminando.

Lo veo irritarse, pero me obedece. No tengo idea de a donde me lleva, ya que la habitación que rento está bastante lejos de donde solemos reunirnos.

—¿A dónde vamos? —pregunto mirando la calle por la que vamos.

—A mi casa.

Suelto un grito por su respuesta tan directa, por supuesto él se sorprende deteniéndose nuevamente.

—¿Por qué gritas? —cuestiona calmado.

—Abusador —susurro dándole un suave golpe en la cabeza—. Quieres aprovecharte de mí...

Me mira enojado pero sonrojado.

—Jamás me aprovecharía de una ebria.

—Eso quiere decir que te aprovecharías de una persona sobria —digo dándole otro golpe.

—No quise decir eso... ¡Eres insoportable en este estado!

—Insoportable —repito y no sé porque comienzo a reírme como loca, seguramente el alcohol en mi cuerpo me hacía comportarme así.

—Loca —lo oigo susurrar.

Levanto mi rostro y me doy cuenta de lo cerca que estoy de su rostro con exactitud de sus labios.

—¿Qué miras? —inquiere frunciendo el ceño.

—Tus labios —respondo de inmediato—. Quiero besarte.

Nuevamente detiene el paso, si sigue así definitivamente no llegaremos nunca a su casa.

—¿Qué? —veo que sus ojos se fijan en mis labios por un largo momento.

Cierro los ojos para caer en un profundo sueño sin embargo escucho lo último que dice.

—De todas formas, no te besaría estando en este estado.