𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗗𝗔𝗡𝗜𝗘𝗟

—Daniel lo lamento —no puedo mirarlo a los ojos—. Quiero que nuestra relación termine.

—¿Que? —pregunta asombrado tomándome las manos—. ¿Hice algo mal? ¿Te descuidé?

—No, no es tu culpa —me muerdo el labio indecisa—. Yo... me enamoré de alguien más.

—¿Puedo saber de quién?

—Es que es muy amigo tuyo y no quiero romper su amistad.

—¿Es Zack?

—Obvio no, Zack es como un hermano para mí —digo con cara de asco de solo imaginarnos—. Te lo diré, pero no reacciones mal.

—Trataré de hacerlo.

—Me gusta Daniel pequeño —confieso con los ojos cerrados.

—¿De verdad? —pregunta contento—. No puedo creerlo es... ¡Es increíble!

—No pareces enojado.

—No, me alegra que te guste el verdadero Daniel.

Se acerca y toma mi rostro.

—No debería besarte con este cuerpo —murmura para sí mismo y yo lo veo confusa, tal vez la separación lo dejo aturdido.

—Daniel por favor no le digas nada a Daniel pequeño —pido juntando mis manos—. Ni siquiera sé si le gusto.

—Escúchame, Daniel y yo somos muy unidos de hecho, es como si fuéramos uno solo.

Lo observo confundida, literalmente no pensé que reaccionaria así, hace unos minutos estaba algo triste porque no quería estar con él y ahora parece estar feliz de que me guste su amigo.

—Y Daniel me confesó que tú le gustas mucho, mucho —dice con un brazo sobre mi hombro—. Así que confiésale tus sentimientos te aseguro que no te rechazará.

—Daniel pequeño... ¿Te confesó que yo le gustaba mucho aún sabiendo que yo estaba contigo? —realmente estoy muy confundida.

—Eh... ¡Sí! Es que entre nosotros no hay secretos.

—¿Y si comienzo a salir con el no será incomodo? —inquiero dudosa.

—No te preocupes, la felicidad de Daniel es la mía.

—¡Bien! —exclamo contenta—. Ahora mismo iré a decirle todo lo que siento.

—¡No! —Daniel corre y me detiene—. En estos momentos está durmiendo, no deberías molestarlo.

—Está bien esta noche iré de sorpresa y se lo diré.

•✦───────────•✧

Una vez que anocheció fuí decidida donde Daniel, le diría todo, sería una gran sorpresa para él, incluso llevaba una caja de pollo frito para que se alegrara, sabía que le encantaba, una vez que estuve frente a su puerta los nervios me invadieron.

Dudé mucho, pero al fin tomé el valor de golpear la puerta, aunque apenas acerqué mi mano la puerta se abrió de golpe. Ahí estaba Daniel pequeño delante de mi luciendo un traje bastante elegante.

—¡Oh! ¡Que sorpresa verte por aquí! —exclama sonriendo—. En serio jamás esperé verte por aquí y menos a esta hora.

¿Acaso me está tratando de decir que no debí venir?

—Hola Daniel —murmuro aclarándome la garganta—. ¿Saldrás?

—No tranquila —menciona acomodándose el traje—. Suelo vestirme así en las noches.

La situación era bastante extraña, jamás lo vi comportarse de esa manera.

—Traje pollo frito —digo extendiéndole la caja.

—Gracias, es mi favorito.

—Si lo sé porque yo...

No puedo decírselo, que pensará de mí. Es decir, acabo de terminar mi relación con Daniel grande que vive con él y son buenos amigos, no puedo llegar y confesarme le daré una mala imagen.

—Lo sé porque te conozco muy bien —hago una pausa antes de despedirme—. Bien, adiós.

—¡Espera! —me detiene tomándome la mano—. ¿No me dirás nada más?

—Creo que no.

—¿Estás segura? —pregunta elevando las cejas—. Es decir, no quieres decir o confesar algo...

—No —aseguro mirando la calle.

—Bueno... —se ve algo decepcionado, pero luego me sonríe—. ¿Quieres comer pollo frito conmigo?

—Supongo que sí.

Me siento feliz por el simple hecho de compartir con él, tomo asiento en el suelo y Daniel abre la caja para que empecemos a comer.

—Sabes a veces comer nos puede dar valor para decir ciertas cosas —comenta mientras come.

—No sabía eso —confieso asombrada.

—Sí, es decir si quieres decirme algo tal vez comer te ayude —dice señalándome con una pierna de pollo frito.

—¿Y tú no me quieres decir nada? —inquiero por si él toma valor y me dice algo.

—Primero confiesa algo tú.

—Está bien... no le daré vueltas al asunto —susurro para mí misma—. Escucha tal vez te parezca atrevido de mi parte, pero la razón por la que estoy aquí es porque...

—Continua, continua —pide sin dejar de comer.

—¡Me gustas! —exclamo mirando el suelo—. No pienses que soy algún tipo de... Zorra o algo así, es decir, terminé mi relación con Daniel grande no estoy jugando con ustedes o tratando de separarlos sé que son amigos, pero no pude evitar enamorarme de ti.

—¡Oh por Dios! ¡Yo te gusto! —grita fuertemente—. Jamás me esperé este tipo de confesión.

—Daniel ya te lo había dicho ¿verdad? —inquiero al darme cuenta de lo falso que sonó.

—Eso no importa —dice restándole importancia—. Él también te dijo que yo gustaba de ti.

—Supongo que es un soplón —murmuro irritada dándole un vistazo.

—Lo importante es que ambos nos gustamos —ahora puedo sentir que su alegría es genuina—. Y no te preocupes jamás pensaría mal de ti.

Giro mi rostro sonrojada.

—Mejor termina de comerte el pollo —pido para que deje de mirarme.

—Supongo que ahora... Somos... —hace una pausa dramática.

—Somos... —repito para que él termine la oración.

—¿Pareja? —dice sonrojándose.

—Creo que sí.

No puedo evitar sonreír, quien diría que con ayuda de Daniel grande ahora puedo estar con Daniel pequeño.