𝗟𝗢𝗢𝗞𝗜𝗦𝗠┊𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 ✔️

𝗘𝗟𝗜

Yenna juega agitando una varita mágica que tiene de juguete, mientras yo vigilo que no se lastime.

—¡____! —grita mientras trata de caminar, hasta que cae al suelo, para mi suerte no llora solo se ríe.

—Vamos Yenna, tienes que dormir —aviso tomándola entre mis brazos, ella asiente con la cabeza y comienza a cerrar sus ojitos.

La recuesto sobre la cama y la vigilo un momento, hasta que repentinamente siento como los ojos me pesan.

No sé cuánto tiempo ha pasado, pero siento que alguien toca mi rostro, abro los ojos lentamente hasta que veo a Yenna jugando con mi cara.

—Me quedé dormida... —murmuro levantándome tranquilamente, hasta que me pongo de pie y veo a Eli también en la cama y suelto un grito.

—¿Qué pasa? —pregunta adormilado mientras se restriega los ojos.

—L-lo siento Eli, te juro que no me quise quedar dormida en tu cama es solo que el sueño me venció y...

—No te preocupes —dice relajado riéndose.

—Además Yenna también estaba dormida no pienses que la descuidé —explico nerviosa.

—Tranquila —murmura sentándose en la cama—. No hay problema, eres una gran niñera.

—Gracias...

Yenna toma mi mano y comienza a moverla insistentemente.

—¿Qué quieres? —pregunto arreglándole el cabello.

—¡Papi! ¡Papi! —grita con ternura mientras con la otra mano agita la varita, hasta que la lanza al suelo.

Me agacho de inmediato para recogerla y Eli hace lo mismo.

—¡Lo siento! —decimos al unísono cuando nuestras manos chocan intentando recoger la varita.

Intentamos nuevamente tomarla, pero al inclinarnos nuestras cabezas chocan.

—¡Lo siento! —volvemos a decir, pero esta vez nos reímos mientras sobamos nuestras frentes.

Eli toma la varita y me extiende la mano para que me ponga de pie.

—Gracias.

—¡Papi! ¡Papi! —grita Yenna llamando nuestra atención, luego se gira hacia mí—. ¡Mami! ¡Mami!

No puedo evitar mirar a Eli nerviosa y suelto su mano.

—Eli, ella me llamó así te juro que yo no le dije nada —explico preocupada agitando mis manos—. Te juro que...

—Tranquila, es normal que Yenna te vea de esa forma —murmura mirando a su hija—. Después de todo eres la única figura femenina que conoce.

—Tienes razón...

—Incluso... —me interrumpe tomando mi mano—. Yo también te veo de esa manera.

—¿También me ves como tu mami? —pregunto desconcertada y él se ríe.

—No tontita —contesta revolviendo mi cabello—. También siento que eres como la madre de Yenna.

—Bueno es inevitable —digo tomándola en mis brazos—. Después de todo ambas somos tiernas —comento en modo de broma.

—Y lindas —dice Eli.

—¡Beso! ¡Beso! —grita Yenna mirándome con ilusión.

—Los niños y sus juegos —digo riéndome falsamente.

—No creo que sea un juego.

—Sí, es como cuando juega con esos muñequitos —señalo—. Juega con el príncipe y la princesa y siempre quiere que se besen.

—Entonces Yenna te ve como una princesa —sonríe cálidamente—. Yo también te veo de esa forma.

—Eli no digas esas cosas.

—¿Por qué no? —pregunta sentándose más cerca.

—Porque me pongo nerviosa —confieso.

—Yo también lo estoy.

—No lo parece —digo sentándome un poco más lejos—. Además, por qué estarías nervioso.

—Porque estoy cerca de la chica que me gusta.

—¿Qué?

—Supongo que no es la manera más linda de confesarse —dice rascándose la nuca con nerviosismo.

—¡No! Es decir... Es la confesión más linda que me hayan hecho

—¿De verdad?

—Si Eli.

Cierro los ojos cuando toma mi mejilla y se acerca lentamente, pero todo se va al demonio cuando sentimos un extraño olor que provoca que ambos abramos los ojos y miremos a Yenna.

—Supongo que el trabajo de una niñera nunca acaba —murmuro mirándola—. Iré a cambiarla —aviso tomándola con cuidado.

Eli sujeta mi mano con delicadeza.

—Recuerda que tenemos algo pendiente —dice señalándose los labios antes de soltarme.